EE UU supo que se preparaba un ataque
Los servicios secretos tenían datos suficientes para haber evitado el atentado fallido de Detroit.- Los republicanos cargan contra Obama por los fallos de seguridad
Los servicios de inteligencia y de seguridad norteamericanos poseían suficiente información el día de Navidad como para haber evitado el atentado frustrado del avión de Detroit, algo que el propio presidente ha reconocido y que ha desatado duras críticas de la oposición sobre la incapacidad de la Administración para proteger adecuadamente al país de la amenaza terrorista.
A medida que avanza la investigación se acumulan pruebas de que diferentes agencias de información poseían datos que, adecuadamente conectados, deberían haber impedido que el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab hubiera subido al avión de Northwest Airlines en Lagos cargado con material explosivo.
Funcionarios norteamericanos han reconocido que el Gobierno poseía información de que un individuo de nacionalidad nigeriana estaba envuelto en un compló para atacar a Estados Unidos. El dato había sido obtenido por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en sus siglas en inglés) como consecuencia del seguimiento que desde hace tiempo se hace de la organización terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga, que se ha declarado autora de este suceso.
La información recogida por la NSA no precisaba el nombre del nigeriano ni la fecha o las circunstancias del atentado, pero el Gobierno sí sabía que el padre de Abdulmutallab, un respetado banquero nigeriano, se había presentado el mes pasado en la Embajada norteamericana en Lagos para denunciar las actividades extremistas de su hijo.
El padre habló allí con representantes de la CIA, a los que, movido por la preocupación y el amor a su hijo, se ofreció a colaborar en el hallazgo del paradero del presunto terrorista para evitar que llegase a implicarse más en actividades radicales.
La oficina de la CIA en Lagos pasó esa información a la central en Langley (Virginia), donde procedieron a incluir a Abdulmutallab en una lista de 550.000 sospechosos de terrorismo, pero no en otra más limitada de 4.000 personas a las que se impide volar a Estados Unidos, o en la de 14.000 a las que se exige un control especial. Un portavoz de la CIA ha declarado a la prensa norteamericana que no disponían de información sobre Abdulmutallab hasta que su padre denunció el caso.
Entre esa denuncia en la embajada de Lagos y el día de Navidad transcurrió, sin embargo, tiempo suficiente (más de un mes) como para haber cruzado esos datos con los que la NSA había aportado sobre la operación prevista por Al Qaeda y haber llegado, con toda probabilidad, hasta Abdulmutallab. De haberse hecho eso, Abdulmutallab nunca se habría subido a ese avión, máxime sin llevar equipaje y después de que se le hubiera rechazado un visado para entrar en el Reino Unido.
Barack Obama ha admitido desde su estancia de vacaciones en Hawai que se ha producido "un fallo sistemático" con consecuencias "potencialmente catastróficas". El presidente aseguró que se procederá a "un control en todos los niveles" de los servicios de seguridad.
Todavía no se ha dado el paso de convertir esas palabras en anuncios de dimisiones, pero ese día puede no tardar en llegar si la oposición republicana tiene éxito en la presión que ha iniciado sobre la Administración. Las dos figuras más vulnerables en estos momentos parecen ser la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, que en su primera reacción consideró correcto el trabajo de las agencias de seguridad, y el director de la CIA, Leon Panetta.
No es un buen signo para Napolitano el hecho de que el presidente tuviera que salir el martes en su defensa tras la dura crítica hecha por el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, John Boehner. "Durante todo este año nos hemos estado preguntando cuál era la estrategia de esta Administración para mantener a este país a salvo de la amenaza terrorista. No hemos obtenido hasta ahora una respuesta satisfactoria, y las declaraciones de la secretaria de que el sistema funciona correctamente no inspiran mucha confianza", manifestó Boehner.
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