Un accidente en un aeropuerto bloquea durante horas el reparto de ayuda en la zona más afectada
La OMS estima en 500.000 los heridos y alerta de epidemias si el suministro de agua potable no es restablecido
Un accidente durante el aterrizaje de un avión ha provocado hoy la paralización durante varias horas del aeropuerto de Aceh, el más importante de la isla indonesia de Sumatra, y el consiguiente bloqueo de la distribución de la ayuda humanitaria en ese territorio, el más afectado por el maremoto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado en 500.000 el número de heridos a causa del seísmo en el sureste asiático y teme la aparición de epidemias si el acceso al agua potable no es restablecido rápidamente, ha indicado hoy una portavoz de este organismo.
"El avión estaba aterrizando y golpeó a una vaca", comentó el director de control aéreo del aeropuerto, Adri Gunawan, pero fuentes militares negaron esta versión y dijeron que simplemente el aparato se salió de la pista. El ala izquierda del avión, un Boeing 737, que transportaba material de telecomunicaciones, quedó inutilizada, aunque ninguno de los miembros de la tripulación sufrió heridas. El aeropuerto ha recobrado la actividad tras ser retirado el aparato. Antes del maremoto, el aeropuerto acogía unos tres vuelos diarios, pero ahora es escenario de un tráfico ininterrumpido. El incidente ha tenido lugar cuando militares, cooperantes y voluntarios empiezan a llegar a las zonas más remotas de la costa occidental de Aceh, absolutamente arrasada.
Los tsunamis han matado en Indonesia a 94.000 personas, lo que convierte a este país en el más castigado de entre las once naciones afectadas por la catástrofe. La cifra podría aumentar ya que en ciudades como Pidie, a 120 kilómetros al sureste de Banda Aceh, miles de cuerpos no han sido retirados y en situación similar se encuentran Aceh Jaya y Aceh Occidental.
Riesgo de epidemias
En los últimos días se han multiplicado los casos de enfermedades diarreicas como consecuencia de la contaminación del agua potable en los países afectados por el seísmo, pero no se han registrado casos de cólera, ha informado hoy Fadela Chaib, una portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Chaib, no obstante, ha advertido de que "si no se toman medidas para sanear el agua" y hacerla potable para el consumo "es previsible que surjan epidemias".
Chaib ha señalado que la OMS está muy preocupada por la posibilidad de que se multipliquen las enfermedades debido al consumo de agua no potable y ha subrayado que "una simple diarrea puede provocar la muerte de un niño en cuestión de horas si se deshidrata". Según la OMS, además de los aproximadamente 150.000 muertos se calcula que unas 500.000 personas resultaron heridas tras la catástrofe.
También ha apuntado que los expertos están atentos a la posibilidad de que aparezcan casos de disentería o tifus, así como eventuales brotes de cólera especialmente en la costa occidental de Sri Lanka. La portavoz también ha insistido en que deben tomarse medidas para evitar la proliferación de mosquitos en las aguas estancadas que podría conllevar en las próximas semanas la multiplicación de casos de malaria o fiebre dengue. La OMS está inquieta por la aparición de neumonías y enfermedades respiratorias agudas como consecuencia del hacinamiento de la población en campamentos improvisados.
"150 personas se reencuentran cada día"
Entre los vivos en Indonesia, más de 270.000 supervivientes continúan en asentamientos viviendo en condiciones durísimas y siendo asistidos con equipos sanitarios muy precarios. Nueve días después de la tragedia, el Gobierno indonesio está planeando interrumpir la búsqueda de cuerpos para concentrarse en las labores de rehabilitación. "La posibilidad de encontrar supervivientes es muy pequeña. Nuestra prioridad ahora es retirar todos los cadáveres", declaró a Efe Suyatno, coordinador de uno de los grupos de rescate indonesios. La llegada de varias excavadoras ha acelerado la retirada de escombros, bajo los cuales aparecen todavía cadáveres. Se calcula que más de 30.000 cuerpos permanecen diseminados por Banda Aceh y su área metropolitana. Además, como también sucede en Tailandia, los elefantes están siendo utilizados para retirar vehículos atrapados y otros objetos de gran peso y tamaño.
A pesar de la decisión gubernamental de suspender la búsqueda de supervivientes, muchos acehnenses mantienen viva la esperanza de encontrar con vida a sus familiares y amigos, cuando el Ministerio de Salud asegura que al menos 1.400 personas siguen desaparecidas. Los campos de refugiados tienen varios muros repletos de fotografías y descripciones de desaparecidos y sus nombres se anuncian por los altavoces por si alguien puede aportar alguna pista. "Cada día se reencuentran unas 150 personas", relató uno de los funcionarios del puesto de información en el campo de refugiados más cercano a Banda Aceh.
El Gobierno de Indonesia espera recaudar más ayudas para hacer frente a este desastre en la conferencia extraordinaria sobre las consecuencias del seísmo que tendrá lugar el próximo jueves en Yakarta, la capital. En esta reunión, que estará presidida por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, también se estudiará la forma de implementar un sistema de prevención de desastres para evitar tragedias como la ocurrida el pasado 26 de diciembre. El Ejecutivo indonesio ha anunciado que pondrá en marcha cursos formativos con módulos prácticos para que los habitantes del archipiélago estén mejor preparados para escapar y afrontar los efectos de catástrofes naturales.
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