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LL Cool J: “El ‘flow’ no se pierde. Es como Prince tocando la guitarra o Mick Jagger en el escenario”

Con 56 años, el rapero de Queens, fundamental en la creación del hip hop, es un mito viviente y una estrella de la televisión que publica nuevo disco, ‘The FORCE’, con colaboradores ilustres

LL Cool J
El artista LL Cool J.

LL Cool J es una verdadera celebridad en EE UU desde hace años. Y, a nivel universal, una de las figuras más importantes y decisivas en la historia del hip hop, además del MC de éxito más longevo del género. Nacido como James Todd Smith en Nueva York en 1968, vivió una infancia turbulenta, no tanto por las circunstancias económicas -creció en un entorno de clase media en el barrio de Queens- como por haber experimentado episodios muy graves de violencia intrafamiliar. A los cuatro años, fue testigo de cómo su padre casi mataba a su madre y a su abuelo a punta de pistola. Tras el divorcio, la salida no fue mucho mejor para él: el siguiente novio de su progenitora le sometió a un constante maltrato físico y mental. Pero el hombre popularmente conocido como LL Cool J (abreviatura de Ladies Love Cool James, el sobrenombre que le puso su colega rapero Mikey D) nunca ha explotado esa parte trágica de su biografía. Más bien, al contrario, ha invertido casi todas sus energías en celebrar cómo el rap le salvó de todo aquello.

A finales de los años setenta, la cultura del hip hop ya había eclosionado en las calles del Bronx y llegaba a las de Queens, y el pequeño James estaba en el lugar y el momento adecuado. A los 9 años comenzó a rapear y el mundo se volvió para él un lugar maravilloso. “Toda aquella época, hasta mediados de los ochenta, fue muy loca y divertida. Éramos jóvenes moviéndose por Nueva York con grandes sueños. Todo iba, sobre todo, de amor, de amor a la creación artística. Eso es lo principal, de ahí es de donde vengo”, explica el músico de modo entusiasta por videoconferencia. “Desde ahí, podemos hacer fast forward y aquí estamos, 40 años después. Todavía sigo siendo relevante en el mundo entero, y es algo fascinante, porque nunca nadie antes había hecho esto durante tanto tiempo a este nivel. Con todos los cambios de sonido y estilos que han ocurrido en todo el planeta, yo también he sabido evolucionar, y me siento muy feliz por ello”.

De estas palabras se puede inferir una engañosa sensación de egolatría que conviene matizar. En la entrevista sostenida con ICON, LL Cool J no esgrime el discurso típico de rapero matón que lanza dardos a sus rivales ni se muestra especialmente altivo. Tampoco suelta titulares killer. Se esfuerza en chapurrear bastantes palabras en español, es atento y sonriente (la palabra que más utiliza, con diferencia, es “diversión”), y en general se muestra buenrollero, tirando de frases que se pueden entender como clichés promocionales pero que también se revelan como significativas a la hora de definir al personaje. En un momento concreto, el periodista verá en su webcam cómo este peso pesado del rap, también en envergadura física (casi 1,90 de estatura y ochenta y muchos kilos) se sale de foco y regresa con una hamburguesa para desayunar. En ningún momento se quieta sus gafas de sol.

De los años dorados de Radio a especular con la retirada

Si tuviésemos que remarcar qué es lo más importante que ha hecho LL Cool J, nos tendríamos que ir a 1984, cuando se convirtió en uno de los primeros artistas en firmar por el mítico sello Def Jam de Rick Rubin. Allí publicó su single de debut, I Need A Beat, y un año después, un primer álbum que hizo historia, Radio. Con él se dice que terminó la fase pionera que sentó las bases del hip hop, la Old Skool, y comenzó la New Skool y la que se considera edad dorada del género. Fue un éxito tanto de crítica como comercial, llegó a vender un millón de discos, y también fue el primer álbum publicado por Def Jam, que dio además a conocer a Rick Rubin como uno de los productores más prestigiosos del planeta.

