El vicepresidente de Argentina ataca al juez que lo investiga
Amado Boudou está implicado en un caso de tráfico de influencias
Sonriente y relajado, el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, ha comparecido este jueves durante 40 minutos ante la prensa en el Congreso de los Diputados sin esgrimir un solo argumento que desbarate las noticias publicadas desde hace más de un mes en relación a un supuesto caso de tráfico de influencias en el que se encuentra involucrado. La segunda autoridad política del país usó las dependencias del Congreso de los diputados para atacar al fiscal Carlos Rivolo y al juez Daniel Rafecas, quienes ordenaron el miércoles el registro de un apartamento suyo.
Durante una alocución en la que no admitió ni una sola pregunta, Boudu denunció un "brutal ataque a las instituciones que llevan adelante las mafias y sus esbirros". "Mafias cuyos principales referentes en este país son el señor [Héctor] Magnetto [consejero delegado del grupo Clarín] y tiene actores menores que llegan hasta el poder judicial".
Boudou empleó la mayor parte del tiempo en atacar a la justicia --"Pareciera que el juzgado fuera una agencia de noticias"—y a los medios. Desaprovechó una oportunidad excelente de desbaratar ante la prensa todas las noticias sobre el supuesto vínculo con Alejandro Vandenbroele, exgerente de la empresa de impresión de billetes Ciccone. Clarín, La Nación y el portal Jorgeasisdigital.com han publicado varias noticias en las que se afirma que Boudou pidió un levantamiento de la quiebra de la imprenta cuando era ministro de Economía. La expareja de Vandenbroele declaró que su exmarido era el testaferro de Boudou. El vicepresidente lo ha negado siempre. Pero los medios argentinos aseguran que el juez encontró en el piso de Boudou documentos que prueban que Boudou y Vanderbroele se conocía, en contra de lo que ha venido sosteniendo Boudou hasta ahora.
En su ataque contra la prensa, Boudou cargó de forma indirecta también contra El PAÍS. Dijo haber sentido lástima y pena al ver cómo el diario La Nación reproducía el editorial del pasado martes en el que este periódico afirmaba que el Gobierno argentino intenta con su política de acoso a Repsol-YPF “esconder el fracaso de su gestión económica detrás de una fachada de nacionalismo”. El editorial advertía de que Argentina corre el riesgo de una ruina a corto plazo y Boudou quiso mofarse del mismo alegando que solo había que hablar con los familiares que se encuentren en España para darse de que es en España donde la economía va por mal camino.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.