El precio de tener un doctorado
Un nuevo escándalo por el plagio de una tesis salpica al presidente del Bundestag
Alemania es un país que da gran importancia a los títulos académicos. Aquí la pérdida del titulo de doctor, además de vergüenza, implica bajar en el escalón social. La abreviatura Dr. en una tarjeta de visita ayuda a conseguir un trabajo generalmente mejor pagado que los empleados con mismo rango pero sin título. También un “Doktor” aspirante a un trabajo en la industria o en la abogacía tiene una gran ventaja sobre los que carecen de él. Tampoco es un secreto que las grandes asesorías y bufetes prefieren a empleados doctorados para los cargos de representación. Un hecho que también se mide en los sueldos: el título aumenta el salario en unos 20.000 euros anuales.
El último escándalo por el plagio de una tesis doctoral salpica al presidente del Bundestag, Norbert Lammert. Es un político democristiano que goza del raro privilegio de ser respetado y admirado por la oposición y cuyas intervenciones han incomodado, más de una vez, a la presidenta de su partido, la canciller Angela Merkel. Tampoco es raro que la prensa alemana lo califique como una “instancia moral” del país.
Lammert, que ocupa el segundo lugar en la jerarquía protocolaria del país después del presidente, también es un político que tiene una rara habilidad a la hora de pronunciar discursos y hay pocos militantes en la CDU que tengan un intelecto parecido al suyo.
Pero la vida da muchas vueltas y, ahora, Lammert, después de presidir el Parlamento federal durante ocho años, afronta el mayor desafío de su vida política. Un cazador de plagiadores anónimo afirmó en una página web (lammertplag.wordpress.com) que el político de 64 años cometió graves irregularidades en 40 páginas de su tesis doctoral.
La acusación, aunque es anónima, encierra un peligro mortal para la carrera de Lammert. El denunciado, que se hace llamar Robert Schmidt, descubrió el plagio cometido por Anette Schavan, que tuvo que dimitir como ministra de educación.
Todavía no hay nada probado, pero la nueva denuncia revivió el vía crucis que padeció el barón Karl Theodor zu Guttenberg cuando fue acusado de haber copiado casi íntegramente su tesis. Cuando el barón renunció a su cargo de ministro de Defensa, en febrero de 2011, el presidente del Bundestag pronunció una frase que ahora podría ser utilizada en su contra si se confirma que copió. “El plagio es un clavo de ataúd para la confianza en la democracia”.
Un joven que termina su carrera universitaria con tesis doctoral puede calcular un sueldo anual de unos 62.000 euros, una realidad que ha provocado que la cacería en pos de un título de doctor se haya casi duplicado en los últimos 27 años. En 1986 15.500 personas recibieron un título de doctor. Mientras que en 2011, el número aumentó a 27.000.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.