Rubin y LL Cool J comenzaron su andadura de la mano y tomaron la industria musical por asalto, aunque en compañía de un elenco de ensueño completado por Beastie Boys y Run-DMC, que arrancaron en Def Jam en la misma época. En 1986 y 1987, el trío de ases compartió cartel en una gira igualmente histórica, el Raising Hell Tour. “¡Por supuesto que había rivalidad entre los tres!”, concede el MC de Queens, “pero lo importante es resaltar que siempre fuimos amigos y nunca tuvimos problemas. Eso sí, yo sigo siendo competitivo, quiero seguir siendo el mejor y el que más impacto tenga sobre la gente. Para mí todavía es importante ser el número uno. Aún me importa que mi música suene en todas partes, hablar con medios como el vuestro, que suene en España. La competición me gusta porque es la esencia del hip hop, al 100%”.

LL Cool J in a red, Gucci-label jacket poses alongside legendary stylist Dapper Dan in the 1980s.
LL Cool J, con cazadora roja con el logo de Gucci, posa al lado del legendario estilista Dapper Dan en los años ochenta.Dapper Dan of Harlem

Afirma el artista que, cuando empezó, el rap era un género menospreciado, pero luego todo evolucionó hasta volverse más pop y comercial. “Lo que nunca podrá cambiar es el amor que ponemos en esta música”, resalta, seguramente para defenderse de las acusaciones que recibió de perder su autenticidad tras la publicación de Walking With A Panther, su tercer álbum, en 1989, del que se criticó su exceso de baladas melosas. Por suerte para él, Mama Said Knock You Out, en 1990, le devolvió el favor de la crítica y se convirtió en el más exitoso de su trayectoria, con más de dos millones de discos vendidos.

Desde entonces, no ha parado de grabar con regularidad, pero, tras la publicación de su decimotercer largo, Authentic, en 2013, llegó a anunciar su retirada de la música, algo que pareció real durante los once años transcurridos hasta la aparición de The FORCE. Ahora se desdice de aquellas declaraciones. “Realmente ya no sé si estaba vacilando o tomando el pelo cuando dije aquello, pero lo cierto es el arte no es como un trabajo normal, uno nunca se retira de ser artista. Yo todavía amo lo que hago, aún es muy divertido para mí, aún es importante para mi corazón”, lanza en un esforzado spanglish.

Rapero, actor y presentador

Lo que sí es cierto que sucedió entonces es que comenzó a dedicar más tiempo a una carrera de actor que también llevaba desarrollando en paralelo desde 1985. Él confiesa que su papel favorito es del del gánster que encarnó en In Too Deep (estrenada en España en 2001 como Juego de confidencias), aunque el que le confirió más popularidad fue el que desarrolló en las series Navy: investigación criminal y NCIS: Los Ángeles, donde ha estado trabajando intermitentemente entre 2008 y 2022, además de haber ejercido como presentador de la ceremonia de los Premios Grammy durante cinco años consecutivos, entre 2012 y 2016.

En cierto modo, su caso puede ser similar al de Steve Van Zandt, a quien un público nada desdeñable conoce más por sus papeles en Los Soprano y Lilyhammer que como guitarrista de la E Street Band de Bruce Springsteen. “Eso es algo divertido y, en realidad, bastante guay”, expone el rapero. “Ahora tengo la oportunidad de que el público que me ha descubierto ahí sienta la experiencia de mi música, pero veces ponemos tanto el foco en intentar impresionar a las generaciones jóvenes que nos olvidamos de nuestros seguidores originales. Hay mucha gente que ha seguido toda mi carrera, y ese público sigue siendo muy importante”.

