El último barco de la guerra fría
El buque norcoreano, de 1977, ya había sido capturado por las autoridades y por piratas por transportar drogas y municiones
Hubo mejores tiempos para las 240 toneladas de armamento cubano halladas el martes en las bodegas del buque norcoreano Chong Chon Gang, ocultas entre 10.000 toneladas de azúcar morena, cuando la nave que zarpó de Cuba intentaba, sin éxito, cruzar el Canal de Panamá con rumbo a Corea del Norte. Se trataba -según informó más tarde La Habana, en un intento por restar importancia al asunto—de dos complejos de coheteriles antiaéreos Volga y Pechoga; de nueve cohetes desarmados en piezas; de dos aviones Mig-21 Bis y de quince motores de los que usan estos aviones. Equipo “defensivo obsoleto”, dijo el Ministerio de Exteriores cubano, “fabricado a mediados del siglo pasado” por la Unión Soviética. Un sistema de cohetes como estos fue empleado el 27 de octubre de 1962 para derribar el avión U-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que sobrevolaba territorio cubano, pilotado por el mayor Rudolf Anderson: el único oficial estadounidense muerto durante la Crisis de los Misiles de Cuba. La baja de Anderson es recordada como uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría, que entonces estuvo a punto de desembocar en un conflicto nuclear.
De acuerdo a las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Corea del Norte tiene vedado importar y exportar cualquier tipo de armamento.
El viejo parque de guerra viajaría a Corea del Norte “para ser reparado y devuelto a nuestro país”, informó el Gobierno de La Habana en el comunicado de no más de 15 líneas, para explicar el origen y destino de la carga que no había sido declarada a las autoridades portuarias de Panamá. La nave norcoreana fue detenida el sábado 13 de julio ante la denuncia de que transportaba sustancias ilícitas. El día 15 apareció el primer contenedor entre los sacos de blancos de azúcar de la primera zafra de 2013: llevaba dentro lo que parecía ser una base móvil de lanzamiento de misiles. Durante los cinco primeros días de requisa, Pyongyang no dio ninguna explicación sobre el incidente. Las autoridades panameñas siguen auscultando el barco, en busca de más material.
El Chong Chon Gang es un buque casi tan antiguo como las armas que llevaba dentro. Fue fabricado en 1977 por la empresa coreana Nampo Shipyard, que opera en el puerto coreano del mismo nombre, ubicado a unos 50 kilómetros al suroeste de Pyongyang. La nave mide 155 metros de eslora y veinte de manga, y desplaza un peso muerto de casi 14 mil toneladas. En las recámaras del buque cuelgan retratos de Kim Il-sung y de Kim Jong-Il: los “amados líderes” forjadores de la dinastía que desde 1948 y hasta ahora gobierna Corea del Norea, ambos con gafas y sonrisa idéntica. Sus 35 tripulantes dejaron pequeñas cosas a bordo antes de ser detenidos en el puerto panameño de Colón: varias pilas de papeles, cajetillas de cigarrillos, un mechero, un matamoscas. El barco y su tripulación ya habían sido capturados antes, en 2009 y 2010, por las autoridades y por piratas, por transportar drogas y municiones.
De acuerdo a los términos de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en octubre de 2006, Corea del Norte tiene vedado importar y exportar cualquier tipo de armamento. La prohibición incluye el suministro, venta o transferencia de misiles o sistemas de cohetes, sistemas de artillería de gran calibre, aviones de combate, helicópteros de ataque, naves de guerra, carros y vehículos blindados, sin importar el año de fabricación. Cuba, a su vez, está sometida al embargo comercial y económico impuesto por Estados Unidos en su contra en la década de 1960. En el marco de estas medias, en octubre de 1962, Washington informó a todos los gobiernos de América Latina y de los países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que cerraría sus puertos a todos los buques, de cualquier bandera, que fuesen descubiertos transportando armas a Cuba.
El barco, operado por la empresa que lleva su mismo nombre (Chongchongang Shipping), ya estaba atracado en un puerto cubano cuando, el 28 de junio de pasado, se llevó a cabo en La Habana una cumbre de altos mandos militares de Cuba y Corea del Norte. En las conversaciones, que se prolongaron tres días, participaron el presidente cubano Raúl Castro, el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, Leopoldo Cintra Frías, y el jefe del Estado Mayor del Ejército Popular coreano, Kim Kyok Sik, que viajó a la isla por invitación del Minfar, junto una amplia comitiva. “Visito Cuba para encontrarme con los compañeros de la misma trinchera, que son los compañeros cubanos”, dijo el general Kim para agradecer los honores recibidos. Corea del Norte cuenta con poquísimos “compañeros”, especialmente desde que Naciones Unidas aprobó el embargo en su contra, que ha sido prorrogado cada vez que Pyongyang ejecuta un ensayo nuclear. Solo Cuba, China, Irán y Siria han rechazado estas sanciones y mantienen, pese a ellas, una estrecha relación política con el régimen que ahora lidera Kim Jong-un: el tercer hijo de Kim Jong-Il, nieto de Kim Il-sun, cuya fotografía no viajaba a bordo del viejo Chong Chon Wang.
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