Probar el alcohol de niño eleva el 60% el riesgo de abuso de la bebida
Un estudio entre 17.000 adolescentes brasileños alerta del riesgo del consumo temprano
Probar el alcohol antes de los 12 años, aunque sea una vez, eleva un 60% la probabilidad de abusar de la bebida de adulto, según una investigación de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). El estudio se basa en 17.000 entrevistas a adolescentes de 789 escuelas públicas y privadas en todo Brasil. En el estudio participó el Centro Brasileño de Informaciones sobre Drogas Psicotrópicas (Cebrid) de dicha Universidad.
En las entrevistas quedó de manifiesto que muchas veces son los padres del adolescente los que animan entre bromas y veras a los menores a probar una bebida alcohólica.
Uno de esos adolescentes, João, citado por el diario O Estado de São Paulo, confiesa que fueron sus padres los que le ofrecieron vino cuando tenía 11 años. “Ahora cuando llego bebido a casa mi madre sabe que bebí, pero finge que no sabe”, cuenta el muchacho que ahora tiene 16 y frecuenta una escuela tradicional de São Palo.
El estudio insiste en que antes de los 12 años, basta probar cualquier tipo de alcohol una sola vez para que se multiplique el riesgo de ser un bebedor compulsivo en la vida adulta.
Zila Sánchez catedrática de medicina del departamento de Medicina Preventiva de Unifesp y una de las responsables de la investigación es tajante: “El contacto de un niño con el alcohol antes de los 12 años puede llevar en el futuro a crear un padrón de consumo abusivo”.
Uno de los resultados de la encuesta es que del 82% de los estudiantes que afirmaron haber ya consumido alcohol en su vida un 11% recuerdan haber bebido por primera vez antes de los once años.
Según expertos en la materia el gran peligro de que los menores de 12 años prueben el alcohol es que a esa edad su sistema nervioso están en pleno desarrollo y el alcohol produce modificaciones neuroquímicas, perjudicando la memoria el aprendizaje y el control de los impulsos.
El riesgo de que los niños prueben el alcohol antes de los 12 años es grande, ya que muchas familias brasileñas convierten la casa en una especie de bar con todo tipo de bebidas. Resulta así difícil, y más si ellos beben licores fuertes diariamente, convencer a los hijos de que beber hace mal.
Otro de los peligros para los adolescentes, según el estudio, lo constituye la publicidad de bebidas, sobre todo de cerveza. Los jóvenes asocian su uso a actividades deportivas y a la iniciación de la sexualidad.
Betina Gomes, que investigó este tema en la Universidad de São Paulo, insiste en que serían necesarias políticas públicas para evitar que los adolescentes empiecen a beber casi niños, con campañas educativas en las escuelas y en la televisión.
Se espera así que, después de los resultados de la investigación, las autoridades usen con el alcohol los mismos métodos empleados contra el consumo de tabaco, que dio resultados tan positivos en este país. Después de una campaña masiva, el cigarrillo ha quedado enormemente restringido en el país, hasta el punto que ver a alguien fumando por la calle produce casi la misma impresión que producía hce años ver a un joven pincharse en el parque.
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