“Polonia cumplirá los criterios para entrar en el euro en 2015”
El presidente del Consejo Económico del primer ministro polaco critica el derroche en el empleo de los fondos europeos que han llevado a cabo otros países
Primero como primer ministro (entre 1990 y 1991), luego como ministro de Integración Europea y ahora como presidente del Consejo Económico del primer ministro -Donald Tusk-, Jan Krzysztof Bielecki, de 62 años, ha sido testigo de la profunda transformación de Polonia desde la transición del comunismo a la democracia y la economía de mercado. En medio de la peor crisis en décadas, el país ha evitado la recesión -en 2009 fue el único país de la UE que lo logró-, aunque en el último año ha experimentado una deceleración y una fuerte caída del consumo. Pese a los signos de que el contagio llama a las puertas de Varsovia, Bielecki se muestra confiado y optimista, y asegura que en dos meses habrá un repunte. Para él, el éxito de estos años en Polonia se debe al equilibrio entre “austeridad y crecimiento” y a las decisiones políticas que el país ha tomado “por encima de los tecnicismos”.
Bielecki, que estuvo la semana pasada en Madrid para participar en el programa del Foro de Liderazgo que organiza el IE Business School, defiende la gestión de Polonia de los fondos europeos, lejos del derroche y la grandilocuencia con la que se han manejado en otros países, poniendo como ejemplo de ello la inversión en alta velocidad -en una clara referencia a España- o en grandes aeropuertos y autovías que obedecían más a intereses electorales que a las necesidades reales.
Pregunta. La economía polaca ha logrado esquivar la recesión en los últimos años. ¿Cómo lo ha logrado?
Respuesta. Desde 1991, intentamos hacer más o menos lo mismo: mantener el desarrollo económico y la disciplina fiscal, el equilibrio entre crecimiento y austeridad. En los últimos 24 años, hemos sido el único país de Europa Central y del Este que ha evitado la recesión. Desde que nos recuperamos de la transición, arrancamos el motor y hemos avanzado, con altibajos, pero avanzado. En la última crisis, hemos hecho lo contrario que otros países: cuando Europa pedía estímulos debido al temor a la recesión, nosotros empezamos a apretarnos el cinturón. En 2011, el déficit fiscal aumentó y tuvimos que ajustarlo rápidamente, porque podía ser peligroso.
P. Polonia está muy vinculada a la Eurozona. ¿Cuáles son los riesgos?
R. El 70% de la economía de Polonia se basa en empresas europeas, alemanas en particular. Alemania exporta a Polonia y República Checa la misma cantidad de bienes que a Estados Unidos. Por suerte, la locomotora alemana va bien, y eso es bueno para Polonia: si la economía alemana crece -y lo hará este año-, la economía polaca crecerá. Deberíamos estar en el 1,7%-1,8% este año.
P. Sus previsiones son muy optimistas, pese a que a finales de 2012 hubo una fuerte caída de la demanda interna y el crecimiento se ha decelerado.
R. Estamos a punto de repuntar de nuevo tras un corto periodo de ralentización. Para los próximos dos meses espero una recuperación y las cuentas de 2013 no serán malas: definitivamente mejores que el pronóstico de la Comisión [un 1,2% del PIB]. Además, nosotros tenemos la oportunidad de recurrir a la devaluación interna o externa, pero sobre todo intentamos mantener el equilibrio entre austeridad y crecimiento. Hemos hecho bastantes ajustes y reformas estructurales. Hemos hecho un ajuste de las pensiones muy agresivo que, por ejemplo este año, nos reportará el 1% del PIB de ahorros adicionales. Esta reforma tendrá un impacto a largo plazo, cuando 67 años sea la edad de jubilación para todo el mundo, pero ya está teniendo reflejo en la economía polaca.
