Londres propone incluir seis condiciones en la nueva resolución para evitar la guerra
Palacio admite que el texto propuesto por EE UU, Reino Unido y España podría ser retirado
En un último intento por salvar las reticencias del Consejo de Seguridad a la segunda resolución sobre la crisis de Irak, el Reino Unido ha propuesto a primera hora de la tarde incluir seis nuevas condiciones al texto, presentado la semana pasada por Londres, Washington y Madrid y cuya votación se retrasa por la falta de consenso -e incluso es posible que no llegue a producirse. La iniciativa de Londres se produce horas después de que EE UU cediera a las presiones internacionales para aplazar "unos días" el plazo del ultimátum que contempla el texto, pese a que París ha calificado el gesto estadounidense de "artificial".
El encargado de presentar estas exigencias, que serán incluidas en el texto de la resolución, ha sido el secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mike O'Brien. La primera de las seis condiciones es que el presidente iraquí, Sadam Husein, reconozca en la televisión pública de su país que ha estado escondiendo armas de destrucción masiva y comprometerse a su destrucción. La segunda, que Sadam permita a una serie de científicos de su país que sean entrevistados fuera de Irak. La tercera, que entregue sus reservas de ántrax y explique para qué almacenaba esta arma biológica. La cuarta, que el régimen de Bagdad se comprometa a destruir todos los misiles prohibidos por la ONU. La quinta, que se detalle la lista de aeroplanos no pilotados y de vehículos manejados por control remoto que puedan esparcir agentes químicos. Y la sexta, que entregue, para que sean destruidos, todos sus laboratorios móviles que producen armamento biológico.
La nueva resolución podría ser presentada a los demás miembros del Consejo de Seguridad hoy mismo, según ha informado el embajador de México en la ONU,Adolfo Aguilar.
Retirar la resolución
En todo caso, la nueva propuesta tampoco parece capaz de encontrar la vía para acabar con la división en el seno del Consejo de Seguridad. A favor de la segunda resolución siguen Reino Unido, España y EE UU, con el apoyo de Bulgaria. En contra, Alemania, Francia y Rusia, estos dos últimos con derecho de veto y la firme intención de utilizarlo.
Ante esta situación, es posible que la segunda resolución no sea ni siquiera sometida a votación, una hipótesis que gana terreno después de que Rusia y Francia anunciaran su veto, ante la constatación de que, a su juicio, las inspecciones de desarme están arrojando resultados positivos. Esta hipótesis ha sido reconocida hoy por la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, en el Senado. La ministra ha vuelto a alinearse con EE UU y ha considerado que "unos pocos días" bastan para que Sadam muestre su disposición para desarmarse. En todo caso, ante la división del Consejo de Seguridad, ha declarado que los tres países promotores de la resolución están "valorando" la posibilidad de no presentarla a votación "incluso en el supuesto de tener un respaldo suficiente" en el Consejo, sobre todo" a la vista de la disposición "tajante" de Francia a vetarla. No obstante, espera que la propuesta se vote como muy tarde el próximo viernes.
La ministra ha precisado que "no hay tomada ninguna decisión", pero ha justificado la posible necesidad de retirar la propuesta con el razonamiento de que "indudablemente un veto es algo que tiene consecuencias en el sistema de Naciones Unidas".
Canadá propone tres semanas más
La sesión especial del Consejo de Seguridad sobre Irak que comenzó anoche, a petición de los 114 países no alineados, se retomará a las 21.00 horas. Durante la sesión de ayer, la comunidad internacional escuchó a países que, como Egipto, Brasil, Suráfrica, Cuba o Argelia, no tienen poder de decisión pero sí una gran preocupación por la guerra y por el futuro de la ONU como institución multilateral.
En su intervención, el embajador canadiense, Paul Heinbecker, señaló que la ONU debería marcar un ultimátum para que Irak demuestre su disposición para el desarme, pero ha aumentado el plazo hasta las tres semanas. En caso de que cooperase "plena y activamente", se prorrogaría esta tregua.
Por su parte, los representantes de los países árabes han advertido de que la guerra endurecerá el conflicto palestino-israelí. El embajador de Argelia, Abdalah Baali, ha ido más allá, al establecer una paralelismo entre el incumplimiento de las resoluciones por parte de Irak con la actitud de Israel, que "pisotea la legalidad internacional, amasa con toda impunidad armas de destrucción masiva y amenaza a toda la región". En términos similares se ha expresado el embajador egipcio, Ahmed Abul Geit.
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