El nieto de un héroe de la Revolución, bajo sospecha
El general Tomás Ángeles tiene gran influencia en el Ejército, sobre todo en el área de Inteligencia El oficial persiguió a compañeros de armas implicados en el narcotráfico
El general Tomás Ángeles Dauahare es un militar con peso e historia en el Ejército mexicano. Nieto del general Felipe Ángeles, uno de los pocos jefes militares profesionales de la Revolución mexicana, quien combatió en las filas de Pancho Villa obteniendo grandes victorias, ha sido un hombre muy influyente en las últimas décadas en el ámbito castrense, sobre todo en el área de la inteligencia militar.
Nacido el 8 de noviembre de 1942, el general detenido el pasado martes fue agregado militar en la Embajada de México en Washington y secretario particular de Enrique Cervantes Aguirre, secretario de la Defensa Nacional durante la presidencia de Ernesto Zedillo (1994-2000). Desde ese puesto fue entre 1995 y 1996 el representante del Ejército en los diálogos de San Andrés Larráinzar entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército Zapatista en Chiapas.
Considerado un duro y un militar político, Ángeles Dauahare participó activamente en la detención y procesamiento del general Jesús Gutiérrez Rebollo, en 1997 zar antidrogas de México pero que en realidad trabajaba para Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los cielos, fundador del cartel de Juárez y llamado así por la flota aérea de la que disponía para introducir droga en Estados Unidos.
También participó en el consejo de guerra contra el general Mario Arturo Acosta Chaparro, acusado de vínculos con el narcotráfico, por lo que fue condenado a varios años de cárcel y posteriormente exonerado. Acosta Chaparro fue asesinado a plena luz del día el mes pasado, en el centro de la capital mexicana, sin que hasta el momento se haya practicado ninguna detención por el crimen.
Los expertos en temas militares dan por seguro que el general Ángeles Dauahare formó parte de la terna que el Ejército presentó en 2006 al entonces recién elegido presidente Felipe Calderón para que escogiese nuevo secretario de la Defensa Nacional. Calderón se decantó por el general Guillermo Galván, y Tomás Ángeles pasó a ocupar la Subsecretaría de la Defensa hasta 2008, año en el que se retiró. Las mismas fuentes señalan que su relación con el equipo de Galván no era buena, y mucho menos con las áreas de seguridad civiles como la Secretaría de Seguridad Pública, que dirige Genaro García Luna; la Procuraduría (fiscalía) General de la República o la Policía Federal.
La familia del general ha denunciado irregularidades en su detención y han presentado una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana, alegando que no han tenido derecho a la defensa.
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