"El reto de Piñera es crear la nueva derecha"

Autor del libro El díscolo: conversaciones con Marco Enríquez-Ominami, Patricio Navia, analista político chileno, votó por el candidato independiente en la primera vuelta de las elecciones. Mañana, sin embargo, dará su apoyo al candidato de la derecha, Sebastián Piñera. Muchos partidarios de Ominami han decidido no apoyar al ex presidente Eduardo Frei y a una Concertación que no permitió elecciones primarias. Sobre un posible resultado, Navia opina: "La Concertación ha ganado todas las elecciones presidenciales desde 1989 hasta ahora. Así que una derrota sería una noticia muy importante. Pero ya hay señales de deterioro que permiten anticipar que la coalición centroizquierdista no tiene la misma fuerza de antes".

Pregunta. ¿Cómo se explica que haya votantes de Ominami que vayan a pasar al candidato de la derecha?

Respuesta. Muchos de sus votos son de gente que se identifica con la izquierda, también hay muchos que pertenecen a generaciones que no estuvieron marcadas por la dictadura y que quieren consolidar una sociedad de oportunidades y meritocracia. Esa gente cree que el cambio es saludable y no le tiene temor a la derecha pinochetista. Para ellos importa mucho más que Piñera haya prometido rostros nuevos y recambio que la campaña del terror que ha usado la Concertación contra la derecha. La democracia supone que la gente tenga al menos dos opciones y que pueda escoger libremente. A ratos, la Concertación parece sugerir que las opciones son la Concertación o el caos. Si eso fuera así, Chile no tendría democracia.

P. ¿Qué cambio puede traer Piñera?

R. Va a ser mucho más un cambio de énfasis y de rostros que cambios profundos en la dirección en la que avanza el país. Después de todo, la Concertación ha gobernado con un modelo que, en comparación internacional, está bastante más al centro que lo que usualmente hace la izquierda. El modelo neoliberal con rostro humano, o la economía social de mercado, que ha implementado la Concertación es algo que la derecha moderada encuentra muy aceptable. Resulta difícil que un Gobierno de derecha pueda hacer demasiados cambios. Si Piñera, que siempre ha tenido posturas bastante más liberales y cercanas a la Concertación, opta por realizar un Gobierno conservador en los valores, va a ser un fracaso. A la gente no se le pueden quitar las libertades individuales una vez que ya las tiene. En democracia, eso no resulta. Las dudas que muchos expresan sobre Piñera tienen que ver con el desafío de enterrar de una vez por todas el pasado pinochetista de la derecha chilena y crear una nueva derecha democrática.

P. ¿Qué queda de Pinochet en Piñera y su candidatura?

R. En Piñera personalmente, nada. Pero en la derecha chilena, todavía hay resabios del pinochetismo. La duda está en saber si Piñera presidente logrará controlar y anular a esos sectores o si tendrá que hacer concesiones que empujen a todo su Gobierno hacia el pasado pinochetista de la derecha. Piñera ha prometido que hará un Gobierno con gente más joven. Así que esa será su excusa para no incorporar rostros asociados con la dictadura. Después de todo, la dictadura se acabó hace 20 años. Y la mayoría de los rostros de la derecha más dura pinochetista tiene ya más de 60 años de edad.

P. ¿Y Frei?

R. El principal desafío de Frei, si es que gana, será impulsar un cambio en una coalición que después de todo habrá vuelto a ganar sin realizar muchos cambios.

P. ¿Qué futuro tiene Ominami?

R. Depende mucho de qué ocurra con la Concertación y qué tan exitoso sea un Gobierno de Piñera. Si Piñera es exitoso y gobierna de forma moderada, la alternativa de la Concertación deberá ser un líder moderado que sea capaz de convocar a los partidos y ordenarlos. Ahí Ominami no parece ahora la persona más indicada, precisamente porque está fuera de los partidos tradicionales de Chile. Pero si Piñera no es exitoso y si gobierna cargado hacia la derecha, entonces podrá aparecer como una opción atractiva contra el sistema de partidos. En el mundo de izquierda, deberá enfrentarse a Michelle Bachelet, que tiene muchas cosas a su favor, pero también tiene cosas en su contra. Los chilenos están agradecidos a la Concertación, pero parecen no querer seguir con esa coalición en el poder. Lo mismo le puede pasar a Bachelet. Es más, cuando era candidata, Bachelet prometió que en su Gobierno nadie se repetiría el plato.