La UNAM no se decide a pedir la intervención de la policía

Las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aún no definen si pedirán a las instituciones de seguridad que desalojen al grupo de 15 encapuchados que mantienen tomado el edificio de rectoría desde el viernes pasado. El Comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, ha expresado que la Policía Federal intervendrá sólo si la Procuraduría General de la República lo pide bajo el consentimiento de los responsables de la universidad.

La toma de un edificio de la universidad pública por un pequeño grupo, quienes han asegurado ser estudiantes, ha mostrado la debilidad de la universidad y la falta de respuesta de las instituciones de seguridad del país, según Sergio Aguayo, politólogo y académico de El Colegio de México. “Las autoridades universitarias no tienen claridad sobre cómo actuar porque existe, no sólo debilidad, si no confusión sobre en qué momento y cómo actuar. No saben hasta qué punto pueden confiar en las instituciones del Estado”, ha explicado el también investigador a este diario.

Durante la tarde, el grupo de encapuchados convocó a una rueda de prensa en la que manifestaron sus peticiones a la rectoría, a cargo de José Narro Robles. Entre sus demandas están garantizar que no existirán represalias hacia quienes tomaron el emblemático edificio de Ciudad Universitaria, eliminar las acciones penales que la universidad ya ha iniciado ante las autoridades, y reintegrar a cinco estudiantes expulsados del Centro de Ciencias y Humanidades (bachillerato) plantel Naucalpan por golpear a varios administrativos.

Ante la incapacidad de respuesta de parte de la universidad, Aguayo asegura que sus autoridades deberán aplicar la ley bajo la supervisión de organismos que garanticen los derechos de quienes ocuparon el edificio de rectoría. “Debería insertarse una estrategia de mediano plazo en la cual piden la aplicación de la ley y en la que, por ejemplo, estén presentes organismos de derechos humanos”, ha comentado.

En el edificio universitario, que alberga murales del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros, el grupo de jóvenes encapuchados hace guardias para vigilar y han desplegado algunos carteles de protesta contra el rector Narro. En un perímetro de 100 metros sólo se observa un automóvil de vigilancia de la universidad con dos agentes que resguardan la zona. Una feria con motivo del Día Internacional del Libro se ha celebrado muy cerca del inmueble y un grupo de unos 100 estudiantes se acercaron a escuchar las peticiones del grupo que mantiene tomada la rectoría.

“El plantón en las instalaciones de rectoría no es ni mucho menos un hecho aislado. Hay que considerar este hecho particular, como lo que es, muestra de un cuadro social general y su expresión particular en nuestra universidad”, han expresado los jóvenes en el comunicado que fue leído por dos representantes del grupo a través de un altavoz.

Aguayo señala que aunque el discurso de este grupo es pobre, sus acciones son reflejo de una juventud mexicana sin un horizonte claro. “Hay una juventud sin opciones y sin esperanza, y por tanto las autoridades universitarias no quisieran tomar riesgos”, ha expresado el académico.

El rector Narro ha explicado anteriormente que agotará todas las opciones para que sean los encapuchados quienes por su propio pie abandonen el edificio, al que diariamente acuden unas 800 personas para trámites académicos, jurídicos y laborales. Allí, algunos estudiantes se detienen para expresar con gritos su apoyo a los encapuchados o para denostar el cierre del principal edificio de la universidad pública más grande de México.