Comienza la reconstrucción en EE UU tras el paso de Irene
El huracán se ha cobrado más de 30 vidas y ha provocado severas inundaciones en Nueva Jersey, Nueva York y Vermont
La costa noreste norteamericana ha iniciado este lunes las labores de limpieza y reconstrucción después del paso del huracán Irene, que ha provocado severas inundaciones en Nueva Jersey, Nueva York y, sobre todo, Vermont. En su avance hacia el norte, Irene se cobró más de 30 vidas, las últimas por los desbordamientos de los ríos de Nueva Inglaterra. El huracán ha dejado a cinco millones de personas sin suministro eléctrico, y una buena parte de ellas seguían sin recobrarlo durante este lunes. Según el gobierno, de los 2,4 millones de evacuados, 9.000 han seguido alojados este lunes en 340 refugios de la Cruz Roja.
El último efecto de Irene sobre Estados Unidos han sido las inundaciones de diversas localidades, este lunes, en Vermont. Allí ha dejado hasta 38 centímetros de acumulación de lluvia. El gobernador, Peter Shumlin, ha asegurado que ha ocasionado las peores riadas en un siglo. "Nos preparamos para lo peor y recibimos lo peor en la parte central y sureña del estado", ha dicho. "El daño a nuestras infraestructuras es increíble". El domingo, el propio gobernador se planteó inundar Montpelier, la capital, para evitar que se desbordara una presa, algo que se pudo evitar a última hora.
En Vermont los servicios de emergencia han recuperado los cuerpos de un hombre y una mujer, ahogados en las localidades de Wilmington y Rutland. El recuento de muertes superaba este lunes la treintena. La mayoría, por árboles caídos. Otros, electrocutados por el desplome del tendido eléctrico. También ha habido numerosos accidentes de tráfico provocados por las extremas condiciones meteorológicas. Los servicios de emergencia esperaban que la cifra total aumentara con las horas, dado que seguían buscando desaparecidos.
Irene tocó tierra varias veces, la primera, el sábado, en Carolina del Norte, la segunda en Nueva Jersey, y por último siguió avanzando, ya lejos de la costa, desde Nueva York hasta Canadá. Según aceleró en su desplazamiento, sus vientos fueron decreciendo en intensidad. Al llegar a Manhattan ya había sido degradado a tormenta tropical. Desde entonces, su principal efecto fueron las lluvias y la crecida de los ríos, que se esperaba que siguieran desbordándose hasta este lunes.
Nueva York, que ha ordenado la evacuación de 370.000 ciudadanos, quedó casi indemne. Los efectos más graves fueron inundaciones, sobre todo en túneles, y la pérdida de suministro eléctrico de 50.000 personas. En una conferencia de prensa, el domingo, el alcalde Michael Bloomberg se justificó: "No queríamos arriesgarnos a perder la vida de un solo neoyorquino". En Washington, cuyo gobierno advirtió de inundaciones, hubo sólo árboles caídos y pérdidas muy localizadas de electricidad.
"Seguimos trabajando para solucionar los graves efectos del huracán, sobre todo las inundaciones en Nueva Inglaterra y la pérdida de suministro eléctrico en los estados más al sur", ha dicho este lunes en conferencia de prensa telefónica el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, Craig Fugate. De momento, su agencia dispone de 900 millones de dólares (619 millones de euros) para las labores de reconstrucción. Tanto Fugate como la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, han defendido las labores de prevención como necesarias, a pesar de que Irene no llegara a ser la gran catástrofe que algunos gobernadores vaticinaron.
Muchos de ellos querían evitar el desastre vivido en Luisiana en 2005, donde una falta total de preparación fue un factor decisivo en la muerte de 1.800 personas al paso del huracán Katrina. Sobre las lecciones que su agencia aprendió tras aquellos destrozos, Fugate ha dicho: "Ahora no esperamos a que las cosas se pongan mal. Nos adelantamos a los problemas. Después del Katrina, en algunas instancias ni siquiera esperamos a que los gobernadores nos pidan que intervengamos".
El transporte comenzaba a recuperar este lunes la normalidad. El sistema público de Nueva York volvía a funcionar después del primer cierre total de su historia. Las aerolíneas registraban vuelos completos, debido a que tuvieron que cancelar 9.000 trayectos. La mayoría de ellas esperaba volver a funcionar a pleno rendimiento a partir de hoy. El servicio de trenes de largo recorrido de Florida a Boston también ha recuperado este lunes la normalidad.
"Respecto a la reacción ante estos desastres, hemos trabajado muy seriamente para mejorar nuestra preparación, para que los estadounidenses estén listos antes de que ocurra un desastre, y para fortalecer nuestra capacidad de recuperación, por lo que ahora somos más fuertes después de una catástrofe", ha dicho el presidente Barack Obama en un comunicado, en el día del sexto aniversario de que el huracán Katrina tocara tierra en Luisiana. "Los esfuerzos de recuperación [por los destrozos de Irene] están en marcha y vamos a continuar ese trabajo, de forma tan rápida y efectiva como nos sea posible, durante el tiempo que sea necesario, hasta que las comunidades afectadas estén de nuevo en pie."
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