El desafío de bodas homosexuales en San Francisco se extiende por EE UU
Ciudades de Portland, Nuevo México y Nueva York legalizan matrimonios entre personas del mismo sexo, por un vacío legal - Bush impulsa una reforma constitucional - Family.org habla de cataclismo social y económico
En un país donde la mitad de los matrimonios se divorcian, las bodas parecían tener los días contados. Pero no es así. Las parejas hacen cola para poder casarse en ayuntamientos de Nueva York, Oregon, Nuevo México, Vermont, Nueva Jersey y California, con San Francisco por bandera.
La culpa de tal fiebre nupcial en pleno invierno la tienen los homosexuales. Hacía casi un año que el Estado de Massachussets había legalizado la unión de parejas del mismo sexo; sin embargo, la avalancha comenzó cuando el Ayuntamiento de San Francisco, en vísperas de San Valentín y saltándose las leyes del Estado, empezó a dar certificados matrimoniales a personas del mismo sexo.
Arnold Schwarzenegger, gobernador de California, se enfadó un poco al principio, aunque luego, en vista de la poca popularidad que le acarreaba su postura, ha preferido dejar que los jueces o las urnas decidan. Hace cuatro años, los californianos aprobaron una ley en la que se especificaba que el matrimonio lo forman un hombre y una mujer, pero el alcalde de San Francisco cree que tal ley es discriminatoria y, por tanto, inconstitucional. Desde el 12 de febrero ha legalizado más de 3.000 bodas de homosexuales.
Fiebre nupcial
George Bush, presidente del país y compañero de partido de Schwarzenegger, ha decidido apoyar una enmienda constitucional que prohíba los matrimonios del mismo sexo. Probablemente muchas de esta enmiendas constitucionales, algunas estatales, se votarán en noviembre, a la vez que al presidente.
El 44% de los califonianos apoyan las bodas homosexuales, cuando hace 27 años sólo las el 28% estaba a favor de ellas. Pero el 54% es contrario a que Bush promueva una enmienda constitucional contra los gays.
Sea como sea, la fiebre del matrimonio homosexual se ha extendido de costa a costa del país: de grandes ayuntamientos, como el de Seattle, a pueblecitos de los que nunca se había oído hablar, como New Platz (Nueva York), el condado de Sandoval (Nuevo México) y Multnomah County (Oregon).
En la mayoría de los Estados de la Unión se especifica que el matrimonio lo contraen personas de distinto sexo, pero en otra media docena no se dice nada.
Es el caso de Oregon, donde se dice que el hombre y la mujer deben tener más de 17 años, pero no se menciona que el matrimonio haya de ser entre personas de distinto sexo. A ese agujero legal se ha acogido el alcalde de Multnomah para empezar a repartir bendiciones.
Otros lo hicieron anteriormente, pero se han encontrado con pleitos judiciales, como el de Sandoval (Nuevo México) que ha sido demandado por el fiscal de su Estado, Patricia Madrid, por casar a 67 parejas del mismo sexo. El Ayuntamiento se escuda en una norma municipal recién aprobada sobre la discriminación de los trabajadores inmigrantes. Luego lo intentaron arreglar con una enmienda en la que se aclaraba que no se referían al sexo, pero fue derrotada por un voto.
La fiscal del Estado ha pleiteado contra Sandoval, pero la fiscal del condado dice que la ley define el matrimonio como un contrato entre partes sin especificar sexo.
Algo parecido le ha pasado al alcalde de New Platz, en los alrededores de Nueva York, pero por casar a 20 parejas del mismo sexo sin que tuvieran antes la licencia de matrimonio. Sin embargo, el fiscal general del estado, demócrata, ha renunciado a presentar batalla legal por considerar perdido el pleito.
Aluvión de querellas
Para evitar confusiones, en el último fin de semana dos estados reforzaron sus leyes anti uniones homosexuales (Kansas y Wisconsin).
Cada uno ataca con sus mejores armas: si unos van con los fiscales por delante, otros echan mano de documentación. De este modo ha salido a colación Mary Cheney, hija del vicepresidente del país y lesbiana confesa.
La organización por los derechos de los homosexuales Lambda, con sedes en Dallas, Los Angeles, Chicago y Atlanta, ha presentado una demanda contra las autoridades de Nueva Jersey por prohibir casarse a parejas del mismo sexo.
Tampoco se queda atrás en sus convicciones Family.org, que recuerda, como de paso, que en los 5.000 casos de abusos de curas católicos en el último medio siglo, el 80% eran sacerdotes homosexuales. Para esta web conservadora, la legalización del matrimonio entre homosexuales sería "un cataclismo social y económico".
Entre tanta revuelta norteamericana habría que recordar que en Europa es legal el matrimonio entre homosexuales en Holanda y Bélgica, y probablemente en un futuro muy próximo lo será en Suecia.
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