Bush aboga por que Sadam Husein sea juzgado por los iraquíes bajo supervisión internacional
El presidente de Estados Unidos desea que el proceso sea público
Apenas 24 horas después de dirigir con toda solemnidad un mensaje a la nación para valorar "la crucial" captura de Sadam Husein, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha vuelto a comparecer pero esta vez ante la prensa para responder a algunos de los interrogantes que abre la caída del ex dictador iraquí. Sobre el destino de éste, ha adelantado que buscará en estrecha colaboración con el pueblo iraquí la forma de juzgarlo de forma justa y dentro del respeto absoluto a las normas internacionales.
Apenas 24 horas después de dirigir con toda solemnidad un mensaje a la nación para valorar "la crucial" captura de Sadam Husein, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha vuelto a comparecer pero esta vez ante la prensa para responder a algunos de los interrogantes que abre la caída del ex dictador iraquí. Sobre el destino de éste, ha adelantado que buscará en estrecha colaboración con el pueblo iraquí la forma de juzgarlo de forma justa y dentro del respeto absoluto a las normas internacionales.
"Serán los ciudadanos de Irak los que decidan la suerte de Sadam", ha señalado el líder estadounidense, que no ha querido dejar sin embargo lugar a sospecha alguna sobre la limpieza de este proceso: "Debe ser público" y "justo", y en cualquier caso caerá bajo "el escrutinio [de la comunidad] internacional".
En la rampa electoral
Bush ha comenzado su intervención cantando de nuevo las mejoras que el cambio de régimen ha supuesto para el pueblo iraquí, "que ahora puede concentrarse ya en crear una nación que se autogobierne". Pero enseguida ha querido capitalizar la captura de Sadam Husein de cara a las elecciones del próximo mes de noviembre, calificándola como "el hito perfecto para cerrar un 2003 en el que Estados Unidos es una nación más segura y próspera". El líder norteamericano ha reseñado a continuación algunas de sus medidas internas para relanzar la economía, agradeciendo la colaboración del Congreso.
Sin embargo, la intervención de los periodistas ha vuelto a centrar la cuestión en Irak, un país "que está en la senda de la libertad", según Bush, lo que aumentará en su opinión "la libertad y seguridad de Estados Unidos y de todo el mundo". Sin embargo, ha advertido como ya hizo ayer que "los terroristas siguen siendo peligrosos", y que la coalición aún tiene por delante un trabajo difícil y sacrificado.
La primera pregunta de la rueda de prensa ha sido clara: "¿Qué va a hacer Estados Unidos con Sadam Husein?". Por ahora ya está detenido, y ahora Bush quiere "colaborar mano a mano con los iraquíes para llevarlo ante la justicia dentro del respeto absoluto a las normas internacionales". Los iraquíes deben estar involucrados en este proceso porque han sido las víctimas de sus fechorías, según Bush, pero para evitar que el proceso pueda no ser justo precisamente por este motivo ha destacado que contará con presencia internacional. Eso sí, el líder estadounidense ha mencionado el camino posible para ello: el tribunal creado hace unos días por el Consejo de Gobierno (el Ejecutivo provisional, bajo tutela de Washington) para enjuiciar los crímenes cometidos durante el régimen del ex presidente iraquí.
Mano tendida a Francia y Alemania
Solventada esa cuestión, Bush ha querido dejar claro que sus tropas seguirán en Irak "hasta que hayan cumplido su cometido", un mensaje que sobre todo quiere que le quede claro al pueblo iraquí y a los que "traten de asesinar para que salgamos huyendo". Respecto al número de soldados destacados allí, es una decisión que "un presidente, en tiempos de guerra", debe dejar en manos de los militares. Preguntado sobre la colaboración nacional, Bush ha destacado que ya hay más de 60 países involucrados en la tarea pero sigue "buscando la ayuda de otros, ya sea con soldados, contratos o préstamos, puesto que un Irak libre es beneficioso para sus intereses nacionales al hacer que el mundo entero sea más pacífico".
Ha querido lanzar en este sentido un mensaje directo a Francia y Alemania, en tono conciliador y amable, de acuerdo con el momento dulce que trae la captura de Sadam: "Nos hemos acercado mutuamente, nos interesa trabajar juntos, una Europa unida le interesa a EE UU, y estoy ansioso por trabajar con ellos en algunos asuntos". ¿Qué asuntos? Afganistán, la guerra contra el terrorismo... pero no Irak. "Discrepamos sobre la amenaza que suponía Sadam Husein para el mundo", ha señalado Bush, que no cree que estos dos países compartan su política de defensa preventiva; pero aún así ha marcado el camino a seguir en este acercamiento, que pasa por "aliviar la deuda iraquí", una condición que ya había puesto hace unos días para que las dos naciones europeas puedan acceder a la feria de contratos de la reconstrucción.
La sombra del 11 de septiembre ha planeado por toda su intervención. "Nunca voy a olvidar esa lección, voy a encarar las amenazas que surgen ahora y son reales", ha señalado Bush, que se ha escudado en la necesidad de proteger el país contra el peligro de Sadam Husein para justificar la guerra. ¿Y las armas de destrucción masiva? Ante esa pregunta, el líder estadounidense ha apelado una vez más al criterio de Naciones Unidas, que decidió en su día que el régimen de Sadam Husein las tenía, según ha dicho, y que el dictador suponía un peligro para el mundo. La ONU le conminó a desarmarse, y eso es lo que ha hecho Estados Unidos: "Desarmarlo".
"We got him"
Tras las contundentes palabras del administrador civil de Irak, Paul Bremer, que anunció la captura del ex presidente iraquí con una frase destinada a convertirse en icono del siglo naciente ("We got him", o sea, "lo tenemos"), Bush trazó ayer las líneas generales de la interpretación que Estados Unidos quiere dar a esta captura. Cuatro minutos le sirvieron al líder estadounidense para cerrar una página de la historia (iraquí, aunque también nacional y familiar), "oscura y dolorosa", pero dejar en el aire la resolución de un problema más grave para sus intereses, los ataques de la resistencia contra las tropas ocupantes.
Y es que, según Bush, "Sadam se enfrentará a la justicia que negó a millones", pero su detención no supone "el fin de la violencia". "Aún nos enfrentamos a terroristas que prefieren matar a inocentes antes que ver el surgimiento de la libertad en Oriente Próximo", recalcó el presidente de Estados Unidos, que pidió a los ciudadanos paciencia y ofreció perseverancia para resistir hasta el final la guerra contra el terrorismo.
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