La ONU supedita el envío de 'cascos azules' a que EE UU ceda parte de su poder en Irak
Francia, Rusia y Alemania se niegan a aportar tropas si Washington no coloca a Naciones Unidas en el centro de las operaciones
Si Estados Unidos quiere seguir rigiendo el destino de Irak en solitario (o con la ayuda de la otra potencia ocupante, Reino Unido), Naciones Unidas no puede hacer nada por evitarlo. Eso sí, si no comparte la responsabilidad del mando, tampoco compartirá el peso militar y los gastos de la ocupación, puesto que la ONU no está dispuesta dadas así las cosas a discutir una nueva resolución que abriera la puerta al envío de tropas por otros países para ayudar a Washington.
El secretario general de la organización internacional, Kofi Annan, ha dejado claro hoy que si Estados Unidos no cede poder, tampoco contará con la ayuda de otros países bajo el paraguas de la ONU. La llegada de tropas internacionales a Irak aliviaría el peso económico y militar sobre las espaldas de Washington, pero al menos por el momento no se verán cascos azules en ese país puesto que el Gobierno de George W. Bush les niega cualquier poder de decisión.
La cadena de mando en Irak
Annan no ha descartado que en el futuro el Consejo de Seguridad envíe una fuerza internacional bajo su mandato a Irak, pero para ello el país debería quedar bajo mandato de la ONU, algo a lo que Estados Unidos no está dispuesto. Al respecto se ha pronunciado el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, que no considera "una renuncia" al poder y la responsabilidad de los ocupantes el que una nueva resolución de Naciones Unidas concediese mayor margen de maniobra a la organización internacional. Eso es precisamente lo que negocia ahora su país, con el apoyo de España, que, según ha declarado hoy la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, tras entrevistarse con Annan, "no cree que sea buen momento para cambiar la cadena de mando en Irak".
El problema para Washington es que hay pocos países capaces de auxiliarle en la labor de regir el caos en el Irak pos-Sadam, y esos pocos, principalmente Francia, Alemania y Rusia, ya han dejado claro que no enviarán tropas a menos que sea bajo el paraguas de la ONU y con su cuota de poder correspondiente.
París y Moscú han puesto como condición indispensable el refuerzo de la autoridad política de la ONU frente al papel preponderante de Washington. De hecho, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, ha instado hoy a que se le devuelva la soberanía a Irak "lo antes posible" para terminar con la "lógica de la confrontación" y de la "descomposición". Villepin ha insistido además en que la "primera exigencia" es el "reforzamiento" de la autoridad del Consejo de Gobierno iraquí y la segunda instalar "muy rápidamente un Gobierno provisional con el objetivo de convocar elecciones antes de finales de año".
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