El español, un fósil de 500 años en Trinidad y Tobago
A pesar de los esfuerzos, el castellano es una anécdota en el país caribeño
Preguntar a los trinitenses si hablan español es una tarea inútil. Oficialmente, el 5% de la población de las islas de Trinidad y Tobago habla castellano (unas 6.500 personas de una población de 1.300.000), pero los propios habitantes de esta república reconocen la dificultad de la búsqueda cuando se les pregunta. Sí existen, a lo largo de las dos islas que componen el país, continuas referencias a la historia española, como el propio nombre de su capital: Puerto España. El legado lingüístico de tres siglos de colonización se ha diluido casi totalmente arrollado por una lengua inglesa a la caribeña: todo un reto para el oído.
El Gobierno de Trinidad y Tobago lleva más de cuatro años intentando introducir a sus nacionales al castellano, un idioma que permitiría al país abrirse a nuevos mercados, nuevos visitantes y nuevos inversores y estrechar lazos con los Estados de habla hispana de su entorno. Tal es el empeño de la Administración que incluso ha llegado a crear un Secretariado para la Implementación del Español, que tiene la difícil misión de que en 2020 toda la población sea bilingüe. Una iniciativa que contó con el respaldo del rey Juan Carlos durante su visita de Estado a Trinidad y Tobago, que concluyó ayer. "El Gobierno español ayudará, en la medida de sus posibilidades", a que se promueva de forma activa el rescate del castellano, subrayó en la sede del Parlamento trinitense.
El entusiasmo del Gobierno caribeño en este asunto le llevó a crear un programa llamado ¡Vamos a aprender español!, que consistía en cursos gratuitos de 12 semanas. Según un informe del Instituto Cervantes, el español se introdujo en las escuelas en 2005, aunque "no existen datos de cuántos centros lo imparten. En la enseñanza secundaria esta asignatura es obligatoria en los tres primeros cursos, pero optativa en los cuatro restantes. Y en la Universidad de las Indias existe una licenciatura con unos 400 alumnos matriculados.
El estadio Jean Pierre Complex se convirtió ayer en un paisaje policromado acompañado del griterío de 6.000 colegiales que participaron en un acto de defensa del español, presidido por los Reyes. Cantaron y bailaron para los ellos. Niños trinitenses de todas las edades escucharon las palabras del Rey ?en inglés? en un discurso en el que recordó que el español es la lengua de 400 millones de personas en todo el mundo y parte del patrimonio cultural e histórico de Trinidad y Tobago.
Un grupo de niñas abría mucho los ojos mientras negaba saber una palabra de castellano y apuntaban a Kiara Mattheus, una joven de 18 años que lleva siete años peleándose con ese idioma. "Yo creo que la gente aquí sí tiene interés por aprender, pero es que no hay profesores. Yo lo he estudiado porque tengo familia en Venezuela y porque creo que es importante para relacionarnos con los países latinoamericanos. Pero en las escuelas no se estudia", aseguraba. Mientras, decenas de niños seguían desfilando disfrazados a ritmo de carnaval (en Trinidad ya todo está preparado para esta festividad) y una madre corroboraba que su hija no estudiaría español hasta la enseñanza secundaria. "Eso está así ahora", afirmaba.
Por segunda vez en sus dos días de visita de Estado a Trinidad, el Rey volvía a ofrecer a los trinitenses una mano tendida para que esa realidad cambie. "Permitidme subrayar que España apoyará todo lo posible el esfuerzo de Trinidad y Tobago para impulsar la enseñanza del español".
Como principal embajador del español en el mundo, don Juan Carlos se refirió nuevamente a ese idioma en un discurso pronunciado en el Parlamento de Jamaica, país en el que los Reyes permanecerán hasta hoy. "Respaldamos plenamente los programas de su Gobierno de impulsar la enseñanza del español como primera lengua extranjera del sistema educativo jamaicano, una herramienta imprescindible para los jóvenes de cara a un competitivo mercado de trabajo abierto al comercio y al turismo con sus vecinos hispanoparlantes del hemisferio", aseguró el monarca.
Voto inmigrante y esclavitud
Los Reyes partieron ayer hacia Jamaica, segunda escala de su viaje de Estado, en el que están acompañados por un grupo de empresarios y el ministro Miguel Ángel Moratinos. El titular de Exteriores firmó con su homóloga de Trinidad y Tobago, Paula Gopee-Scoon, un acuerdo para evitar la doble imposición y el convenio para que los residentes españoles en Trinidad y Tobago (no llega al medio centenar) y el centenar de trinitenses que viven en España puedan votar en las elecciones municipales.
A primera hora de la tarde, el Airbus de la Fuerza Aérea Española en el que se trasladan don Juan Carlos y doña Sofía aterrizó en el aeropuerto Norman Manley de Jamaica, la tercera isla más extensa de las Grandes Antillas, con 2.600.000 habitantes. En la Gordon House, sede del Parlamento arrebatado a España por los ingleses en 1655, el Rey dedicó sus primeras palabras para "alabar el coraje del pueblo de Jamaica" y homenajear a "todos aquellos jamaicanos que dieron su vida en la lucha contra la esclavitud, uno de los execrables crímenes de la humanidad". Don Juan Carlos también celebró la decisión del Gobierno jamaicano de abrir una embajada en Madrid, "reflejo de la importancia y riqueza que han adquirido nuestras relaciones".
España es ya es el primer país extranjero en inversión en infraestructuras turísticas en la isla caribeña, con unas 5.000 plazas hoteleras de las cadenas Riu, Iberostar y Fiesta, entre otros. Otras empresas como Aqualia y FCC están intentando hacerse con la concesión de cuatro plantas desaladoras. Y Abertis tiene la concesión del aeropuerto de Montego Bay (tercera ciudad más importante de 100.000 habitantes). La inversión española en Jamaica se está incrementando de tal forma que en la isla se habla de "la invasión española" o "la vuelta de los españoles". El Rey aludió a que esa presencia "no sólo va a contribuir a modernizar y dinamizar la economía jamaicana, en particular, su estratégica industria turística, sino que está generando empleo". Y puso como ejemplo el desarrollo económico y social que ha propiciado el turismo en España. "Nuestras empresas han venido a Jamaica con voluntad de permanencia, su éxito es también el de Jamaica", subrayó don Juan Carlos.
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