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El uso del ruso como lengua cooficial desata una crisis política en Ucrania

La aprobación de una ley que mejora el estatus legal del idioma en algunas regiones provoca disturbios y la dimisión del presidente del Parlamento

Pilar Bonet
Una opositora protesta en Kiev.
Una opositora protesta en Kiev. ANATOLII STEPANOV (REUTERS)

Una ley que mejora la posición legal de la lengua rusa ha originado una tormenta política en Ucrania, en cuya capital, Kiev, se produjeron este miércoles por la mañana enfrentamientos entre las unidades antidisturbios Berkut y manifestantes que habían pasado la noche en vela para protestar contra el documento, presentado por diputados del Partido de las Regiones. La Rada Suprema (Parlamento) aprobó por sorpresa la ley en segunda lectura el 3 de julio con el resultado de 248 votos a favor (el mínimo necesario era de 226 votos).

La ley, que de ser firmada por el presidente Víctor Yanukóvich entraría en vigor en 2013, no altera el carácter del ucraniano como única lengua estatal, pero dispone que las otras lenguas habladas en Ucrania puedan recibir estatus de “lengua regional” en las unidades administrativas donde sean la lengua materna de un mínimo del 10% de la población local, lo que en el caso del ruso supone 13 de las 27 regiones del Estado.

Además del ruso, en Ucrania se hablan otras lenguas regionales, como el tártaro (comunidad tártara de la península de Crimea), el húngaro (Transcarpatia) y el rumano (Chernovtsi). Sin embargo, estas lenguas no están tan difundidas como el ruso ni tampoco son percibidas como una amenaza para la lengua estatal. La controvertida ley prevé que los miembros de las minorías lingüísticas puedan manejar documentación oficial en su idioma (donde este tiene carácter de lengua regional) y que los pasaportes, de desearlo, estén escritos en la lengua natal, además de la estatal. En el Ejército, la única lengua sería el ucraniano.

La Rada no había incluido la ley en su programa semanal y el jefe del parlamento, Vladímir Litvín, había asegurado que no daba tiempo a debatirla antes del fin de las sesiones parlamentarias, el 6 de julio. Sin embargo, en su ausencia y bajo la dirección de uno de sus vicepresidentes, Adam Martiniuk, la ley fue aprobada de forma acelerada sin que la oposición tuviera tiempo a reaccionar. La jornada concluyó con un forcejeo en el Parlamento.

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En un gesto de presión, Litvín, que se ha negado a firmar la ley, pidió este miércoles a la Rada que aceptara su dimisión, pero la mayoría de la Cámara está dispuesta a convencerle de que no se vaya, según manifestó el líder del grupo parlamentario del Partido de las Regiones, Aleksandr Yefrémov. Este diputado dijo que Litvin y Nikolái Tomenko, otro de los vicepresidentes del Parlamento (dispuesto a dimitir), no han cesado desde el punto de vista jurídico y calificó de “emocionales” las declaraciones efectuadas por ambos. En la Rada apareció además un proyecto de ley destinado a anular la que fuera aprobada el 3 de julio, y Yanukóvich aseguró que no firmará el documento de la discordia antes de que este sea sometido a un examen.

Litvín ha dicho que todas las lenguas tienen derecho a existir en Ucrania, pero “no a costa de la lengua estatal”, y que el proyecto de ley en liza hubiera podido satisfacer a todos si se le hubieran incorporado las enmiendas presentadas (hay más de 2.000). En unas declaraciones al periódico Izvestia en Ucrania, Litvín admitió que la ley no propone introducir una segunda lengua estatal, sino incrementar el papel de las llamadas lenguas regionales. La lengua ucraniana es “un elemento clave del régimen constitucional”, sentenció.

El presidente Víctor Yanukóvich suspendió la rueda de prensa que había programado este miércoles a mediodía y se reunió con los líderes del Parlamento. En los enfrentamientos entre manifestantes y policía en el centro de Kiev se usaron gases lacrimógenos, se rompieron cristales y volaron botellas y, según Interfax, fueron heridos diez agentes del orden público. Una decena de diputados de la Rada se declararon en huelga de hambre y los manifestantes en Kiev están dispuestos a pasar en vela la noche del miércoles al jueves.

También hay protestas en contra de la ley en Járkiv y Donetsk, en el este, y en Lviv, en el oeste. Las controversias sobre la cuestión lingüística en Ucrania se agudizan en vísperas de las elecciones parlamentarias previstas para octubre, aunque tal vez podrían adelantarse, según el presidente Yanukóvich. La oposición liberal que se ha unido bajo la figura de Arseni Yazeniuk (dado el encarcelamiento de Yulia Timoshenko) rechaza el proyecto de ley y se ha movilizado para denunciar las irregularidades con las que fue aprobado. Una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, citada por la agencia rusa Ria-Nóvosti, indica que un 65% de los ucranianos están a favor de que se conceda a la lengua rusa el estatus de lengua de las minorías en las regiones donde así lo desee la población y un 26%, a favor de que el ruso se convierta en la segunda lengua estatal en todo el territorio de Ucrania.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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