Obama irrita a los republicanos por la fecha de un discurso
Los conservadores obligan a cambiar la fecha de una comparecencia del presidente por coincidir con un debate interno de su partido
El último rifirrafe entre demócratas y republicanos en Washington no obedeció a razones políticas o económicas. La Casa Blanca y el Congreso no debatieron por los plazos de salida de las tropas de Afganistán o por la reforma sanitaria. El enfrentamiento lo creó la fecha y hora de un discurso que Barack Obama dará ante el Congreso. Y en esa contienda, por primera vez en la historia, un presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, se negó a permitirle a un presidente la oportunidad de hablar ante el Capitolio en pleno en la fecha que este había solicitado inicialmente.
Ayer, el presidente Obama envió una carta a Boehner y al líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, en la que solicitaba "respetuosamente" la oportunidad de dirigirse al congreso en pleno, el próximo miércoles, a las ocho de la tarde (dos de la madrugada en la España peninsular). Obama quiere tomar la iniciativa en el debate económico inaugurando el nuevo curso político con un discurso en el que, según aseguraba en esa carta, hablará sobre "medidas bipartidistas que el Congreso puede asumir de forma inmediata para seguir reconstruyendo la economía estadounidense y reforzar al pequeño comercio".
Será un discurso de alto perfil donde Obama detallará las nuevas medidas de su Gobierno para estimular la economía y crear empleo. El problema, para los republicanos, es que si Obama lo hubiera dado en las fechas inicialmente solicitadas, habría coincidido con un debate de candidatos conservadores en la cadena de televisión NBC, en el que participará por primera vez el nuevo líder en las encuestas para elegirel candidato republicano a las presidenciales de 2012, el gobernador de Tejas, Rick Perry. Tras algunas quejas en la bancada republicana, Boehner le envió una carta a Obama diciéndole que mejor sería si buscara una fecha distinta.
"La Cámara no volverá a reunirse hasta el miércoles 7 de septiembre, con votos programados a las seis y media de esa misma tarde", escribió el líder republicano, que dio como motivos concretos para su rechazo razones de agenda y seguridad. "Teniendo en cuenta el espacio de tiempo necesario -normalmente son más de tres horas- requerido para que el equipo de seguridad de la Cámara se prepare para la visita de un presidente, le recomiendo que elija para su discurso la noche siguiente, para asegurarnos de que no habrá impedimentos logísticos o parlamentarios que pudieran poner trabas a su discurso".
El debate republicano lo organizan instituciones privadas, como son las empresas de medios NBC y Politico. Se celebrará en la biblioteca dedicada a Ronald Reagan en California y el Congreso no tiene nada que ver con él. El portavoz de Obama, Jay Carney, negó ayer que se hubiera intentado contraprogramar ese debate. "Por supuesto que no", dijo. "Hay muchas consideraciones cuando un presidente quiere dirigirse al Congreso, y hay que coordinar agendas y otros factores. Y por supuesto, un debate entre muchos en un canal de televisión no fue una razón de peso como para no celebrar ese discurso a la hora y día que decidimos".
La Casa Blanca, sin embargo, decidió evitar la polémica y aceptó la propuesta de Boehner. Y lo hizo en perjuicio propio. Ahora el discurso del presidente coincidirá con el primer partido de la temporada de fútbol americano, en el que se enfrentarán dos ganadores de la Super Bowl: los Green Bay Packers y los New Orleans Saints. Se trata de un evento deportivo que concita gran expectación y que robará mucha audiencia a la comparecencia del presidente en los canales de televisión. Obama, por medio de su portavoz, dijo que prefería no invertir tiempo enredándose con las fechas, sino "centrándose al 100% en medidas para ayudar a la ciudadanía americana".
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