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Los secuestros de las FARC provocan una crisis en el proceso de paz de Colombia

De la Calle, jefe negociador del Gobierno, dice que la guerrilla quiere forzar un alto el fuego El presidente colombiano reitera que continuarán las operaciones militares

Iván Márquez (de negro), jefe negociador de las FARC, este jueves en Cuba.
Iván Márquez (de negro), jefe negociador de las FARC, este jueves en Cuba.F. R. (AP)

El proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC vive su primer amago de crisis. Aunque las dos partes continúan negociando en La Habana, en Colombia la guerrilla ha reanudado los secuestros contra civiles y miembros de la Fuerza Pública y los atentados terroristas. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos ha reiterado la orden de intensificar las operaciones militares en todo el país, así se esté negociando la paz en Cuba.

Santos había pronosticado al inicio de las conversaciones que la negociación se realizaría en medio del conflicto y así ha ocurrido hasta ahora. Sin embargo, la guerrilla ha decidido presionar para que cambien las condiciones y lo ha hecho volviendo a secuestrar, lo que ha detonado una suerte de crisis en La Habana porque cierto sector de la opinión pública y de la oposición ha usado los incidentes para reiterar su rechazo a las negociaciones o para poner en duda las intenciones reales de paz de las FARC.

En Colombia, la escalada de la guerrilla —después de que terminara su cese unilateral de alto el fuego de dos meses— se ve como un intento de forzar un cese bilateral y, en menor escala, una regularización de las hostilidades. A lo primero el Gobierno ha respondido que solo habrá un cese si se llega a un acuerdo de paz definitivo y a lo segundo, que esta sería una forma de “institucionalizar” y alargar un conflicto que lleva más de 50 años.

¿Pero está en riesgo el proceso? La guerrilla ha dicho que por ahora no se levantará de la mesa y que insistirá en este intento por alcanzar la paz. Este pronunciamiento se ha producido después de que el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, exigiera el pasado día 30 a las FARC que dijeran si realmente quieren la paz “para no hacerle perder el tiempo al Gobierno y a los colombianos”. El origen de la confrontación entre ambas partes está en el anuncio de la guerrilla de que seguirán secuestrando a policías y militares.

Para el analista Camilo Echandía, uno de los más reconocidos expertos en el conflicto armado colombiano, este tipo de puntos muertos no pone en riesgo la negociación. “Esto forma parte del teatro de fondo del proceso de paz. Lo que le hace falta al Gobierno es pedagogía, explicarle a los colombianos lo que significa negociar sin cese el fuego”, dijo. “Lo que hace la guerrilla es demostrar su infinita debilidad, estas acciones no se comparan con el poder militar que tenían una década atrás”, agregó el experto.

El viernes, al reanudar las conversaciones en La Habana, Iván Márquez, jefe negociador de las FARC, leyó un comunicado en el que la guerrilla se queja de las reiteradas negativas del Gobierno de Santos, pero en el que asegura que no se levantarán de la mesa de negociación. “Ya son múltiples y estridentes los noes del Gobierno a todas nuestras iniciativas en favor de la paz de Colombia. De complemento, el pueblo ha escuchado a través de los medios de comunicación la reiteración de la orden gubernamental de arreciar la guerra, que extrañamente ahora se hace acompañar de quejas por sus consecuencias, mientras se nos llama cínicos”, dijo el jefe guerrillero. Márquez se refiere a las 10 propuestas presentadas por la guerrilla— diferentes de las pactadas en la agenda de negociación— entre las que destacan la celebración de los diálogos en territorio colombiano, integrar a la ronda negociadora a Simón Trinidad, jefe guerrillero preso en Estados Unidos, convocar una Asamblea Constituyente, regularizar la guerra, pactar un cese bilateral del fuego, convocar a los ministros de Agricultura y de Defensa a La Habana, y permitir la participación de la sociedad civil en la mesa de negociaciones.

Y todo esto ocurre mientras un fuerte operativo militar consiguió liberar el pasado miércoles a tres ingenieros, contratistas de la empresa Gran Terra Energy, que, según las autoridades, fueron secuestrados por guerrilleros del Frente 49 de las FARC, en Piamonte— una localidad del departamento de Cauca, al sur de Colombia—, donde se construye una plataforma de exploración petrolera. La liberación se produjo tras 24 horas de cautiverio.

Estos secuestros se efectuaron seis días después de que fueran capturados los policías Víctor Alfonso González Ramírez y Cristián Camilo Yate Sánchez en el departamento del Valle del Cauca, también al sur del país, y de que se frustrara el secuestro de un ingeniero agrónomo que estuvo retenido cuatro horas por guerrilleros de la columna móvil Gabriel Galvis.

La guerrilla también ha sido golpeada fuertemente en las últimas horas. El jueves, en una operación de la Policía y la Fuerza Aérea colombianas murieron seis guerrilleros en el Nudo de Paramillo, un lugar ubicado entre los departamentos de Antioquia y Córdoba, al norte del país. Entre los abatidos está Jacobo Arango, cuyo nombre real es Luis Carlos Durango, jefe del Frente 5 de las FARC, un guerrillero que llevaba 37 años en la organización y era muy cercano a Iván Márquez.

Por otro lado, este viernes fallecieron tres oficiales de policía en un ataque del Frente 59 de las FARC entre la localidad de Carraipía y la ciudad de Maicao, en el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela, informa Efe.

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