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LA POSGUERRA DE IRAK | La brecha transatlántica

Schröder y Chirac tienden puentes a EE UU para cerrar el conflicto de Irak

El canciller concede la misma importancia al eje franco-alemán y a la relación transatlántica

El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), lanzó ayer un mensaje de amistad a Estados Unidos en un intento de restañar las heridas abiertas en las relaciones entre los dos países por las posiciones enfrentadas mantenidas sobre la guerra contra Irak. El discurso de Schröder, con ocasión del centenario de la Cámara de Comercio Americana en Alemania celebrado en Berlín, intenta aclarar la posición del Gobierno germano de mantener al mismo tiempo "una estrecha amistad franco-alemana", que es "tan imprescindible como la relación transatlántica de Europa".

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El canciller Schröder no ha tenido que ir a Canosa, como su antepasado el emperador Enrique IV cuando a mediados del siglo XIII tuvo que hacer penitencia y pedir perdón al papa Gregorio VII. A Schröder le bastó, al menos de momento, con acercarse al acto conmemorativo del centenario de la Cámara de Comercio de EE UU en Alemania y pronunciar un discurso bien elaborado y brillante que debería desbrozar el camino de la reconciliación. El presidente de EE UU, George W. Bush, y Schröder no hablan desde hace tiempo y parece que el canciller alemán se resiste a coger el teléfono ante el temor a recibir calabazas.

Las avanzadillas diplomáticas estudian los calendarios y posibles momentos para la reconciliación. Bush y Schröder se encontrarán en San Petersburgo a final de mes, con motivo de los 300 años de la ciudad rusa, y a principios de junio, en la francesa Evian en la cumbre de los países del G-8.

Como un gesto y una mano tendida hacia el otro lado del Atlántico se interpreta el discurso de ayer de Schröder en Berlín. Empezó el canciller con un proverbio frecuente en EE UU que citó en inglés y viene a decir algo así como "ni excusas ni quejas". A continuación, Schröder abrió el tarro de las esencias para alabar "una amistad basada en valores comunes". Se refirió el canciller a la contribución de EE UU para acabar con la barbarie nazi y la aportación desinteresada a la reconstrucción de Alemania. Para que nada faltase, Schröder mencionó el papel del presidente Bush padre en la reunificación de Alemania tras caer el muro.

Después de citar al filósofo Jürgen Habermas, que constata la ausencia de alternativa para la vinculación de Alemania a Occidente, Schröder se permite afirmar que la cultura y valores comunes "incluyen y soportan la libertad de mantener diferencias de opinión ocasionales". Con humildad constata que EE UU es 26 veces más grande que Alemania y habla de "superpotencia" e incluso "hiperpotencia" comparada con una potencia media europea. Después, Schröder justificó la posición pacifista de Alemania como una evolución saludable ante los últimos 150 años de historia alemana. Insistió Schröder en la postura que mantuvo Alemania ante la guerra contra Irak: "La violencia es el último e inevitable recurso para la solución de los conflictos".

Schröder recordó la aportación de Alemania a las misiones internacionales con la participación en los despliegues militares en Bosnia, Kosovo y Afganistán. Intentó después el canciller restar importancia a las diferencias e insistió en que la amistad entre Francia y Alemania es algo indispensable para Europa y no se dirige contra EE UU. El canciller repitió la fórmula "no hay demasiada América, sino demasiado poca Europa" y expuso las ventajas de contar en el futuro con un ministro de Asuntos Exteriores de la UE.

Para concluir, analizó Schröder el "extraño debate" sobre un mundo unipolar y afirmó que sólo existe un polo hacia el que orientarse: "El de la libertad, la paz y la justicia".

Cumbre en Polonia

El presidente de Francia, Jacques Chirac, declaró que Francia mantendrá una actitud "abierta y constructiva" en el debate de Naciones Unidas sobre el levantamiento de sanciones a Irak. La declaración de Chirac se produjo ayer al concluir en la ciudad polaca de Wroclaw la reunión del llamado Triángulo de Weimar, en el que participaron, además del presidente de Francia, el de Polonia, Aleksander Kwasniewski, y el canciller Schröder.

Los tres gobernantes se ocuparon de barrer debajo de la alfombra las diferencias que enfrentaron a los dos países de la Vieja Europa con Polonia durante la guerra de Irak y que todavía colean. En Berlín no sentó nada bien la idea lanzada desde Varsovia estos días de enviar un contingente de soldados alemanes a la zona de Irak que estará bajo el control de Polonia.

La novedad en el encuentro del Triángulo de Weimar (Francia, Alemania y Polonia) la ofreció Chirac con su afirmación de que Francia afrontará las discusiones en Naciones Unidas sobre Irak "con un espíritu a la vez abierto y constructivo". No quiso Chirac pronunciarse sobre los detalles del proyecto de EE UU e insistió en que Naciones Unidas debe tener "un papel central" en la reconstrucción de Irak. Se pronunció Chirac por "un restablecimiento tan pronto como sea posible de la soberanía" de Irak.

Ayer, Kwasniewski afirmó de forma tajante: "Queremos tener buenas relaciones con EE UU y con nuestros aliados europeos, Francia y Alemania. Ésa es nuestra política y este encuentro demuestra que es una política posible y eficaz".

Chirac (izquierda), Kwasniewski (centro) y Schröder, ayer.
Chirac (izquierda), Kwasniewski (centro) y Schröder, ayer.REUTERS

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