Nelson Mandela, hospitalizado por una infección pulmonar
El presidente Zuma pide a los “sudafricanos y al resto del mundo" que recen por Madiba
Una recaída ha llevado a Nelson Mandela de nuevo al hospital. En los últimos dos años ha sido ingresado cinco veces, tres en lo que va de año. El expresidente sudafricano, de 94 años, ingresó el miércoles afectado por una infección pulmonar justo antes de la media noche en un centro hospitalario del que, como es habitual, no se ha facilitado la ubicación. Numerosas cámaras de televisión hacen guardia ante el Hospital de Pretoria, ante la sospecha de que se encuentre allí. El jueves la Presidencia sudafricana informó de que el paciente "está respondiendo positivamente al tratamiento contra la infección pulmonar que padece".
Mandela ingresó plenamente despierto en el hospital. “Está consciente”, ha dicho el portavoz de la presidencia Mac Maharaj en una entrevista a la cadena británica BBC. “Tenemos plena confianza en que los doctores que le están atendiendo van hacer lo posible para garantizar el mejor tratamiento”, ha declarado.
El actual presidente del país, Jacob Zuma, ha pedido a los “sudafricanos y al resto del mundo que recen por Madiba -el nombre en xhosa con el que se le conoce en su tribu- y su familia”. Asímismo ha reclamado que se deje trabajar al equipo médico y se preserve la intimidad de los Mandela.
Los problemas pulmonares de Madiba empezaron durante su largo cautiverio en la prisión de Robben Island, ante las costas de Ciudad del Cabo, donde pasó gran parte de sus 27 años de prisión castigado por el régimen segregacionista del Apartheid.
El ingreso de Mandela se produce tan sólo 20 días después de que se sometiera a “pruebas rutinarias” para controlar la salud. En aquella ocasión estuvo sólo una noche hospitalizado y regresó a su domicilio en un barrio residencial de Johanesburgo tras recibir buenos resultados. Préviamente, en febrero, tuvo que ser hospitalizado por una dolencia estomacal y tras practicarle diversas pruebas fue dado de alta.
Pero su hospitalización más larga y la que levantó mayores temores por su vida fue el pasado mes de diciembre. Mandela estuvo ingresado en un centro de Pretoria durante 18 días tras ser operado de cálculos en la vesícula y ser tratado también por problemas respiratorios. La presidencia sudafricana ha mantenido en todos sus ingresos un gran hermetismo, no ha querido identificar nunca el hospital donde está ingresado y suele informar de sus entradas y salidas una vez que se han producido. Este silencio ha levantado en alguna ocasión la sospecha de que el expresidente estaba al borde de la muerte.
Galardonado con el premio Nobel de la Paz en 1993 junto al último presidente sudafricano del Apartheid, Frederik De Klerk, Mandela sigue siendo un referente no sólo en Sudáfrica. Sus compatriotas sienten por él una especial debilidad e incluso recientemente han acuñado su imagen a los nuevos billetes. El Museo del Apartheid le dedica una amplia exposición en el que se analiza su figura desde el punto de vista de líder, presidente e icono mundial de la paz.
La última aparición pública de Mandela se remonta a julio de 2010, en el partido de la final de la Copa del Mundo, en el estadio de futbol de Johanesburgo. El expresidente pasa su tiempo entre su domicilio en la metrópolis y en Qunu, una localidad en la región del Eastern Cape, cerca de la costa del Océano Índico.
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