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El extraño caso de ‘Seven Nation Army’, el éxito que saltó de las discotecas ‘indie’ a los cánticos de ultraderecha

El tema más conocido de los White Stripes tomó impulso en las discotecas ‘underground’, saltó a los estadios de fútbol de pura casualidad y acabó convertida también en cántico ultra, y en el caso español, en melodía de un infame eslogan político

Jack y Meg White en 2003 en el escenario de Heaton Park, Manchester.
Jack y Meg White en 2003 en el escenario de Heaton Park, Manchester.Jon Super (Redferns)

Es probable que no haya nadie en el mundo a quien no le suene este cántico, pero son menos las personas que sepan de dónde procede. Seven Nation Army fue el primer single de Elephant (2003), el cuarto álbum del dúo rock de Detroit (EE UU) The White Stripes. Jack y Meg White se habían labrado un creciente prestigio en el circuito del rock de garaje, en principio a un nivel bastante underground. Con su tercer álbum, White Blood Cells (2001) se convirtieron en un grupo de tendencia, favorecido por la denominada New Rock Revolution que habían iniciado The Strokes.

Seven Nation Army marcó un antes y un después para ellos, no solo porque se convirtió en un éxito instantáneo (incluido el Premio Grammy a la mejor canción) que consolidó a Jack y Meg como estrellas globales rock del nuevo milenio. Lo fue, sobre todo, por la inesperada vida propia que la melodía de su riff de guitarra obtuvo después. A día de hoy, el suyo es el riff más buscado en Google, por encima de Stairway To Heaven, de Led Zeppelin, y Smoke On The Water, de Deep Purple. En Spotify, se acerca a los 2.000 millones de escuchas, pero si se pudieran cuantificar todos los “lo lo lo lo lo lo lo” que han sonado en el mundo con su melodía, puede que solo la de Cumpleaños feliz esté por encima.

Un cante futbolero de ida y vuelta, entre Bélgica e Italia

Aunque la apropiación de la canción como cántico de los hinchas futbolísticos se popularizó con la selección italiana, lo cierto es que su origen está entre los aficionados del equipo belga del Brujas. Según relata el periodista Tom Scocca en Deadspin, todo comenzó en octubre de 2003, en el previo de un partido de Champions League entre el Milán y el Brujas. Los hinchas belgas estaban tomando unas cervezas y, en algún bar, sonó la canción de The White Stripes y se les pegó tanto que salieron a la calle canturreando la melodía. Siguieron tarareándola al entrar en el estadio de San Siro y, cuando Andrés Mendoza marcó el gol que les dio la inesperada victoria, el cántico atronó. Se lo llevaron de vuelta a Brujas, donde se convirtió en melodía habitual en cada partido.

Tres años después, era otro equipo italiano, el A.S. Roma, quien jugaba en la ciudad belga. Esta vez fue la Roma quien ganó, pero se quedaron con el cantecito de la afición local, y se lo llevaron de nuevo a Italia. En aquel verano, el del 2006, el Seven Nation Army se convirtió en el himno oficioso de la selección italiana cuando ganó el Mundial de fútbol. Y ahí comenzó el mito. Dos días después, en un concierto de los Rolling Stones en Milán, los futbolistas Alessandro del Piero y Marco Materazzi lo entonaban desde el escenario. A partir de ese momento, se convirtió en el cántico futbolero universal por excelencia. Y no solo futbolero. En 2007 ya había cruzado el Atlántico hacia el país de origen de la canción y sonaba en prácticamente todas las competiciones deportivas masivas en EE UU. Se comenzaron a hacer arreglos para bandas de música, e incluso fue interpretada por las bocinas del crucero MSC Magnifica para celebrar el 825 aniversario del puerto de Hamburgo.

Obviamente, todo eso llegó a los oídos de Jack White, el autor de la canción, como recordaba en una entrevista para el podcast Q With Tom Power en 2022: “Alguien me dijo que el presidente de Italia cantó Seven Nation Army desde un balcón a la multitud que celebraba la victoria en el Mundial, y yo pensé: ‘Santo cielo, ¿cómo es posible que haya sucedido esto?’ En aquel momento pensamos: ‘Bueno, es genial que la canción haya llegado a ese momento’. Asumí que iba a desaparecer al año siguiente, pero ha seguido, y luego se trasladó a América. Seguí escuchando estas historias, y las estoy recordando, porque cada una de ellas se me antoja extraña, me hace darle vueltas. No puedo entender por qué está sucediendo esto”. En noviembre de 2023, esta vez entrevistado por Conan O’ Brien, el músico declaró lo siguiente: “La canción ya no es mía. Se convierte en música folk cuando estas cosas suceden. Cuanta más gente desconozca de dónde vino, cuanto más ubicua se vuelve, más feliz soy”.

Izquierda, izquierda, derecha, derecha

Pero esa felicidad se le quebró a Jack White cuando la melodía se expandió desde las celebraciones deportivas a las políticas. Ahí se la han apropiado desde ideologías de todo pelaje. El primer ejemplo significativo fue cuando la cantaron los manifestantes de la denominada Primavera Árabe, en Egipto, en 2011. En Reino Unido obtuvo una especial repercusión cuando la empezaron a utilizar los seguidores del entonces líder laborista, Jeremy Corbyn, en 2017 para jalearle en sus mítines de cara a las elecciones generales de aquel año. Todo aquello culminó con la aparición del político en el festival de música de Wirral y, posteriormente, en el escenario principal de Glastonbury. Allí fue recibido con un estruendoso “¡Oh, Jeremy Corbyn!” atronando entre la multitud con la melodía de The White Stripes. El cántico sonó, además, durante los conciertos de Radiohead y Stormzy, entre otros de los celebrados en aquella edición.

