El Consulado de Buenos Aires atiende a 200 personas cada día
En Argentina hay citas hasta el mes de noviembre para obtener la nacionalidad española
Cinco personas formaban la fila el pasado viernes en la puerta del Consulado español en Buenos Aires. A diferencia de las escenas de desesperación de 2001 y 2002, cuando miles de argentinos querían huir de la crisis con rumbo a España, ahora aquellos que pueden obtener la ciudadanía española a través de la Ley de Memoria Histórica, en vigencia desde hace un mes, consiguen su turno por Internet y asisten a la legación diplomática a razón de 200 por día. Todo muy ordenado.
El padre de Olga Esther Pérez, comerciante argentina de 53 años, llegó de España en 1950. Ella y su hijo, Alejandro Márquez Pérez, de 21, pueden heredar, como otros muchos, la ciudadanía española gracias a la normativa que entró en vigor hace un mes. El pasado viernes, Olga fue sola al Consulado para averiguar los detalles de la tramitación. "La idea es empezarlo. Yo quiero la nacionalidad española para mi hijo porque uno no sabe las vueltas que da la vida", confiesa Olga, que vivió 28 años en Venezuela.
Su hijo Alejandro estudia publicidad y trabaja en un banco, y de momento no piensa en emigrar. "Ahora, la situación económica está complicada en todas partes", responde Olga. "Él quiere la nacionalidad como un seguro. Yo, porque te facilita cosas. No necesitaría visado para ir de turista a Estados Unidos, que implica pagar 100 dólares, cumplir exigencias, demostrar que uno tiene cuentas bancarias".
Un portavoz de la Embajada española en Argentina precisó que el Consulado de Buenos Aires ya ha recibido 40.000 solicitudes de entrevistas, con lo que se han concertado citas hasta noviembre. En el de Córdoba, hasta junio, y en el de Bahía Blanca, hasta abril. La Ley de Memoria Histórica abre un periodo de dos años para las peticiones, y contempla la posibilidad de una prórroga por un tercero.
El número de españoles se duplicará
Unos 300.000 españoles viven en Argentina y la prensa local calcula que con la nueva ley esa cifra se puede, por lo menos, duplicar. Con anterioridad a la nueva norma, el Consulado de Buenos Aires ya había implantado el mecanismo de cita previa para cualquier trámite. Y para atender el nuevo aluvión de solicitudes, agilizó los procedimientos y contrató personal, de modo que se ha duplicado la capacidad de gestión, de 110 a 250 citas al día.
En el foro de Internet del colectivo Hijos y Nietos de Españoles, algunos interesados destacan la amabilidad y la eficiencia de los empleados, aunque otros lamentan la desinformación e incluso el maltrato en otros consulados de Argentina. Los testimonios demuestran la emoción de quienes buscan la nacionalidad de sus antepasados, la alegría de los que llevaban años esperándola y la desazón de quienes no pueden conseguirla porque sus padres o abuelos llegaron a Argentina antes de 1936. El embajador en Buenos Aires, Rafael Estrella, ha dicho que la inmensa mayoría de los interesados está movida por el "afecto" y no por la necesidad de obtener un pasaporte para marcharse.
Probable recesión en 2009
Argentina ya no está como en la crisis de 1998-2002, cuando su PIB se contrajo un 25%. Viene de seis años de fuerte crecimiento, pero en 2009 apenas se expandirá o incluso entrará en una recesión, leve si se la compara con el pasado reciente. Es España la que ahora está en crisis. Este escenario económico y la agilización de los trámites explican que la nueva ley no haya generado romerías en los consulados en Argentina. En el de Buenos Aires, un efectivo de la Policía Nacional prevé que las peticiones aumenten en marzo, cuando acaben las vacaciones del verano austral. De todos modos, advierte que la concurrencia al Consulado ha aumentado desde el 29 de diciembre, cuando la ley entró en vigor. En eso coincide Óscar, que reparte hojas publicitarias de una gestoría en la puerta del Consulado. "En la crisis venían los hijos de españoles, y ahora, los nietos, gente de cuarenta y pico de años que quiere que sus hijos sean españoles", describe Óscar.
Héctor Vázquez, taxista de 62 años, y su hija Clara, docente de 30, viajaron ayer desde Lincoln (320 kilómetros al oeste de Buenos Aires) para su cita consular. "Yo no estoy interesado, pero vengo por mi hija", comentó Héctor, que no sabe en qué año llegó su padre de España. "Yo nací en el 47, pero él no sé cuándo vino". Ayer se enteró de que deberá tramitar su DNI argentino, algo que puede demorar hasta un año en su pequeña ciudad, para tramitar la nacionalidad española.
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