Venezuela vota un futuro sin Chávez
La sociedad venezolana desea que las elecciones abran el camino a la reconciliación nacional
Casi 19 millones de venezolanos pasan este domingo con sus votos una página de la historia de su país. La desaparición física del comandante Hugo Chávez, que dominó de forma absoluta el escenario político durante 15 años, marca una nueva etapa política incluso en caso de una victoria de su heredero, el presidente encargado, Nicolás Maduro. Sin nadie en sus filas con el carisma del líder bolivariano, la dirección chavista tendrá enfrente a un Henrique Capriles consolidado como líder de la oposición y una situación económica que exigirá medidas urgentes que frenen el gasto público y fomenten la inversión. Las elecciones son vistas también por buena parte de la opinión pública, que acude a las urnas desde las seis de la mañana, hora local (12.30 en la España peninsular), como una oportunidad para avanzar por el camino del diálogo y la reconciliación nacional.
Más de un centenar de personalidades, políticos, académicos y juristas de diferentes tendencias políticas, encabezados por el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Sabino, llamaron el viernes al presidente que resulte elegido a ser “el constructor de la convivencia democrática” y a poner fin “al odio, la venganza y la revancha”. En un documento titulado Construyamos la Paz y la Convivencia entre todos los Venezolanos, los firmantes piden dejar atrás “la división y la lucha fratricida”. Al acto no asistió ningún miembro del Gobierno o dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), pero sí antiguos compañeros de viaje de Chávez, y estuvo moderado por el periodista Vladimir Villegas, exembajador y hermano de Ernesto Villegas, actual titular de Comunicación e Información.
La iniciativa sintoniza con el ánimo de muchos venezolanos, extenuados por la polarización política, el odio y el rencor social fomentados durante los años de Chávez. Una esperanza de conciliación que se confía en que crezca en la medida que se vaya desvaneciendo con el tiempo el fantasma del caudillo omnipresente.
Muchos ciudadanos están extenuados por la polarización política, el odio y el rencor social
“Gane quien gane todo va a cambiar”, dice el analista Manuel Felipe Sierra. “La sola desaparición de Chávez ya es un elemento de distensión. Si vence Maduro seguirá durante unos meses la retórica de la confrontación, pero eso no es todo. La situación económica, que no permitirá lo que llaman una profundización de la revolución, y la coyuntura internacional empujan también a medio plazo hacia un relajamiento del clima político. En realidad, ninguno de sus aliados en la región ha seguido su camino y no es lo mismo el binomio Fidel Castro/Chávez que el de Raúl/Maduro”.
La idea de un régimen más orientado hacia la negociación por las circunstancias suscita dudas sobre la capacidad de Maduro para ser, como su mentor, el catalizador de todas las facciones e intereses dentro del chavismo, desde las fundamentalistas a las pragmáticas pasando por las puramente oportunistas. Quienes conocen al presidente encargado subrayan que se trata de un civil y de un antiguo sindicalista, proclive a la negociación. Otro frente de incertidumbre lo constituyen las fuerzas armadas muy ideologizadas en sus niveles más altos y parte central del proyecto chavista. Desde las elecciones regionales de diciembre, de los 20 Estados en poder de los chavistas, los gobernadores de 11 son militares.
Los datos filtrados por las empresas de demoscopia en las últimas horas, que hay que acoger con escepticismo, auguran una victoria de Maduro pero con una ventaja más corta de la lograda por Hugo Chávez sobre Capriles en las elecciones del pasado de 7 de octubre, que fue de 10 puntos. La fuerte movilización de los opositores en esta ocasión así como la posibilidad de que parte del electorado chavista se decida por la abstención son variables que podrían ser claves en el resultado de esta noche.
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