El cuchillo, el sujetador, y un inadecuado test de ADN
Una pericia que desacredita los análisis genéticos realizados durante la investigación fundamenta la sorprendente absolución de Amanda Knox y Raffaele Sollecito
La clave para comprender el clamoroso giro en el caso Meredith Kercher, la joven estudiante británica asesinada a cuchilladas en Perugia en 2007, es una prueba pericial realizada en el segundo grado de juicio que desacredita los análisis de ADN efectuados durante la investigación. La fiscalía fundamentaba en gran medida la acusación a la estudiante estadounidense Amanda Knox y al italiano Raffaele Sollecito en las trazas descubiertas en el sujetador de la joven víctima y en un cuchillo hallado en casa del propio Sollecito. Según los análisis de la policía científica italiana, en el gancho del sujetador que Meredith llevaba cuando fue asesinada había trazas del ADN de Sollecito; y, en el cuchillo en cuestión, se detectaron tanto restos de sangre de la británica como ADN de Amanda Knox.
Sobre esa base, los fiscales argumentaron que Meredith fue agredida por los dos junto con Rudy Guede, un joven marfileño de 21 años, en un “crescendo incontrolado e imparable, de violencia y juego sexual que acabó con la muerte”.
Sin embargo, el peritaje superpartes ordenado por el tribunal de apelación ha desacreditado esas pruebas (en italiano). Los profesores Stefano Conti y Carla Vecchiotti no pudieron rehacer los tests, por la escasez y las malas condiciones del ADN en el cuchillo y el sujetador. Pero, tal y como pidieron los jueces, procedieron a una revisión de los análisis de la policía científica. Su conclusión fue que los mismos “no respetaron los protocolos internacionales de recolección y procesamiento”.
Según los peritos, la cantidad de supuesto ADN de la víctima hallada en el cuchillo era demasiado escasa como para llegar a conclusiones definitivas. No hay en cambio dudas de que se encuentren en el mismo trazas del ADN de Amanda Knox, pero esa circunstancia ya se convierte en insignificante si no está probada la presencia de sangre de Meredith. Knox tenía una relación con Sollecito, y podría haber dejado sus huellas simplemente tocando el cuchillo en casa de su expareja.
Por otra parte, los peritos también criticaron el análisis del sujetador de la víctima y señalaron que el hallazgo del ADN de Sollecito tampoco es concluyente. Los profesores advirtieron de que la técnicas de recogida y procesamiento utilizadas por la policía no permiten descartar una contaminación de la prueba. Junto con las de Sollecito, se detectaron trazas del ADN de otros varones en el sujetador.
En declaraciones a la prensa, Giulia Bongiorno, célebre penalista, diputada, y defensora de Sollecito, afirmó que cuando vio el resultado de la pericia de Conti y Vecchiotti tuvo claro que el segundo grado acabaría con toda probabilidad con una absolución.
Sin duda otras circunstancias contribuyeron a la absolución. Entre ellos, la ausencia de un móvil del delito convincente, y la falta de pruebas firmes sobre la presencia de los acusados en la escena del crimen. La más sólida es el testimonio de Rudy Guede, condenado a 16 años de cárcel por violencia sexual y participación en la agresión a Meredith en un proceso separado. Guede afirma haber oído la voz de Amanda en la escena del delito mientras él se hallaba en otra habitación. Sin embargo, no la vio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.