El influyente ayatolá Hakim regresa a Irak después de 23 años de exilio
Miles de iraquíes le reciben en la frontera ondeando banderas y al grito de 'sí al islam'
Miles de iraquíes, ondeando banderas y gritando lemas como aí al islam y sí a Hakim, han recibido esta mañana en Chalamja, un puesto fronterizo situado diez kilómetros al este de Basora, la segunda ciudad del país situada al sur, al jefe de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Irak (ASRII), el ayatolá Mohamed Baquer al Hakim. Este líder espiritual regresaba al país después de pasar 23 años exilado en Teherán.
El religioso chií ha vuelto a casa procedente de Irán por carretera y su convoy, compuesto por decenas de automóviles y escoltado por unidades del regimiento Badr, brazo armado de la asamblea, ha entrado en Irak hacia las 7.45 hora española. Nada más pisar suelo iraquí, ha lanzado un mensaje de concordia a su pueblo y de rechazo a la ocupación. Rodeado por unos 100.000 seguidores, el ayatolá ha pedido "un gobierno que respete el islam e imponga la justicia", a lo que ha añadido que debe incluir a todas las etnias, religiones y comunidades de Irak. Mientras tanto, algunos de los congregados trataban subirse al vehículo, mientras que otros lanzaban flores a su paso y gritaban "estamos dispuesto al sacrificio por ti".
Tras hacer estas declaraciones, el ayatolá Hakim se ha trasladado a Basora, feudo de la ASRII, donde ha leído un discurso en la misma línea ante varias decenas de miles de personas reunidas en un estadio. "Queremos un Gobierno independiente, elegido por el pueblo", ha declarado Hakim. "El pueblo iraquí es capaz de construir un nuevo Irak sin la ayuda de otro país, es capaz de mantener la seguridad. Se debe dejar Irak a los iraquíes", ha indicado en alusión a la coalición que derrocó el régimen de Sadam Husein. A continuación, ha asistido a una ceremonia organizada en su honor en la sede del organismo.
Sin ambiciones políticas
Según fuentes del grupo, Hakim permanecerá brevemente en Basora para después marchar hacia la ciudad santa chií de Nayaf, donde establecerá su domicilio. Se espera que en los próximos días miles de chiíes se concentren en Nayaf y Kerbala, la segunda ciudad santa de este movimiento religioso en Irak, convocados por la ASRII en torno a Hakim para celebrar su regreso y hacer una demostración de fuerza. El triunfal regreso de Hakim a Irak, que ha sido posible gracias a un acuerdo con las tropas del Reino Unido que controlan Basora, supone uno de los acontecimientos claves en la posguerra iraquí, debido a su gran influencia sobre la comunidad chií.
Sin embargo, el líder exiliado dijo recientemente en Irán que no alberga ambiciones políticas y que su único deseo era volver a su país para guiar a la comunidad y salvaguardar sus intereses. Quizá por ello haya elegido vivir en Nayaf: la ciudad es uno de los santuarios mundiales del chiísmo, ya que acoge una de las escuelas teológicas más importantes de esta corriente y la tumba de Alí bin Abu Taleb, cuarto califa del islam. Alí, yerno y primo del profeta Mahoma, fue asesinado en Nayaf en el año 661 de nuestra era; un lustro antes, su ascenso al poder había causado la primera escisión confesional del islam.
En todo caso, Hakim lidera la ASRII, la principal fuerza política chií y que aboga por la instauración de una "república islámica". La Asamblea, aunque se opone a la ocupación por fuerzas anglo-estadounidenses de Irak y a su implicación en la reconstrucción política del país, forma parte del Consejo de los Cinco partidos políticos que formarán el nucleo del futuro gobierno interino. En los últimos 13 años, la ASRII, que tiene un poderoso brazo militar, fue el único grupo de oposición que lanzó operaciones armadas con el depuesto régimen de Bagdad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.