P. Parece que le entusiasma la austeridad.
R. La reforma de las pensiones no significa ser entusiasta o no de la austeridad. De hecho, deberíamos aumentar la edad de jubilación en paralelo a la esperanza de vida, porque el problema de estos éxitos sociales -y estoy bromeando, por supuesto- es que la esperanza de vida se ha incrementado radicalmente en Polonia: para los hombres, aumentó seis años en dos décadas, así que no puedes vivir más tiempo de tu pensión que de lo que has trabajado. En 2035, tendremos el problema de la caída demográfica y tendremos que estar más abiertos a la inmigración o estimular la tasa de nacimientos.
P. Pero todas estas medidas están creando un fuerte descontento entre los ciudadanos, y están asfixiando al sur de Europa. ¿Cree que la austeridad es una buena receta para países como Grecia, Italia o España?
R. En Japón, hay un dicho muy conocido sobre el Banco Central: 'Dame austeridad y te daré el dinero'. En Europa, en los últimos años, se ha convertido en 'Te doy austeridad y quizá luego, si cumples con la austeridad, te daré el dinero'. ¡Esto no funciona así! Es una contradicción respecto a la experiencia que tuvimos en Polonia a principios de los noventa. Entonces, el FMI nos presionaba, incluso aunque estuviéramos en recesión los primeros años, para aplicar más y más medidas de austeridad, pero, de hecho, ¡no lo hicimos! Por el contrario, el Banco Central polaco compró bonos directamente del presupuesto y se aplicaron otros estímulos a la economía.
P. Las medidas de austeridad de Bruselas, entonces, ¿no están funcionando?
R. Para empezar, las medidas llegan tarde. El liderazgo consiste en no tener miedo de tomar decisiones difíciles rápidamente. Y este miedo ha estado bloqueando, en mi opinión, a los gobernantes europeos. Durante algún tiempo tuvieron una opción, [usar la baza de] el Banco Central Europeo era una manera de decirle a los especuladores 'podemos usar un bazuca'. Así que a veces es suficiente con mostrar determinación. Se trata de política, no de tecnicismos económicos.
P. ¿Para cuándo la adhesión de Polonia al euro?
R. Existe un compromiso de adhesión, pero fijar una fecha límite en este contexto es muy arriesgado. Nuestro primer ministro cometió este error en el pasado, cuando habló de 2012. Está bien tener un objetivo, pero es necesario cumplir con todos los criterios. Pienso que los cumpliremos en 2015, pero eso no significa que vayamos a unirnos al euro inmediatamente, al día siguiente.
P. Polonia es la principal receptora de fondos europeos, que han desempeñado un factor clave en el desarrollo del país. ¿Qué estrategia han seguido para lograr el mayor rendimiento, en comparación con otros países del Este, que tienen problemas incluso para absorberlos?
R. Somos los mayores receptores de fondos europeos para los próximos siete años. En los últimos siete, demostramos que somos buenos administradores de estos fondos, con un solo ministerio que supervisa todo el proceso. Hemos apostado por la planificación a largo plazo, hemos enseñado a los municipios a planificar, con un buen control del proceso. Hemos invertido en infraestructuras, pero era importante que el desarrollo se debiera más a factores económicos que a voluntades políticas. Se trata de organizar el proceso y planificarlo, no de tus deseos o voluntad política porque tienes el poder, que es lo que ha pasado en muchísimos casos en Europa, y construyen carreteras y aeropuertos demasiado grandes para las necesidades, pero [decían que eso] era por el futuro. Eso no es buena planificación, es la imaginación de los políticos, que no tienen que pagarlo [con su presupuesto] porque es dinero europeo. Era fácil decir 'es un gran proyecto, una gran visión, necesitamos un parque acuático y una autopista que lleve hasta el parque porque a mis votantes les gustará divertirse el fin de semana'. Y el mismo problema hay, y ustedes lo conocen muy bien en su país, con los famosos trenes rápidos [la alta velocidad]. Es la vía más rápida para la inversión, porque puedes gastar 20 o 30 billones de zlotis [alrededor de entre 5.000 y 7.000 millones de euros]. Así, se puede reducir el tiempo de viaje entre dos puntos de Polonia entre una hora y una hora y media...al coste adicional de 20 o 30 billones de zlotis. ¡Es absurdo!
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