La Universidad de Oxford, la capital del Imperio británico
La historia de la institución está íntimamente relacionada con el poder británico desde tiempos coloniales


Hasta hace poco y durante siglos, pertenecer a Oxford era formar parte de una élite incontestable. Pero a partir de los años sesenta la postura crítica hacia la universidad que adoptaron Mary Midgley, Phillipa Foot, Iris Murdoch y Elizabeth Anscombe se amplió. Según el sociólogo Ernest Gellner, autor de Palabras y cosas (1962), los pensadores más analíticos, ligados a la filosofía del lenguaje, habían desterrado las grandes ideas y las grandes preguntas para ocuparse de pequeñas cuestiones de uso, convirtiendo la filosofía en una “lexicografía superior”, y haciendo del diccionario inglés de Oxford “un Corán”.
En funcionamiento desde el siglo XI, Oxford es una especie de Estado federal universitario con relaciones directas con la Iglesia, la Corona y el poder político. De sus aulas han emergido 27 primeros ministros, desde Earl of Wilmington a Harold Wilson, pasando por Margaret Thatcher, Tony Blair, David Cameron, Boris Johnson —estos dos últimos pertenecientes al exclusivo club Bullingdon, como explica Simon Kuper en Amigocracia. Cómo una pequeña casta de ‘tories’ de Oxford se apoderó del Reino Unido (Capitán Swing, 2023)— o el actual Rishi Sunak. Otros exalumnos fueron Adam Smith, John Locke, Samuel Johnson, Oscar Wilde, W. H. Auden, T. S. Eliot, Indira Gandhi, J. R. R.Tolkien, Robert Graves, Graham Greene, John le Carré, Christopher Hitchens o Stephen Hawking.
Su irradiación de sabiduría es hipnótica. La Biblioteca Bodleiana es lo más parecido a una biblioteca infinita, hasta el punto de que tiene derecho a recibir un ejemplar de cada libro nuevo que produce el Reino Unido. Algunos de ellos, claro, son de la Oxford University Press, la editorial de la universidad en marcha desde el siglo XV y que publica —entre otras obras consideradas sinónimas del máximo rigor académico— los diccionarios Oxford de referencia mundial.
La academia también irradia ideología, y las conexiones de la universidad con el imperio son tan viejas como el imperio mismo. Según se explica en Oxford y el colonialismo, un proyecto de investigación de la propia universidad, en 1566 la reina Elisabeth I visitó el campus en demanda de exploradores y administradores para expandir su poder.
A partir del siglo XIX y principios del siglo XX —en 1921, la cuarta parte de la población mundial era súbdita de la corona británica—, la universidad participó en compañías e instituciones como la Compañía de los Mares del Sur o la Compañía Real Africana, uno de cuyos negocios era el de los esclavos. Y de sus aulas —y de las de Cambridge— surge la construcción de las tesis intelectuales que promocionaban el colonialismo por el bien común, y la ideología del excepcionalismo británico y la superioridad de la raza blanca.
Entonces el historiador Hugh Egerton enseñaba que el imperialismo era “una ocupación pacífica de tierras baldías” y que “cada edificio escolar es una ciudadela del imperio y cada profesor su centinela”, explica Richard Symonds en Oxford and Empire. The Last Lost Cause? (Oxford e imperio. ¿La última causa perdida?), publicado en 1992. Como todo, las ideas también se renuevan, pero cuesta. Una estatua de Cecil Rhodes, uno de los ideólogos del apartheid —”el Hitler de los sudafricanos”, según el humorista Trevor Noah—, sigue presidiendo una de las entradas de la universidad. En 2021, cientos de profesores y alumnos se negaron a ir a clase si no la retiraban. La universidad colocó una placa explicando que el edificio fue pagado por el colonialista, pero que sus actividades “causaron grandes pérdidas de vidas humanas”.
Apúntate aquí a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
La reina Sofía tendrá su propia protectora de animales en Arganda del Rey
Puente anuncia que el abono de transportes único se podrá utilizar a partir del 19 de enero
El Govern acuerda con los comunes mantener la bonificación del 50% en el transporte público en Cataluña
Gala 13 y final de ‘Operación Triunfo’: el podium más justo en la edición menos atractiva
Lo más visto
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos
- Sánchez se mueve para seguir: pacta una cita con Junqueras, anuncia un abono único y descarta tocar el Gobierno






























































