De pionero del ‘hip hop’ a rapero menospreciado y comercial: la olvidada carrera musical que Will Smith intenta resucitar
20 años después de publicar su último álbum, el oscarizado y controvertido actor publica otro álbum para recordar al mundo que antes de convertirse en una superestrella de la pantalla fue uno de los responsables de que el rap se volviese popular
Willard Carroll Smith II (Filadelfia, EE UU, 1968) es uno de los actores más famosos del siglo XXI. Según la revista Forbes es la mayor estrella de cine de la era post 11-S. Pero lo que no tanta gente sabe es que también fue uno de los primeros astros del hip hop, una figura que resultó fundamental para la popularización de ese estilo de música, antes incluso de darse a conocer en la pequeña pantalla como protagonista de la serie El príncipe de Bel Air.
Smith comenzó a rapear a los 12 años y pronto adquirió un estilo personal que se apartaba del malotismo callejero tan asociado al género y evitaba el uso de vocabulario malsonante. Según él mismo confesó en 2020 en el programa televisivo Late Night With Seth Meyers, la culpa la tuvo su abuela. “Yo tenía mi libreta de rap, estaba escribiendo mis cosas, y estaban todas mis palabrotas en ella. Mi abuela la encontró, no dijo nada, abrió la última página y escribió: ‘Querido Willard, la gente verdaderamente inteligente no tiene por qué usar esas palabras para expresarse. Por favor, demuéstrale al mundo que eres tan inteligente como creemos. Con cariño, la abuela’. Y lo leí y pensé: ¡Joder!’”, recordaba él mismo en esa entrevista.
Fue en 1985 cuando Smith conoció a Jeffrey Townes, más conocido como DJ Jazzy Jeff. Este estaba pinchando en una fiesta en una casa, el joven Will se decidió a salir a improvisar unas rimas con él y la química fue instantánea. Un año después un pequeño sello de Filadelfia, Word Up Records, les publicó su primer single con el nombre de DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince. Girls Ain’t Nothing But Trouble dio a conocer el estilo lírico de Smith: narrativo y muy humorístico e ingenioso, buscando el pique buenrrollista en sus rimas y siempre con un lenguaje libre de blasfemias, apto para todos los públicos.
Es en ese momento cuando entró en su historia una figura fundamental: el renombrado DJ británico Paul Oakenfold, quien, en aquellos años, estaba muy metido en el hip hop, vivía en Nueva York y trabajaba de ojeador para la discográfica inglesa Champion Records, con la que les firmó un contrato de distribución en las Islas Británicas. Su primer single, de hecho, obtuvo el éxito en Reino Unido antes que en su propio país, hasta que su hilarante videoclip comenzó a rotar con más frecuencia en la MTV y su popularidad comenzó a crecer.
Ya en un sello más grande, Jive, en 1987 llegó el LP Rock The House y, en 1988, He’s The DJ, I’m The Rapper, el primer doble álbum en la historia del hip hop y uno de los primeros súperventas del género, con dos millones y medio de copias despachadas en aquel momento. No fue el único hito histórico: en 1989 les concedieron el primer premio Grammy que se otorgaba a una canción de hip hop y el primer MTV Music Award a un videoclip de ese género, en ambos casos por Parents Just Don’t Understand.
Jazzy Jeff & The Fresh Prince estaban, por aquel entonces, despegando al mismo tiempo que pioneros como Run DMC, Public Enemy, Beastie Boys o LL Cool J, pero sus videoclips se exhibían con más frecuencia y los promotores les contrataban con más alegría por su imagen no ofensiva. Eso no implica que no rehuyeran la polémica cuando decidieron no acudir a la ceremonia de los Grammy en protesta por la decisión de sus organizadores de dejar fuera de la emisión televisiva la entrega del nuevo galardón dedicado al hip hop.