También se dejó escuchar en las protestas masivas contra la reforma judicial en Israel, en 2023 –jaleando el lema Demokratia o mered (democracia o rebelión)–, pero el único caso en el que White se ha pronunciado en contra fue cuando lo utilizó Donald Trump. El presidente de EE UU recurrió a ella por primera vez con un vídeo en su campaña de 2016, y el músico reaccionó rápidamente en la página de Facebook mostrándose “asqueado” por esa utilización y remarcando que la banda no tenía ninguna vinculación con nada que tuviera que ver con ese vídeo. También hubo reacciones graciosas, como la del compositor de música contemporánea Ben Comeau, quien versionó el tema como si fuera una fuga de Bach, y con una letra que decía “Donald Trump Is A Wanker” (Donald Trump es un gilipollas). El pasado mes de agosto, el político estadounidense volvió a utilizar Seven Nation Army en un vídeo de su campaña, esta vez subido desde la cuenta de su responsable de comunicación, Margo Martin. White volvió a reaccionar, en esta ocasión con un mensaje en Instagram escribiendo: “¡Ni se os ocurra pensar en usar mi música, fascistas!” y amenazando con una denuncia.

De lo que no tenemos constancia es de si White sabe algo del extraño uso que se ha hecho en España por parte de algunos sectores de la derecha y de la extrema derecha como canto contra Pedro Sánchez en las últimas elecciones. El ya famoso “Que te vote Txapote”. La primera aparición conocida del eslogan data de un encuentro del Presidente del Gobierno con la ciudadanía en Sevilla, en septiembre de 2022, cuando un miembro anónimo del sindicato de Vox alzó una pancarta con esas palabras. En febrero de 2023, la frase fue utilizada por Isabel Díaz Ayuso en una intervención parlamentaria. Su “adaptación musical” se popularizó ese verano en los Sanfermines, y llegó a ser también entonada por Andrés Calamaro en alguno de sus conciertos, además de por algunos grupos de españoles que acudieron a escuchar al Papa en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa.

El origen de una canción tan accesible como innovadora

Como suele suceder en estos casos, Seven Nation Army surgió un poco de casualidad. Fue durante una prueba de sonido antes de un concierto en Australia y salió muy rápidamente. Jack White ha declarado en varias ocasiones que su intención era crear una canción sin estribillo, pero que enganchase al oyente, con cierta influencia del hip hop. Al principio, la guardó pensando en que sería un buen tema para una película de James Bond. Luego, al llegar a la grabación de Elephant en Londres, experimentó más con ella hasta que dio con otra de sus particularidades más visibles: la guitarra suena como un bajo. Para crear este sonido, White conectó una guitarra semiacústica a un pedal DigiTech Whammy, bajando el tono una octava. El riff utiliza cinco tonos y consta de siete notas, y hay quien ha observado que la estructura es similar al tema principal (movimientos 1 y 4) de la quinta sinfonía de Bruckner.

La pareja Jack White y Meg White formaron The White Stripes hasta la disolución del grupo en 2011.
La pareja Jack White y Meg White formaron The White Stripes hasta la disolución del grupo en 2011. Gie Knaeps (Getty Images)

En cuanto a la letra, según explicó el músico a Detroit Free Press en 2016, tiene que ver con los cotilleos. “Me inspiré en algunas personas que conocía a las que les gustaba chismorrear y en cierta desesperación en el canto del personaje. Pero no tenía nada que ver conmigo personalmente, excepto que mi hermana Maureen me recordó que cuando era niño solía pronunciar mal el nombre de la tienda del Ejército de Salvación (Salvation Army) como Seven Nation Army (el ejército de las siete naciones). Así que taché Tema de James Bond en mi libreta y escribí ese título en su lugar como una forma de inspirarme líricamente”. La canción contaría la historia de una persona que llega a una ciudad, escucha a los vecinos cotillear sobre él, se marcha de la ciudad como respuesta, pero se siente tan solo que termina por volver.

En otras entrevistas, sin embargo, admitió que la canción sí era personal, una venganza por las habladurías que se lanzaban sobre Jack, Meg y las personas con quienes salían. Al final, se seleccionó como primer single y tema de apertura del álbum más popular de The White Stripes, pero en la compañía discográfica no querían que saliese como sencillo. White les convenció diciendo que esta era una canción más rara, que se apartaba de lo que ellos habían hecho siempre, y que podía estar bien para calentar el ambiente antes de lanzar “las buenas” del disco.

Se suele atribuir al éxito popular de Seven Nation Army la sencillez de su melodía y su cualidad repetitiva, pero hay millones de canciones que han aportado melodías muchísimo más sencillas y pegadizas, y que no han calado con tanta fuerza en la mentalidad popular. No hay una explicación atinada, más allá de la casualidad, para entender el porqué de esto. En una entrevista con el afamado productor Rick Rubin en su podcast Broken Record en 2022, Jack White aventuró algunas teorías científicas mientras se la tocaba con su guitarra. “Puedes adivinar cuáles serán las dos próximas notas y tal vez haya algo agradable en eso”.

Además de con We Will Rock You, de Queen, su gran contendiente en los estadios de fútbol, White ha comparado Seven Nation Army con temas como Thank God I’m A Country Boy, de John Denver (habitual en los intermedios de los partidos de Beisbol en multitud de estadios), y con Over There, compuesto por George M. Cohan para animar a los jóvenes estadounidenses para alistarse en el ejército en la Primera Guerra Mundial. El líder de The White Stripes la descubrió viendo la película Yanqui Dandy, de 1942, que era una de las favoritas de su madre. “Cada vez que escucho Seven Nation Army en una retransmisión deportiva en televisión, me causa la misma sensación que Over There en esa película”, declaró el músico en una ocasión.

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