Massachusetts se convierte en el primer Estado de EE UU en legalizar los enlaces homosexuales
Centenares de parejas hacen cola para casarse ante la Alcaldía de Cambridge, que ha abierto sus puertas a medianoche
El Estado de Massachusetts, al noreste de Estados Unidos, se ha convertido hoy lunes a las 00.01 hora local (las 6.00 hora peninsular española) en el primero del país en legalizar los matrimonios entre parejas homosexuales. Desde ese mismo momento, centenares de parejas hacen cola para solicitar sus licencias de matrimonio, las primeras sancionadas por un Gobierno estatal. En el mundo, sólo Holanda, Bélgica y las tres provincias más pobladas de Canadá permiten los enlaces entre personas del mismo sexo.
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Los defensores de los derechos civiles se han mostrado esperanzados en que Massachusetts siente en EE UU las pautas para el resto del país, a menos de que surja un recurso legal de último minuto. Este Estado se ha convertido hoy en el primero del país en otorgar licencias civiles de matrimonio a parejas del mismo sexo, después de que el pasado mes de noviembre el Tribunal Supremo estatal derogara la prohibición que establecía la Carta Magna del Estado. El dictamen del Supremo no es vinculante para iglesias, sinagogas y mezquitas.
De hecho, la Iglesia católica, lejos de celebrar este hito en la historia de EE UU, lo ha calificado como una "calamidad" social. Algunos obispos han llegado incluso a proponer que se niegue el sacramento de la comunión a quienes respalden la unión de homosexuales. Otros grupos conservadores, entre ellos el Consejo para la Investigación Familiar (Family Research Council), tienen previsto realizar reuniones y foros públicos durante toda la semana en defensa de los matrimonios tradicionales. Mientras, la Cámara de Representantes de Massachusetts prosigue con sus audiencias para aprobar una enmienda a la Constitución que definiría el matrimonio únicamente como la unión entre un hombre y una mujer. En marzo, la cámara dio luz verde a la enmienda, pero el procedimiento es muy complejo, por lo que no entrará en vigor hasta finales de 2006.
Massachusetts, 'Las Vegas' para los gays'homosexual
Pero ni la oposición de la Iglesia ni la repulsa de los conservadores han detenido a centenares de parejas que, desde muy tempranas horas, se han puesto cola ante la Alcaldía de Cambridge. Las siete parejas que demandaron al Estado para que se les reconociera el derecho a casarse piensan contraer nupcias hoy. Dos mujeres que iniciaron la querella colectiva, Julie y Hillary Goodridge, tienen previsto contraer matrimonio esta tarde en Boston, la capital del Estado. Algunos analistas prevén una auténtica avalancha de matrimonios homosexuales en Massachusetts, donde existen 17.100 hogares de parejas del mismo sexo, según el Censo del año 2000. El derecho quedará restringido a los residentes de este Estado, en virtud de una ley de 1913, que establece que no se puede casar a parejas de otro estado que prohíba este tipo de uniones.
"Massachusetts no debe convertirse en 'Las Vegas' del matrimonio homosexual", ha señalado el gobernador republicano Mitt Romney, que intentó limitar el alcance de la medida. Romney trató de combatir por la vía legal la decisión del máximo tribunal pero, cuando fracasó, optó por evitar que puedan acogerse a ella personas de otros Estados. En todo caso, los homosexuales tendrán que someterse al mismo proceso que los heterosexuales. Deben entregar una solicitud, los resultados de una prueba de sangre y una tarifa de entre 10 y 30 dólares en cualquiera de las 351 oficinas municipales. La mayoría de las alcaldías mantendrá sus horarios normales.
Sólo la ultraliberal Cambridge ha comenzado a aceptar solicitudes pasada la medianoche. Una vez entregados todos los documentos requeridos, las parejas deberán esperar tres días para casarse, aunque pueden solicitar una excepción con el simple pago de entre 65 a 195 dólares. Pasados los tres días, deberán regresar a la alcaldía para recoger su licencia, tras lo cual dispondrán de un plazo de 60 días para solemnizar su unión. Un juez de paz cobra entre 75 y 125 dólares, mientras que otras congregaciones cobran cargos adicionales para la ceremonia. Al final, pese a la aritmética, la meta de las parejas es conseguir su soñada licencia de matrimonio.
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