Un candidato a fiscal... poco idóneo
Daniel Reposo, presentado por el Gobierno argentino al cargo de procurador general, apoyó al vicepresidente, Amado Boudou, investigado por corrupción
El funcionario de 44 años Daniel Reposo intentará convencer el martes a los 72 senadores de Argentina de que el Gobierno no se equivoca al proponerlo para el cargo de procurador general de la nación (fiscal general). Dentro de una semana, el miércoles 13 de junio, en esa misma Cámara se votará su nombramiento. Y si el Gobierno consigue una mayoría de dos tercios a favor, es decir, al menos 48 de los 72 senadores presentes, Reposo será el nuevo jefe de todos los fiscales argentinos, a pesar del alboroto, la mofa y la indignación que ha provocado su nombre en la oposición.
La candidatura de Reposo sobrevino después de que el vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, sobre quien pesa una denuncia por enriquecimiento ilícito y otra por tráfico de influencias, denunciara el pasado 5 de abril que el entonces procurador general, así como el juez y el fiscal que lo investigaban, carecían de la independencia y honestidad necesarias para juzgarle. Allí donde Boudou puso el ojo y la palabra fueron llegando las tres balas. Pocos días después de su denuncia dimitía el procurador, Esteban Righi, y eran apartados del caso el juez Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Rívolo. El Gobierno propuso entonces como candidato a procurador a Reposo, abogado miembro de la Sindicatura, órgano de control interno del Gobierno. Reposo había publicado tuits en las redes sociales en los que expresaba su apoyo al vicepresidente en medio de la tormenta de informaciones periodísticas que lo involucraban con un supuesto tráfico de influencias. “Ayer fuimos testigos de un modelo de militante y de generosidad con Amado Boudou anteponiendo el proyecto y el modelo por sobre sus intereses”, señalaba en un tuit publicado el pasado 22 de mayo en su cuenta (@danielreposo).
Tras postularse su nombre para el cargo, Reposo presentó un currículo ante las autoridades en el que afirmaba que había pronunciado una conferencia junto al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. La ONU desmintió el dato y en el entorno de Reposo afirmaron que todo se debió a un “error de tipeo que le hizo poner ‘disertante’ en lugar de ‘participante”. También sostuvo en su currículo que ha sido secretario de la sede argentina de la Asociación Internacional de Abogados y Juristas Judíos entre 1996 y 2002. Pero el citado organismo negó tal extremo. Mientras tanto, el diario argentino La Nación informó de que Reposo había tardado casi ocho años en terminar la carrera de Derecho y concluyó con una nota media de 5,5 si se tienen en cuenta solo los exámenes aprobados.
A partir de entonces hizo furor en Twitter la etiqueta #ElCVdeReposo (El Currículo Vitae de Reposo): “Según el CV de Reposo, en 1979 representó a Darth Vader en el Tribunal Internacional de La Haya”. “Último momento. Sospechan que las teorías de S. Hawking fueron plagiadas de Daniel Reposo. Ampliaremos”. “Reposo le hizo los dos goles a Inglaterra en el mundial del 86”. “Yesterday (Lennon-McCartney-Reposo)”. “Desmienten que haya sido Reposo el que paró a los tanques en la Plaza de Tiananmen”.
Tras conocerse la postulación de Reposo, varios partidos de la oposición convocaron el 22 de mayo concentraciones de protesta contra la falta de independencia judicial. “Mentir sobre la experiencia de uno es peor que no tenerla”, señala la diputada opositora Graciela Ocaña, quien junto a otro parlamentario investigó el currículo de Reposo ante la ONU. “Alguien que miente no tiene las condiciones mínimas para ocupar el cargo de procurador general”.
Gustavo Ferrari, diputado opositor del Frente Peronista, indica que el caso trasciende lo meramente personal y anecdótico. “El procurador general es quien diseña la política criminal o penal en un país. Determina en qué casos los fiscales tienen que actuar o continuar con un procedimiento. Esto es una discusión institucional. Por supuesto que adquiere un plano personal cuando él falsea datos del currículo. Pero más allá de que tenga pocos antecedentes profesionales, porque no sabe nada de justicia penal; más allá de que no haya sido avalado por casi ninguna de las instituciones jurídicas prestigiosas de la Argentina… Más allá de eso, Reposo es alguien vinculado personalmente a aquel que provocó la salida del anterior procurador: Amado Boudou. Eso es lo más grave”.
Por su parte, el diputado oficialista Héctor Recalde, del Frente para la Victoria, cree que el caso Boudou responde solo a la influencia de tres medios de comunicación, Clarín, Perfil y La Nación. “Estos medios han conseguido que una mera denuncia parezca ya una condena. Eso viola principios constitucionales que garantizan el principio de inocencia, la defensa del juicio y el debido proceso. El vicepresidente ni siquiera está imputado en la causa, solo denunciado. Y a pesar de eso, hay quienes le piden que renuncie. Mañana pueden pedir también mi dimisión si alguien me denuncia por canibalismo”.
En cuanto a la idoneidad de Reposo, el diputado Héctor Recalde indica que con él se ha producido la misma “condena mediática” que con Boudou. “Y con una intensidad que tampoco se justifica. El de procurador es un cargo importante, pero no nos va la vida en ello. El procurador le dice a la Corte lo que piensa sobre un tema jurídico, pero quien resuelve al final es la Corte”. Recalde confía en el “juego de la democracia”. “Yo no lo conozco ni me preocupé de leer el currículo. Pero quien elige es el poder ejecutivo y quien aprueba el nombramiento es el Senado. A uno le puede gustar más o menos, pero así funciona una democracia”.
Con 25 votos en contra, la oposición impediría el nombramiento. Pero, de momento, solo tiene garantizados 20. Los senadores oficialistas confían en que la próxima semana Daniel Reposo será el nuevo procurador general de Argentina.
La Corte Suprema, una isla
Los diputados de la oposición en Argentina reconocen los logros que el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) obtuvo en su empeño por convertir la máxima instancia jurídica del país, la Corte Suprema, en un órgano independiente. Sin embargo, objetan que ahora el Gobierno de Cristina Fernández, su viuda y sucesora, no está a la altura de aquella labor.
“La Corte Suprema ha tenido algunos fallos verdaderamente independientes”, asume el parlamentario Gustavo Ferrari, del opositor Frente Peronista. “Pero el Gobierno no siempre ha cumplido sus fallos. Y la Corte no siempre insiste en que se cumplan sus dictámenes y no ha sido demasiado elocuente su protesta. Por ejemplo, el año pasado la Corte ordenó restituir en su cargo a un procurador de la provincia de Santa Cruz. El Gobierno aún no ha obedecido y eso provoca parálisis en la Corte”.
El opositor Ricardo Gil Lavedra, diputado de la Unión Cívica Radical, admite que la Corte Suprema es un tribunal de prestigio, “compuesta por muy buenos juristas” que han sido muy “proactivos en la defensa de los derechos humanos”. “Pero la Corte no ha sido tan estricta en materia de poner límites al poder”, señala.
La diputada opositora Margarita Stolbizer, del Frente Amplio Progresista, también reconoce que Argentina tiene “una buenísima Corte”. “Pero el poder ejecutivo no siempre cumple sus fallos. Y frente a todos los reclamos que le hacemos saca su 54%, que fue el porcentaje de votos con el que ganó la presidenta, como si eso fuera un cheque en blanco”, concluye la legisladora.
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