Francia plantea que la OTAN mande tropas terrestres a Libia
Su objetivo sería identificar los objetivos para que los ataques aéreos de la Alianza tuvieran más precisión
Se cumple un mes desde que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución que autoriza el uso de la fuerza en Libia para proteger a los civiles. Intervención que por ahora se ha limitado a ataques aéreos a instalaciones estratégicas para el régimen de Gadafi, ha pesar de las reclamaciones de los opositores reclaman de la OTAN un mayor apoyo. Pero esto ahora podría cambiar. El diputado y presidente de la Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional de Francia, Axel Poniatowski, pidió ayer que la Alianza envíe tropas terrestres a Libia para evitar "un hundimiento inútil" de la intervención.
Este político, del partido del presidente francés Nicolas Sarkozy, indicó que la situación actual en Libia "presenta todas las características de un hundimiento", ya que el uso exclusivo de la fuerza aérea "muestra sus límites de cara a objetivos móviles". "Sin información terrestre, la aviación de la coalición evoluciona a ciegas y multiplica los riesgos de errores", señaló Poniatowski en un comunicado. Si no se coordina rápidamente una "convergencia de acciones (...) entre los ataques aéreos y la designación de objetivos sobre el terreno, gracias al envío de fuerzas especiales", este político vaticina "importantes pérdidas de vidas humanas".
Poniatowski entiende que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU permite que la OTAN envíe fuerzas sobre el terreno, no tropas de combate, sino fuerzas especiales cuya única misión sería identificar las coordenadas de los objetivos.
El ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, dijo ayer que "el problema" para las tropas de la coalición es que "faltan informaciones concretas y verificadas sobre los objetivos identificados en tierra", en particular de "objetivos móviles".
Aún así la medida aún estaría por estudiarse y, lo más difícil, consensuarse. El primer ministro británico, David Cameron, opinó este domingo que los términos de la resolución suponen una "restricción" para la coalición internacional, y reiteró que no habrá intervención terrestre. El pasado 24 de marzo el titular de Defensa señaló que la resolución de las Naciones Unidas otorga una "base jurídica extremadamente amplia" que permite a las fuerzas de la coalición que operan en Libia diferentes "formas de intervención" que incluyen los ataques a objetivos terrestres, pero sin despliegue de tropas de infantería.
Ataques y huídas
Los líderes rebeldes advierten a la comunidad internacional que la ciudad va a vivir "una verdadera masacre" si los aliados no actúan con mayor determinación. A pesar de que esta noche no se han conocido ataques ni bombardeos sobre los bastiones de los opositores a Gadafi, unas 25 personas han muerto y más de 70 han resultado heridas desde el domingo en los intensos bombardeos de las fuerzas leales al régimen de Gadafi contra la ciudad de Misrata. El asedio a la ciudad es tal, que ayer Londres se mostró dispuesto a enviar un barco para evacuar a unos 5.000 trabajadores extranjeros atrapados en la ciudad. Este esfuerzo se suma a la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que hoy ha logrado sacar de la asediada ciudad del oeste a casi un millar de trabajadores, tras varias semanas de bombardeos y ataques.
Una escena que se repite en ciudades como Ajdabiya, que muchos combatientes rebeldes han comenzado a abandonar después de que las fuerzas de Gadafi hayan recrudecido su ataque. La huida se interpreta como el fin de la campaña de Brega, ciudad a 80 kilómetros al oeste de Ajdabiya a cuya conquista los insurgentes se habían lanzado con la esperanza de controlar sus importantes refinerías e impulsar la ofensiva a Trípoli.
Una situación que no solo se produce en las ciudades en las que la comunidad internacional presta una mayor atención (como Bengasi, Trípoli, Misrata y Ajdabiya). En la última semana unos 11.000 libios han huido de las Montañas Occidetales, una zona remota del oeste del país, para cruzar la frontera con Túnez y dejar así atrás los combates. En solo dos días han llegado a territorio tunecino alrededor de 3.000 personas a través del pueblo fronterizo de Dehiba, según datos de la agencia estatal tunecina TAP.
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