Popularizadores del rap, y cuestionados por ‘blanditos’
DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince fue el primer dúo de hip hop que dio el salto a la cultura de masas. “Trajeron mucha frescura y versatilidad al panorama de entonces. The Fresh Prince era un MC descarado y divertido, pero Jazzy Jeff es de los DJ’s más relevantes que ha dado la cultura hip hop, los trucos que ha aportado, su constancia y destreza…cualquiera que sea DJ te lo dirá”, afirma Francisco Eson Ntue, más conocido como Dobleache, pionero del rap en España y director de la revista Hip Hop Life. “Fue un combo muy guapo que nos influyó a muchos”, añade. “En una escena dominada por el rap hardcore y las poses agresivas, ellos aportaron ese rollo más colorista y de caras menos largas, y que era igual de necesario. Su aporte fue muy beneficioso e inspirador. Luego vino la serie (El príncipe de Bel Air) y ahí popularizaron la cultura más todavía, la llevaron a otro nivel, influyeron a una generación que no escuchaba música rap y trascendieron el hip hop. Se les conoce más por la serie que por sus discos, es un hecho, pero esos álbumes que hicieron juntos son oro”.

Sin embargo, su contribución a la cultura hip hp también estuvo bajo sospecha por parte de los sectores más duros, que pusieron en entredicho su credibilidad callejera. “A menudo se les ridiculizaba como rap infantil chicle. No eran lo suficientemente agresivos, indignados, crudos ni urbanos como para encajar en la moda hip-hop imperante de la época”, escribía el crítico Steve Huey en la web AllMusic. “Sin embargo, en retrospectiva, queda claro que el atractivo del dúo surgió de su naturalidad, no de complacer a la juventud de clase media ni de aparentar algo que no eran. Por eso, lo mejor de su trabajo sigue sonando vivaz, lleno de energía juvenil e ingenio desenfadado, y se considera uno los de estilos de rap-pop más contagiosos de su época”, matizaba a continuación.
Como bien anticipaba Dobleache, fue El príncipe de Bel Air lo que lo cambió todo para Will Smith. En realidad, las circunstancias por las que empezó la popular serie de televisión fueron bastante azarosas. En 1989, el tercer álbum del dúo, And In This Corner…, obtuvo menos reconocimiento del esperado, y su impacto en la escena empezaba a decrecer tras el debut de De La Soul, el grupo que pasó a convertirse en abanderado del rap positivo. Paralelamente, Smith tuvo un problema con el fisco, y la necesidad de pagar una deuda de tres millones de dólares fue lo que le llevó a aceptar la oferta de la cadena NBC para protagonizar una serie de televisión, pese a no tener experiencia previa actuando más allá de sus celebrados videoclips. Durante su emisión, entre 1990 y 1996, El príncipe de Bel Air fue el gran caballo de Troya que convirtió al hip hop en cultura dominante entre la juventud norteamericana, y no solo la de raza negra.

Smith, quien también fue la primera de las muchísimas estrellas del rap que dio el salto a la interpretación, enseguida percibió ahí que tenía potencial para convertirse en un actor famoso y taquillero. No dejó de mantener, mientras tanto, su proyecto musical. En 1991, DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince publicaron un nuevo álbum, Homebase, que incluía otro de sus singles de mayor éxito, Summertime; y en 1993 entregaron su último largo, Code Red, donde se encontraba otro gran éxito, Boom! Shake The Room, que llegó al número 1 en Reino Unido e Irlanda.
De la muerte de The Fresh Prince al reinado de Will Smith
A mediados de los noventa, Will Smith decidió enfocarse en su carrera en el cine, pero en 1997 retomó su encarnación musical, ya con su propio nombre y muy asociada a su crecientemente popular faceta como actor. Men In Black, el tema titular de la película que protagonizó aquel año, se convirtió en el mayor éxito de su carrera. Su segundo album, Willenium, también se propulsó con la canción central de otro filme, Wild Wild West; y el tercero, Born To Reign, en 2002, tuvo como single estrella el tema que acompañaba a Men In Black II. Lost And Found, de 2005, era, hasta la fecha, el último de los álbumes firmados como Will Smith y que vendieron considerablemente más que los trabajos publicados como The Fresh Prince.