Casi se nos olvida también que LL Cool J ha concedido esta entrevista para promocionar The FORCE, un excelente disco de regreso para el que reconoce que tuvo que volver a aprender a rapear. “No es que perdiera el flow. Es como Prince tocando la guitarra o como Mick Jagger cantando en el escenario, eso está ahí, se tiene, pero, desde luego he trabajado mucho en pulir y refrescar mi estilo. Eso es lo principal, que sea súper fresco, que se mantenga al día y que te lo pases bien haciéndolo”, sostiene. Y también incide en que no quiso regresar intentando plegarse a las tendencias, pero tampoco retomando lo que hizo en su pasado. “Prioricé las nuevas ideas, porque yo siempre creo pensando en el ahora y en que perdure en el futuro. Es todo cuestión de verdad y diversión. Conocer a gente que me interesa y mover algo, mover las almas. No había ningún mensaje particular más allá de dar a los colaboradores la oportunidad de compartir esta experiencia musical, dejar que sintieran esa energía, y espero haberlo conseguido”.

Ojo, porque ese elenco de colaboradores al que se refiere es notorio y grande, casi una reivindicación colectiva de la historia del hip hop en forma de reparto all star. El rapero da mucho crédito a la labor como productor de Q-Tip (de los ultra influyentes A Tribe Called Quest), pero en los créditos figuran también Eminem, Snoop Dogg, Nas y Busta Rhymes. “Sí, hay superestrellas realmente grandes en el disco, y además todos ellos son mis amigos, pero también nuevos artistas, como Don Pablito, J. S-A-N-D y Mad Squabiz, Todo consistía en realidad en reunir a gente a la que he escuchado y me parecía buena. Lo que es bueno para mí, yo lo quiero en mi disco, independientemente de cuál sea su nombre”, matiza el músico.

El influjo de Basquiat y una estatua en Queens

Pese a recalcar su posición en el presente, hay también alguna concesión nostálgica en este nuevo álbum, como el tema Basquiat Energy. “Está inspirado por la película Downtown 81, que protagonizó Jean Michel Basquiat”, revela el músico. “Quisimos crear la ilusión de que la canción hubiese salido de aquel lugar en aquella época. Hemos grabado un vídeo estupendo, muy visual, que aparecerá en algún momento. Me encanta el arte de Basquiat”.

Aunque fueron coetáneos, vecinos y, en cierto modo, compañeros de escena, LL Cool J afirma que nunca llegó a conocer al pintor, fallecido en 1988, pero que siempre se sintió muy cerca de él. “Cruzamos nuestros caminos cuando yo estaba empezando, teníamos amigos en común, como Fab Five Freddy, y también tuve mucho trato con sus hermanas”, recuerda. Era aquella una Nueva York que se ha transformado sensiblemente desde entonces. “Es una ciudad completamente diferente, y algunos cambios han sido para bien, los edificios son mejores y está más aseada. Creativamente es muy diferente, pero sigo muy orgulloso de ella. Estás hablando con alguien que es leal a su logo”, dice mientras señala la gorra de béisbol que porta con el emblema de los Yankees.

Y se puede decir que el orgullo es mutuo, pues en 2022 le concedieron la llave de la ciudad y levantaron una estatua de bronce en su honor en el Corona Park de Queens, con su figura portando un radiocasete estilo Boombox que funciona con energía solar y hace sonar diversas listas de reproducción. “Que me hayan hecho una estatua es algo muy importante para mi gente, para los chavales del barrio, que tengan alguien a quien mirar y decir: ‘Es posible, se puede hacer’. Y para mí, por supuesto, es un sentimiento increíble, al igual que haber entrado en el Paseo de la Fama del Rock And Roll. Es una de las mejores cosas de ser artista”, apunta el músico quien, por cierto, nunca ha actuado en España en estos cuarenta años de carrera. “Me encantaría mostrar a la gente de vuestro país lo que hago con mi música, sería muy divertido también para mí hacer Madrid, hacer Barcelona…”, concluye sin perder su entusiasmo. Promotores, quedan avisados.

‘The FORCE’ se publica el 6 de septiembre en Def Jam Recordings/ Virgin Music Group.

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