El Gobierno boliviano expropia la mina Colquiri, de la suiza Glencore
La empresa operaba yacimientos de estaño, zinc, plata y plomo desde el 2000
El Gobierno boliviano ha revertido al Estado las concesiones mineras que la empresa Sinchi Wayra, subsidiaria de la suiza Glencore, tenía en el distrito minero de Colquiri y ha nacionalizado equipos y maquinaria a favor de la Corporación Minera de Bolivia.
El decreto de nacionalización ha sido promulgado por el vicepresidente Álvaro García Linera —presidente en funciones por la ausencia de Evo Morales que participa en Río+20—, en la Casa de Gobierno de La Paz, ante decenas de trabajadores mineros asalariados y cooperativistas al término de un grave conflicto de tres semanas, en las que se registraron avasallamientos y enfrentamientos con dinamita entre ambos sectores en pugna.
El documento gubernamental de nacionalización establece un periodo de 120 días para que una auditora internacional proceda a la evaluación del patrimonio de la empresa Colquiri a fin de establecer el pago final, previo descuento de obligaciones tributarias y sociales, pago que se hará en Bolivia.
La empresa Sinchi Wayra mantiene, desde el 2000, contratos de arrendamiento y de riesgo compartido en Oruro y Potosí y, opera yacimientos de estaño, zinc, plata y plomo. El pasado año pagó 19 millones de dólares por impuestos y regalías devengadas por operaciones en Colquiri.
En 1997, época de la privatización de empresas estatales y hoy en proceso de recuperación, Colquiri pasó a manos de la Compañía Minera del Sur (COMSUR) de Gonzalo Sánchez de Lozada, que a comienzos de siglo la transfirió a la subsidiaria de Glencore, con el 100% de acciones.
El decreto establece también que la Corporación Minera de Bolivia administrará la distribución de los yacimientos entre las cooperativas y los trabajadores de la empresa minera Colquiri, que fue uno de los factores de gran discrepancia entre cooperativistas y asalariados.
El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Juan Carlos Trujillo, ha considerado la fecha como “histórica” no solamente por recuperar para los bolivianos una fuente de recursos naturales, sino por el triunfo del diálogo democrático entre trabajadores y Gobierno “para resolver los problemas del país evitando el enfrentamiento y el innecesario derramamiento de sangre”, en alusión a la violencia desatada en Colquiri por el dominio de los yacimientos y que ha dejado un saldo de una veintena de heridos por la explosión de dinamita, que se lanzaron los unos contra los otros.
“La nacionalización fortalece al Estado y beneficia al pueblo, que contará con recursos para la educación y la salud”, ha destacado Trujillo y ha reiterado la importancia del “diálogo como la única instancia para solucionar los problemas”.
El vicepresidente García Linera, —que ha expuesto como justificación a la expropiación el pensamiento de Lenin y MaoTse Tung en relación al capital extranjero en Estados socialistas y la solución de contradicciones antagónicas en el seno interno de los pueblos—, ha mencionado que el consenso entre los 400 asalariados de Sinchi Wayra y el millar de mineros de la Cooperativa 26 de Febrero ha sido posible tras pacientes reuniones hasta llegar a acuerdos.
García Linera ha señalado que la nacionalización es “la base material de la soberanía del pueblo” que, en posesión de sus recursos naturales es dueño de su futuro, aunque ha advertido que no es necesario nacionalizarlo todo.
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