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San Francisco promete "dar guerra a Bush" y seguir casando a parejas homosexuales

El presidente de EE UU pidió ayer que se modificara la Constitución para vetar los enlaces entre gays

La decisión del presidente de EE UU, George W. Bush, de apoyar una enmienda a la Constitución que prohíba los matrimonios homosexuales ha caído como un mazazo en San Francisco, donde se han casado ya más de 3.200 parejas del mismo sexo desde el pasado 12 de febrero. El alcalde de la ciudad, que ha ordenado que las uniones continúen celebrándose hasta que los jueces no indiquen lo contrario, cree que el anuncio de Bush "es una táctica para apaciguar a la derecha y distraer la atención de su mala actuación en la creación de empleo y en política exterior".

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Gavin Newsom, alcalde de San Francisco y artífice de la ola de bodas homosexuales en esta ciudad, señaló ayer que el anuncio de Bush "atenta contra los valores de la libertad y la justicia". Para Newsom, cuyo Ayuntamiento ya ha casado a más de 3.200 parejas del mismo sexo desde el 12 de febrero, la decisión del presidente de EE UU debería "entristecer profundamente" a los norteamericanos. Newsom, que ha ordenado que las uniones continúen celebrándose hasta que los jueces no indiquen lo contrario, cree que Bush prometió a la extrema derecha del Partido Republicano que apoyaría la idea de "codificar la discriminación en la Constitución" mucho antes de que el Ayuntamiento de San Francisco lanzase la iniciativa. "Esta es una táctica para apaciguar a la derecha y distraer la atención de su mala actuación en la creación de empleo y en política exterior", dijo el alcalde demócrata.

Por su parte, el congresista Mark Leno, un demócrata que propuso hace dos semanas reformar las leyes de California, que permiten sólo el matrimonio entre un hombre y una mujer, ha tildado la decisión de Bush de "un acto desesperado de un hombre desesperado". "Este es un día muy oscuro en la historia de EE UU, ya que por primera vez un presidente apoya la codificación de la discriminación en nuestro más preciado documento (la Constitución)", agregó Leno.

También Nancy Pelosy, demócrata por San Francisco y líder del partido en el Congreso estadounidense, ha asegurado que luchará contra la enmienda. "Nunca antes se había utilizado una enmienda constitucional para discriminar contra un grupo de personas, y no debemos comenzar ahora", ha dicho Pelosy.

Un asunto de largo recorrido

Una enmienda a la Constitución para definir el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer puede convertirse en un proceso lento y complicado, señalan expertos legales, ya que requiere el apoyo de dos tercios de ambas cámaras del Congreso así como la ratificación de tres cuartos de los Estados (es decir, 38 de los 50). Desde que la Carta Magna entró en vigor en 1788 se han propuesto miles de enmiendas, pero sólo 17 se han incorporado al texto, además de las 10 incluidas en la Declaración de Derechos Fundamentales.

Mientras, la batalla en torno a este asunto también se libra en los tribunales. El fiscal general de California, Bill Lockyer, ha afirmado que pedirá este viernes al Tribunal Supremo de ese Estado que decida sobre el caso. Un juez del Tribunal Superior de San Francisco rehusó la semana pasada ordenar la interrupción de las uniones, tal y como habían pedido dos grupos conservadores. El magistrado indicó que los derechos de las parejas homosexuales "parecen más sustanciales" que los de los californianos que en 2000 votaron a favor de una propuesta de ley que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer exclusivamente. La opinión del juez llegó un día después de que la ciudad de San Francisco decidiese llevar ante un tribunal al Estado de California y sus leyes, por considerarlas discriminatorias.

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