“Esos discos por su cuenta eran muchísimo más comerciales, menos originales, aunque también tiene temazos y los bailo si suenan en un garito”, apunta Dobleache. “Creo que el hecho de haber dado el salto a la gran pantalla y el exitazo que pilló allí lo condicionó definitivamente como músico. El mero hecho de pasar de llamarse Fresh Prince a Will Smith dice mucho. Perdió mucha de la calidad y relevancia de sus primeros discos. Suenan de lujo, tiene colaboradores brutales y cuentan con jefes de la producción, el beatmaking, etc... pero son discos comerciales puros y duros, que van muy unidos a su éxito y condición de actor y orientadísimos al showbusiness”, considera el director de Hip Hop Life.
Esta visión de la música de Smith, primero compartida entre la industria del hip hop y más tarde por el público general, quedó reflejada en un célebre gag de Padre de familia que mostraba una parodia del artista con su “rap para todos los públicos”. “Respeto a las mujeres cuando tenemos una cita, las llevo al parque o tal vez al museo”, rapea su dibujo animado en un estudio. También: “Ayuda a tu papá y a tu mamá consiguiendo un trabajo para poder pagar tu material escolar”. O: “Limpia tus zapatos en el felpudo antes de entrar en casa, alguien acaba de fregar el suelo”.
“Mi disco más personal”
Aunque Will Smith lleve veinte años sin grabar un álbum, eso no quiere decir que su retiro de la música haya sido total. Al menos, en la última década. En 2017 sacó otro tema con Jazzy Jeff, Get Lit, y en 2018 se le pudo ver en la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de Rusia cantando el tema oficial, Live It Up, con Nicky Jam y la cantante albanokosovar Era Istrefi. Ese mismo año, colaboró con Marc Anthony y Bad Bunny en el tema Está rico y grabó tres temas para la banda sonora del filme Aladdin, de Guy Ritchie, que también protagonizó.
A raíz de su controvertida agresión a Chris Rock en la gala de los Óscar de 2022 (que ensombreció la estatuilla obtenida por su papel en El método Williams), parece que su regreso ya efectivo a la música es para él una forma de reencontrarse. Eso se deriva de los comentarios que ha hecho sobre el inminente Based On A True Story, que se publicará el 28 de marzo, y del que viene diciendo cosas del tipo “es mi disco más personal” y “su tema central va de encontrar la resiliencia en tiempos difíciles”.
La primera canción de adelanto, You Can Make It, la presentó en su cuenta de Instagram con estas palabras: “En algunos de mis momentos más oscuros, la música siempre ha estado ahí para mí, para animarme y ayudarme a crecer. Mi humilde deseo es que pueda hacer lo mismo por vosotros y traeros toda la alegría y la luz que merecéis”. A lo largo del último año, ha ido estrenando más temas: Work Of Art -que cuenta con la colaboración de su hijo Jaden-, TANTRUM y Beautiful Scars. También apareció en febrero en la ceremonia de los Premios Grammy, la primera vez que se le vio en público en una gala de ese tipo desde el incidente de los Oscar. Pocos días después, protagonizó un extraño cotilleo en la prensa del corazón en compañía de alguien tan inesperado como la cantante española India Martínez. Ambos se conocieron el pasado verano en Marbella, cuando Smith acudió a la gala Starlite, y, después de que la cordobesa le cantase una ranchera por bulerías, él la invitó a grabar un single conjunto en Miami. El tema, que también aparecerá en el álbum, se titula First Love, y el pasado 20 de febrero lo presentaron en directo en la misma ciudad, en una fogosa actuación dentro de la gala de premios Lo Nuestro, lo que suscitó especulaciones y algunas críticas. Según el diario británico The Daily Mail, por ejemplo, parecía “un padre triste cantando en un karaoke con una mujer local borracha”.
“Sinceramente, no espero gran cosa de este nuevo álbum”, afirma Dobleache. “He escuchado algunos singles y colaboraciones con otros artistas en estos años y seguramente siga esa línea puramente comercial más orientada al gran público. Ya no espero que pase a la historia con sus nuevos temas como sus trabajos con Jazzy Jeff. Hace tiempo que está en otra pantalla, pero, al igual que el título de su película, él ya es leyenda”. Lo que sí resulta novedoso es que, por primera vez, Smith va a emprender una gira mundial para presentar este disco. Y, además, visitará España: el 9 de agosto estará en el festival Dreambeach en El Toyo-Retamar (Almería).
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