Cahuzac, la ejemplaridad y los medios
El caso ha revelado la connivencia de gran parte de los medios "tradicionales", que prefirieron mirar hacia otro lado
La bomba Cahuzac le ha explotado en las manos a François Hollande y supone un problema político mayor para el presidente que había prometido una República ejemplar. Es verdad que el ministro de Hacienda y Presupuesto fue cesado por el Elíseo en cuanto se supo que los jueces le habían abierto una investigación formal. Pero también lo es que la publicación de la noticia de sus cuentas suizas en la web Mediapart, aparecida en diciembre, era suficientemente detallada y obvia como para que un presidente ejemplar hubiera exigido al ministro que se ocupaba de los recortes y del fisco explicaciones y responsabilidades inmediatas.
Los cuatro meses pasados desde entonces, en los que Cahuzac juró y perjuró en todos los foros no tener ni haber tenido nunca cuentas en el extranjero revelaron tanto la candidez y la complacencia de la clase política en pleno —la oposición que ahora truena prefirió mirar hacia otro lado incumpliendo su misión fundamental de control— como la connivencia de la mayor parte de los medios de comunicación "tradicionales", que en vez de dedicar sus recursos a profundizar en los indicios para exigir cuentas al poderoso llegaron a despreciar la investigación del pequeño pero siempre riguroso medio digital fundado por Edwy Plenel hace cinco años.
Hace 70 años el general De Gaulle le dijo a Malraux que Combat, el periódico de Albert Camus, era el único que escapaba de la mediocridad, aunque estaba hecho por gente intratable. Una vez más, los intratables han colocado a la democracia en su sitio. El ataque de histeria e hipocresía colectivo generado ayer por la confesión de Cahuzac —buscando ventajas procesales— podría haberse evitado si, como ha dicho Plenel, la democracia hubiera funcionado en estos cuatro meses en los que todos prefirieron mirar hacia otro lado. Como Italia y España, Francia se ha metido a fondo en el fango de la mentira política y la corrupción. Y como allí, no solo es culpa de los mentirosos y los corruptos.
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