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El acusado de los ataques de Boston se declara inocente de todos los cargos

Primera aparición pública bajo fuertes medidas de seguridad de Dzhokhar Tsarnaev, el joven de 19 años que enfrenta 30 cargos por el atentado contra la maratón

Dibujo de la comparecencia de Tsarnaev ante el tribunal.Foto: reuters_live | Vídeo: Reuters-LIVE! / EFE
Yolanda Monge

Esposado y vestido con el uniforme naranja de la prisión federal en la que se encuentra, Dzhokhar Tsarnaev ha entrado en la sala del tribunal de Boston escoltado por un marshall con guantes negros que ha procedido a quitarle las esposas antes que el acusado se sentara frente a la juez. Por primera vez desde que fuera detenido en abril, el joven de 19 años acusado de los atentados con bomba contra el maratón de Boston ha comparecido ante la justicia para que se le leyeran los 30 cargos de los que se le acusa. Su abogada, Judy Clarke, ha respondido: "No culpable". La juez, Marianne Bowler, ha dicho que debía ser él quien contestara, lo que ha procedido a hacer Tsarnaev, con un marcado acento extranjero.

Tsarnaev ha escuchado los 30 cargos que se le imputan, entre ellos asesinato, uso de armas de destrucción masiva, conspiración y atentado contra un lugar público, sin mirar ni una sola vez a los familiares de las víctimas (tres personas muertas -entre ellas un niño de ocho años- y más de 260 heridos).

Sin heridas visibles excepto una pequeña escayola en una mano, Tsarnaev parecía no haberse cortado el pelo desde su detención el pasado 19 de abril, según el relato en Twitter de los periodistas que han tenido acceso a la sala. Jugando con su uniforme abierto y luciendo una camiseta debajo, el joven de origen checheno se ha girado en varias ocasiones buscando la mirada de sus familiares y amigos -un total de diez, algunos de los cuales lloraban- para sonreírles.

Massachusetts no tiene la pena de muerte en su ordenamiento jurídico pero debido a que Tsarnaev está siendo encausado bajo leyes federales puede enfrentar la pena capital por sus crímenes

La audiencia ante la juez ha durado menos de 10 minutos y se ha ha fijado como fecha para una nueva vista el 23 de septiembre. La acusación sentará en el estrado entre 80 y 100 testigos y el proceso durará entre dos y tres meses, aunque no empezará hasta probablemente dentro de un año, debido a la complejidad del caso. Antes de ser esposado de nuevo y sacado fuera de la sala, Tsarnaev ha lanzado un beso a su familia.

El joven de origen checheno -naturalizado norteamericano el pasado septiembre- ha llegado al juzgado de Boston escoltado por un todoterreno Humvee y otros dos vehículos ocupados por policía fuertemente armada. Su comparecencia en la corte también se ha efectuado bajo importantes medidas de seguridad.

Dzhokhar Tsarnaev, acusado de perpetrar los atentados de Boston en abril.
Dzhokhar Tsarnaev, acusado de perpetrar los atentados de Boston en abril.AFP

La de hoy ha sido la primera comparecencia pública de Tsarnaev desde que fue detenido el pasado 19 de abril –cuatro días después del atentado- cuando se refugiaba –malherido- en un bote en el patio trasero de una casa de la localidad de Watertown, adonde había llegado tras una frenética persecución con la policía que acabó con la vida de su hermano, Tamerlán Tsarnaev, 26 años, y presunto cerebro de los ataques. Tsarnaev también está acusado de la muerte de un policía del MIT (el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts), en la localidad de Cambridge, a las afueras de Boston.

Diecisite de los cargos que enfrenta el joven estudiante de la Universidad de Dartmouth son suceptibles de acarrear la pena de muerte, que no se ha aplicado en Massachusetts en los últimos 66 años y que fue abolida en ese Estado en 1984. Pero debido a que Tsarnaev está siendo encausado bajo leyes federales puede enfrentar la pena capital por sus crímenes. La mayoría del resto de los cargos conllevan la posibilidad de cadena perpetua. El pasado mes, durante una conferencia de prensa, la fiscal Carmen Ortiz declaró que dependía del fiscal general de EEUU, Eric Holder, aplicar o no la máxima pena.

El juicio no se espera que comience en al menos un año, ya que la labor de preparación es ingente, debido a las cientos de horas de grabaciones y miles de documentos y pruebas que deben de analizar tanto la defensa como los fiscales del caso. Tsarnaev fue acusado formalmente en junio de las tres muerte que causaron las dos bombas que puso supuestamente con su hermano Tamerlan en la recta final del maratón de Boston y del fallecimiento a tiros del agente del MIT, Sean Collier, la noche que comenzaron su huida tras ser identificados por el FBI tres días después del atentado.

Al final del recorrido que hizo la caravana que transportaba a Tsarnaev desde la prisión federal (al noreste de Boston) hasta la capital de Massachusetts, una docena de personas pedían la liberación del joven, al que consideraban que el Gobierno de EEUU había acusado falsamente bajo el pretexto de un ataque islamista para imponer la ley marcial sobre los ciudadanos estadounidenses. Un hombre que los observaba se encaró con el grupo de manifestantes, a los que insultó y preguntó si no eran conscientes de que habían muerto personas.

El juzgado donde se ha producido la primera audiencia preliminar contra Tsarnaev ya soporta impresionantes medidas de seguridad debido al juicio que se está desarrollando contra el jefe de la mafia irlandesa en la ciudad de Boston, James Whitey Bulger, que comenzó el pasado mes.

La madre de una de las víctimas declaró a los medios de comunicación que deseaba estar presente en la sala para poder ver “la cara del mal”. Liz Norden, cuyos dos hijos perdieron una pierna cada uno, ha declarado estar llena de ira por lo sucedido a sus hijos. “Quiero estar presente”, ha asegurado.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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