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Una difícil batalla para erradicar el hambre infantil

Chicos del Pueblo lucha en Argentina para que a ningún niño le falte comida

Soledad Gallego-Díaz

Ocho niños menores de cinco años mueren por desnutrición al día en Argentina, uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo, según datos del Centro de Lucha contra el Hambre (CLH), dependiente de la Universidad de Buenos Aires. Para protestar contra esta realidad, el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, una organización no gubernamental que realiza una actividad incesante por todo el país, congregó esta semana, en la plaza de Obelisco de Buenos Aires, a varios miles de personas, que marcharon por la ciudad bajo el lema El hambre es un crimen.

El Movimiento los Chicos del Pueblo defiende que el Gobierno argentino apruebe una asignación universal por cada hijo menor de 18 años, como existe en muchos países del mundo. Según sus propias estadísticas, las cifras del CLH son demasiado conservadoras y en Argentina la desnutrición llega a muchos más hogares y causa más víctimas. "Se nos mueren, acabaditos de nacer, más de 25 niños al día", asegura el coordinador nacional Alberto Morlachetti. Los datos oficiales aseguran que desde 2003 ha disminuido el nivel de mortandad infantil provocada por el hambre, que llegó a ser extraordinariamente alto en algunas zonas del pais, como el Chaco, pero admiten que sigue muy por encima de los parámetros normales para este país.

Los responsables de Chicos del Pueblo han denunciado, además, las presiones y amenazas de que son objeto en muchas localidades de Argentina, sin que la policía ni los responsables oficiales hagan nada para protegerles. Los educadores y militantes del movimiento han sido repetidamente asaltados y golpeados y son cotidianas las amenazas por teléfono de gente que les exige que dejen de hablar del hambre porque "perjudican la imagen del país". Entre septiembre y noviembre, cuatro miembros del grupo fueron secuestrados por hombres encapuchados que les introdujeron violentamente en coches y les golpearon amenazándoles con matarles o quemar sus instalaciones si no abandonaban sus actividades.

En algunos casos, los dirigentes de Chicos del Pueblo habían denunciado previamente a la policía la presencia de un coche sospechoso en las proximidades de sus locales, sin que nadie se molestara en investigar.

El pasado dos de octubre, el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, recibió a los responsables de movimiento y les dio seguridad respecto a su protección. Poco días después, sin embargo, durante una marcha convocada en La Plata para protestar por las declaraciones del gobernador de la provincia, que quiere bajar la edad de imputabilidad de los niños a solo 14 años, una educadora de Chicos del Pueblo fue metida a empujones en un coche, golpeada y abandonada diez cuadras más allá, sin que todavía se sepa nada de la identidad de sus agresores.

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