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Los policías amotinados en La Paz chocan con seguidores de Evo Morales

Miles de agentes desfilan con disparos al aire frente al Palacio de Gobierno y se enfrentan con partidarios del presidente convocados para rechazar un supuesto golpe de Estado

Policías en huelga desfilan por las calles de La Paz.
Policías en huelga desfilan por las calles de La Paz. AIZAR RALDES (AFP)

La tropa amotinada de la Policía boliviana mantiene el control de la plaza de Armas de La Paz, tras desalojar a los manifestantes afines al gubernamental Movimiento Al Socialismo (MAS) que acudieron para exigir a los policías que vuelvan al trabajo y a fin de resguardar la sede de Gobierno, que ha cerrado sus puertas desde el jueves y está custodiado por la Policía Militar.

Los suboficiales, sargentos y policías llevan amotinados cinco días junto a sus esposas. Los agentes demandan al Gobierno una homologación de salarios, mejores pensiones de retiro y la derogación de una ley de régimen disciplinario. El movimiento está respaldado ahora por mandos medios de la policía.

Con la plaza de Armas bajo control por sus cuatro esquinas, varios policías con caras cubiertas y chalecos antibalas efectuaron disparos al aire ante las puertas de la Casa de Gobierno, según el relato de la radio Erbol, en un acto considerado como “advertencia” para que los seguidores del MAS no vuelvan a la plaza Murillo, donde también se encuentra el edificio de la Asamblea Legislativa y de la Gobernación de La Paz.

Los policías reunidos en el cuartel amotinado de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) salen varias veces en el día en ruidosas manifestaciones alrededor de la plaza de Armas para demandar a viva voz un mejor incremento salarial. En la manifestación de la mañana se encontraron con las Juntas Vecinales y de los Colonizadores, afines al MAS, que les exigían con insultos la vuelta al trabajo tras el acuerdo entre sus dirigentes y el Gobierno suscrito el domingo.

Los amotinados se enojaron y los sacaron a empujones de la plaza y ante la resistencia, golpes y palos de por medio, emplearon gases lacrimógenos para dispersarlos. Concluyeron la manifestación exigiendo una “nivelación”, es decir, una homologación a los salarios percibidos por los militares. “No queremos bono, queremos salario”, en alusión al aumento de 22 euros concedido por el Gobierno para unirlo a las pagas extras que no se cuentan dentro del salario ni de los beneficios sociales.

El vicepresidente, Álvaro García Linera, ha pedido a los movimientos sociales paciencia ante la persistente rebeldía de los policías amotinados para no prestarse al juego de los presuntos golpistas que buscan muertos como banderas políticas. “Ya estamos ante temas políticos y conspirativos", ha advertido García Linera en conferencia de prensa, "que quieren pasar a una segunda etapa de conspiración golpista con muertos entre la ciudadanía”. El vicepresidente ha asegurado que el Gobierno va a desplegar paciencia y no la fuerza que tiene en su poder para controlar la coyuntura.

El presidente, Evo Morales, ha asegurado que no va a apelar a las Fuerzas Armadas con el fin de evitar muertes, aunque denunció que en el informe de inteligencia sobre el plan subversivo se daban sugerencias para limpiar a los plomos, en alusión al color del uniforme del Ejército.

La cadena de radio y televisión estatal convocó el domingo a las fuerzas sociales para poder defender al presidente y a su Gobierno. Vecinos de algunos barrios de La Paz constataron la presencia de seguidores del MAS. La Confederación Sindical de Campesinos ha anunciado que si la Policía no vuelve al trabajo, se pedirá su reemplazo con la policía sindical con el objetivo de garantizar el orden y la seguridad ciudadana.

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