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El nuevo Puerto Evo, zona franca al contrabando

Un poblado reconstruido sirve de paso ilegal a mercancías

Puerto Evo nació de las cenizas del poblado de Montevideo hace poco más de un año y, aunque era un desconocido punto geográfico en el extremo norte boliviano, ha cobrado fama tras descubrirse un voluminoso contrabando de línea blanca, que ha salpicado a importantes autoridades del Gobierno.

El casi centenar de pobladores de Montevideo, entre ellos emigrantes del frío altiplano occidental, lo perdió todo cuando sus precarias viviendas fueron consumidas por el fuego, a comienzos de 2007. El drama llevó al lugar al presidente del país, Evo Morales, que prometió la construcción de casas y servicios básicos.

Y así, con 100 casas nuevas, surgió Puerto Evo, a orillas del río Rapirrán, en el amazónico departamento de Pando, muy cerca de la localidad brasileña de Plácido de Castro del Acre y de la peruana Santa María. La población en aumento - se calcula ahora en 300 personas - se dedica a la venta de electrodomésticos provenientes de la zona franca de Iquique, en Chile.

Ahora, el floreciente comercio en Puerto Evo ha sufrido otro incendio, esta vez simbólico. El pasado julio, una patrulla del Control Operativo de Aduana (COA) interceptó una columna de 33 camiones con mercancías para Puerto Evo. Ninguno de ellos tenía permiso de salida de la zona franca de Cobija, por lo que fueron retenidos y estacionados en un puesto militar.

Los conductores de los camiones y algunos propietarios reclamaron la liberación de los productos de contrabando, ya que, adujeron, tenían un permiso de tránsito "superior". Pero, ante la demora de una respuesta del COA, tres semanas después los comerciantes pasaron a la acción y rebasaron el control militar para rescatar los camiones y las mercancías.

De hecho, en el curso de las investigaciones de la fiscalía, los encargados del control aduanero y del puesto militar señalaron que el presidente de los comerciantes, Jesús Chambi, insistía en que ya se había "hablado" con el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y se contaba con su permiso para el transporte de los productos.

Hasta el momento no se ha dado a conocer el valor de los electrodomésticos que transportaban los 33 camiones de alto tonelaje. El máximo ejecutivo de la Aduana, el general César López - conocido por su estrecha amistad con Quintana - reveló en declaraciones ante una comisión parlamentaria que se habían producido negociaciones entre el ministro de la Presidencia y Chambi, natural de Orinoca, no solamente en la Casa de Gobierno sino también en la Aduana, para permitir el tránsito de la mercancía. Le costó el cargo.

Una investigación del periódico La Prensa sacó a la luz pública el par de cartas que en junio intercambiaron los dirigentes de Puerto Evo con el presidente Morales, lo que provocó el enfado del jefe de Estado y originó la afrenta pública a un periodista de ese medio en la Casa de Gobierno. Inexplicablemente y a pesar del férreo control en las puertas del Parlamento, Chambi apareció en la Cámara para ofrecer una conferencia de prensa, en la que se enredó negando sus anteriores afirmaciones y aumentó la confusión.

La investigación continúa. Quintana proclamó su inocencia y anunció que levantará el secreto de todas sus cuentas para que pueda ser investigado. El comercio ha bajado su nivel de ventas en Puerto Evo, pero, como reconoció en declaraciones a la prensa local el director ejecutivo de la zona franca de Cobija, Marcos Vidovic, continúa el contrabando en pequeña escala.

Puerto Evo seguirá moviendo el comercio, ilegal o no, en un enclave internacional con clientes brasileños y peruanos que se encuentran lo suficientemente lejos del poder central de sus respectivos países.

Sciammarella

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