México pide a la Haya que no se ejecute a 5 compatriotas en EE UU

México solicitó ayer al Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) que adopte las medidas necesarias para paralizar la ejecución de cinco de sus súbditos, recluidos en corredores de la muerte de distinas cárceles estadounidenses. Ninguno de ellos contó con la debida asistencia consular en el momento del arresto, un derecho previsto en la Convención de Viena de 1963, que regula las relaciones consulares.

La Convención establece el contacto previo del detenido con sus propios diplomáticos como requisito para poder ser juzgado por los delitos cometidos en otro territorio. El propio TIJ ya ordenó en 2004, en una sentencia denominada Avena, la revisión de al menos 51 condenas a muerte de mexicanos que presentaban un defecto de forma similar.

En lugar de ello, el Estado de Tejas ha sido el primero en fijar para el próximo 5 de agosto la ejecución de José Ernesto Medellín. La razón aducida para ello es que las autoridades estatales no se consideran sujetas a los dictámenes de la justicia internacional.

Además de urgente, ante la proximidad del plazo dado para ajusticiar a Medellín, el caso ha puesto de relieve la diferencia de enfoque que separa a Washington de los distintos Estados que forman la Unión. Así, mientras Juan Manuel Gómez Robledo y Joel Antonio Hernández García, mexicanos ante el TIJ, denunciaron ?las consecuencias irreparables que tendrá el no haber aplicado en todo el territorio estadounidense la revisión de condenas impuesta por el fallo Avena?, la delegación de EE UU aseguró haber hecho todo lo posible.

Es más, según su representante, John Bellinger, ?México y Estados Unidos interpretan por igual la sentencia?. Los reos mexicanos se encuentran en prisiones de Tejas, California y Oklahoma. En 2005, el presidente George W. Bush ordenó a sus tribunales de justicia que revisaran las 51 sentencias tal y como indica el TIJ. Sin embargo, el pasado marzo, el Tribunal Supremo de Estados Unidos señaló que Bush ?se había excedido en sus atribuciones al hacerlo?.

Tejas admite, incluso, que Ernesto Medellín nunca vio a un cónsul mexicano. ?Pero aún teniendo en cuenta dicha violación de un tratado internacional, la condena habría sido la misma: a muerte?. El caso continuará hoy y el TIJ debe adoptar una resolución provisional en las próximas semanas.