Los insurgentes secuestran a cuatro italianos y dos estadounidenses en Bagdad
Las familias de los japoneses capturados piden a Tokio que saque a sus tropas de Irak
Los insurgentes iraquíes han capturado en las últimas horas a cuatro italianos y dos estadounidenses en los suburbios al oeste de Bagdad, según ha informado esta tarde Reuters. Un periodista de esta agencia británica asegura que pudo ver a dos de los capturados en una mezquita del barrio de Ghraib, uno de ellos con heridas en el hombro y el otro sangrando abundantemente. Los dos estaban llorando.
Los rebeldes, simpatizantes del líder chií Múqtada Al Sáder, han dicho a Reuters que los italianos fueron capturados cuando viajaban en un vehículo todoterreno con armas en su interior. Los estadounidenses fueron apresados en un ataque separado. Los insurgentes han trasladado a los periodistas de Reuters a una mezquita, protegida por cerca de 40 guerrilleros armados, para que comprobaran por ellos mismos que mantenían secuestrados a los extranjeros.
Entretanto, las familias de los tres civiles japoneses secuestrados ayer han pedido hoy al Gobierno de Tokio que ceda a las exigencias del grupo armado, que amenaza con "quemarlos vivos" en tres días si los soldados nipones no se marchan de Irak. Con esta misma demanda, 600 manifestantes pacifistas se han concentrado frente a la Dieta y la sede del Gobierno en Tokio. Sin embargo, el primer ministro del país, Junichiro Koizumi, ha vuelto a rechazar el ultimátum al tiempo que ha subrayado que los 550 soldados desplegados no regresarán hasta el final de su misión.
Según recoge un vídeo difundido ayer por la cadena de televisión árabe Al Yazira, un grupo autodenominado Escuadrones Muyahidín amenaza con quemar vivos a los tres civiles japoneses -un periodista y dos cooperantes, todos jóvenes y uno de ellos una mujer- si en un plazo de tres días las tropas niponas no se retiran de Irak. En las imágenes, se ve a los japoneses, con los ojos vendados, rodeados de hombres armados, así sus documentos de identidad. En un momento de la grabación, uno de los captores hace un amago de degollar a uno de los jóvenes.
"Mi hijo se oponía al envío" de los militares japoneses a Irak, ha explicado Naoko Imai, de 51 años, madre de Noriaki Imai, de 18, el más joven de los tres civiles japoneses secuestrados ayer en Irak y oriundo de la provincia septentrional de Hokkaido. "Tal vez no debería decir esto, pero quiero que las Fuerzas de Autodefensa [el Ejército japonés] se retiren", ha añadido la mujer antes de ser recibida en Tokio por el ministro portavoz, Yasuo Fukuda. "Quiero pedir [a las autoridades gubernamentales) que salven la vida de mi hijo", ha implorado la mujer, para la que si el Gobierno deja que su hijo muera, "el objetivo de la ayuda humanitaria japonesa carecerá de sentido".
Una retirada "temporal"
Noriaki Imai, que acaba de terminar los estudios de Secundaria, envió un último correo electrónico a su familia desde Ammán, la capital jordana, el pasado miércoles, en el que explicaba que llegaría a Bagdad el jueves a mediodía, según ha contado su madre. También la familia de Nahoko Takato, la mujer secuestrada, ha exigido la retirada de las tropas del país árabe, aunque sea de "forma temporal", al tiempo que ha manifestado entre lágrimas su temor por la vida de esta cooperante de 34 años si las exigencias de los secuestradores no se cumplen. El padre, Mutsuo Takato, de 71 años, ha señalado a los periodistas desde su casa en Chitose, también en Hokkaido, que deseaba oír la opinión del primer ministro, Junichiro Koizumi, "cuanto antes".
El tercer secuestrado es Soichiro Koriyama, de 32 años, un fotógrafo colaborador del semanario Weekly Asahi, según un carné de identificación de esa revista que apareció de Al Yazira. Dada la condición de periodista de este joven, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha pedido la liberación "inmediata e incondicional" de los tres ciudadanos japoneses. Por su parte, el Gobierno japonés ha reiterado esta mañana que no cederá a la petición del grupo armado y ha calificado el secuestro de civiles inocentes de "imperdonable". Fukuda, el ministro portavoz, ha indicado que no hay "ninguna razón para que Japón retire tropas que participan en labores de reconstrucción y ayuda humanitaria" en Irak.
El propio Koizumi ha respondido con un escueto "no, no existe" a la pregunta de si hay alguna posibilidad de que el Gobierno ceda al chantaje. Aunque el primer ministro ha prometido todos los esfuerzos necesarios para rescatarlos con vida, ha subrayado que el Gobierno no se doblegará "a ninguna amenaza infame de los terroristas". Unos 550 soldados del Ejército de Tierra nipón se encuentran desde el mes pasado en Samawa, ciudad chií del sureste de Irak y relativamente apacible, en una misión consagrada exclusivamente a la reconstrucción y a operaciones humanitarias y logísticas, no a participar en combates aunque cuentan con armamento. Con este envío de tropas, Japón participa por primera vez en una guerra desde 1945.
Seúl reafirma su decisión de enviar 3.000 militares
Corea del Sur ha confirmado hoy su decisión de enviar 3.000 militares a Irak a pesar del del secuestro ayer de siete sacerdotes surcoreanos que ya han sido liberados. El ministro de Exteriores, Ban Ki-Moon, ha señalado "no tener nada que añadir a lo que el Gobierno ya ha dicho sobre el envío de tropas".
Seúl afirmó esta semana que mantendrá, pase lo que pase, su decisión de enviar un contingente de 3.000 militares a Irak en respuesta a una petición de EE UU, que se dedicarían a tareas que no implican participar en los combates.
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