El explosivo que llevaba el terrorista pudo haber abierto un gran agujero en el avión
Obama admite el fracaso "totalmente inaceptable" del sistema de seguridad
Dos días después de que Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, señalase que no había indicios de que el atentado frustrado de Detroit estuviera vinculado a una trama de mayor calado, van apareciendo cada vez más señales de que el suceso pudo haber sido una de las más graves amenazas contra EE UU desde el 11-S. Tanto, que el presidente Barack Obama compareció ayer ante la prensa por segundo día consecutivo para lamentar el "fallo inaceptable" del sistema.
El peligroso explosivo que Abdulmutallab escondía en su ropa interior podría haber provocado un agujero en el fuselaje del avión que cubría la ruta Ámsterdam-Detroit si hubiera sido detonado, según dos fuentes federales.
Aunque las autoridades están analizando los restos de una jeringuilla que Abdulmutallab empleó como detonante el día de Navidad, las conclusiones preliminares indican que usó 80 gramos de un material altamente explosivo, el pentaeritritol (PENT), casi el doble de la cantidad que utilizó Richard C. Reid, el terrorista del zapato, para intentar hacer explotar otro avión estadounidense en diciembre de 2001.
En su segunda declaración en 24 horas, Barack Obama consideró ayer el incidente un "fracaso inaceptable" de los servicios de seguridad interior y de información. Desde Hawai, Obama confirmó que la advertencia del padre de Umar Farouk Abdulmutallab sobre el fanatismo de su hijo había llegado hace semanas al servicio secreto, pero fue insuficientemente difundida. "Cuando nuestro Gobierno tiene información sobre un conocido extremista y esa información no se comparte para actuar en consecuencia, y ese extremista embarca en un avión con peligrosos explosivos que podrían haber acabado con la vida de 300 personas, [entonces] es que ha ocurrido un fallo del sistema y eso es totalmente inaceptable", declaró.
Obama reconoció que el nombre de Abdulmutallab fue introducido en la base de datos de sospechosos de terrorismo después de que su padre advirtiera a EE UU del fanatismo de su hijo, pero no se incorporó a la lista de personas que no pueden viajar al país.
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