Piñera aumenta el gasto educativo para frenar la protesta estudiantil
La derecha chilena intenta ganar votos para las presidenciales de 2013
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha enviado al Parlamento un proyecto de ley que contiene un aumento del 9,4% en el presupuesto fiscal en educación, el sector donde se han concentrado las protestas encabezadas por estudiantes contra el Gobierno de derecha para afrontar 2013, el último año de su administración, en el que los votantes deberán elegir a su sucesor en La Moneda, a la totalidad de los diputados y a la mitad de los senadores.
A pesar de que la economía chilena marcha con un buen ritmo, con proyecciones de crecimiento del PIB de 5% en 2012 y el 4% en 2013, y de que el desempleo está en 6,5% —una tasa históricamente baja—, Piñera, el primer gobernante elegido en las urnas de la derecha en más de 50 años, se acerca al fin de su período de cuatro años y sin posibilidad de reelección en un escenario adverso. El presidente no ha logrado remontar en las encuestas, donde en agosto obtuvo un 36% de apoyo a su gestión y un 57% de rechazo, según la empresa Adimark. Entretanto, los ministros de su Gobierno que son precandidatos para la elección presidencial aparecen derrotados con amplitud por la expresidenta Michelle Bachelet, en todos los sondeos.
Un indicador visible en las calles de la falta de apoyo al presidente es la propaganda electoral que inunda Santiago por las elecciones municipales del 28 de octubre, la primera prueba electoral de Piñera, donde se elegirán alcaldes y concejales. Mientras muchos candidatos opositores aparecen acompañados por Bachelet en las fotos de los letreros de propaganda, los postulantes de la derecha evitan poner sus fotos junto a la imagen de Piñera.
Aludiendo a la ventaja superior a 40 puntos que Bachelet obtiene sobre sus contrincantes en las encuestas, Piñera admitió el domingo en una entrevista que lo más probable es que ella sea candidata, pero advierte que “aún no está resuelto el ganador o perdedor de la próxima elección presidencial”. Agregó que “Chile va por el camino correcto y sería un error desviarnos de este camino, que nos lleva a pie firme hacia algo que nunca antes habíamos logrado, como hacer de Chile un país desarrollado”.
A juicio de Piñera, la elección “no está escrita” y es “un libro abierto”, a pesar de las fortalezas de Bachelet, a quien ha calificado como “una gran candidata”. El problema, ha recalcado, es que la Concertación [la coalición de centroizquierda que gobernó Chile entre 1990 y 2010] “no está pasando por un buen momento, no tiene un proyecto de país, no tiene una visión de futuro. Creo que está muy dividida”.
En un mensaje difundido por la cadena nacional de televisión para dar a conocer el proyecto de presupuesto en la noche del domingo, Piñera pidió al Congreso no caer en los “cantos de sirena del populismo” y recordó que en medio del mundo en crisis, “la economía chilena está sana”.
Parlamentarios opositores calificaron de insuficiente el presupuesto que presentó el Gobierno y pidieron un aumento del gasto en educación, para que los recursos recaudados por una reciente reforma tributaria se destinen íntegramente a este sector. El debate por el presupuesto fiscal es el que mayor energía demanda a los parlamentarios cada año, con el ingrediente especial de la suspicacia por ser 2013 año electoral. Mientras en el oficialismo muchos esperan mayor gasto, en la oposición analizan con lupa el destino de los recursos que puedan servir para ganar votos.
El movimiento estudiantil, un actor que irrumpió en el escenario político en 2011 y sorprendió tanto al Gobierno como a la oposición, mira con escepticismo esta batalla por el presupuesto. Aunque consideran un triunfo de sus movilizaciones que un Gobierno de derecha haya aumentado el gasto, quieren un cambio del modelo educativo basado en el mercado y fortalecer la enseñanza pública. Sus marchas concitan adherentes, aunque en menor medida que en 2011, por el desgaste que han sufrido, y los estudiantes todavía no han logrado un apoyo de los sindicatos que vaya más allá de la retórica. Su estrategia será presionar con sus demandas a los candidatos presidenciales.
El Gobierno, entretanto, espera mantenerse firme sin aumentar el presupuesto que envió al Congreso. Piñera replicó ayer a los que quieren incrementar el gasto: “Claro que podríamos aumentar el gasto en forma irresponsable ¿Para qué? ¿Para terminar como Grecia o España? El presupuesto de Chile significa mejorar, avanzar. Esa es la diferencia entre un país serio, que hace las cosas bien”.
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