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Los subtítulos de Richard, los gritos de Melody y los mensajes velados a Karla Sofía: así se vivieron los Goya en las redes

Casi cuatro horas dan para muchos memes, comentarios, aplausos y maledicencia desde el sofá. Seleccionamos los más llamativos de una noche inaudita en la que no triunfó una película, sino dos

Antonio Banderas entrega a Richard Gere su premio Goya Internacional en Granada, segundos antes de que los subtítulos se hiciesen protagonistas del evento.
Antonio Banderas entrega a Richard Gere su premio Goya Internacional en Granada, segundos antes de que los subtítulos se hiciesen protagonistas del evento.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)
Guillermo Alonso

Llegó la noche en la que más se habla en redes de cine español, aunque nadie tiene claro si eso es bueno del todo. La gala de los Goya de 2025, celebrada en Granada y en la que por primera vez dos películas fueron la mejor película, ya estuvo precedida en redes por una polémica que, por primera vez, mojaba al mundo de los galardones cinematográficos internacionales al completo: la aparición o no de Karla Sofía Gascón, estrella repentina y símbolo de demasiadas cosas hoy caída en desgracia. Su presencia hubiese dado para que crónicas como esta, sobre las reacciones en el sofá a lo que ocurre en la televisión (Chicho Ibáñez Serrador, tan visionario, los inventó hace más de cuatro décadas y los llamó sufridores en casa) se escribiesen solas.

La gran pregunta ante este tipo de celebraciones, que se viven tanto en un palacio de congresos como la multipantalla de las redes sociales, es si sus propios creadores juegan al huevo y a la gallina, si sabiendo que la viralidad da una cuarta y quinta vida a una gala televisiva, esta se busca a sabiendas. “La viralidad, en el fondo, no es más que el hecho de que los espectadores compartan lo que tú haces”, explica Paloma Rando, guionista de la gala en 2024 y de nuevo en 2025 y columnista de televisión en EL PAÍS. “Viene a ser algo parecido a que antes, cuando se estrenaba un programa o una serie, se hablase de ello al día siguiente en la oficina. Es la muestra de que tu trabajo tiene repercusión, así que, aunque sea en abstracto, la buscas”.

“Otra cosa es que no sea lo primero que se busque ni se pretenda a toda costa ni como único objetivo”, continúa. “Pero sí, yo tengo la sensación de haber escrito cosas, tanto en ficción como en programas, y haber pensado: ‘Este momento tal vez se podría compartir mucho’. Eso no quiere decir que partas de esa premisa para hacerlo, sino que tras intentar pensar en un momento divertido, diferente y especial, desees que al mismo tiempo se haga viral”. ¿Ejemplos de uno u otro? Ese momentazo de las chicas de Todo sobre mi madre en el sofá en la gala de 2024, autoría de la propia Rando. ¿Y qué hay de aquella entrega del año 2000 en la que la labor como presentadora de Antonia San Juan, también nominada por Todo sobre mi madre, fue tan cuestionada al día siguiente, incluso por parte de la directora de la gala? De haber existido X, o Twitter, su nombre hubiese sido trending topic. Tuvo suerte.

Ocho horas antes de la gala de 2025, Jordi Évole ya se olía (en realidad se lo puede oler cualquiera) que las redes no serían amables con una gala que, todos los años, parece actuar de pararrayos para las criticas más feroces desde los espectadores en casa. “Según Twitter, parece que todas y cada una [de las galas de los Goya] son una mierda”, se lamentó en ICON hace unos años el guionista Raúl Díaz. Évole, por si acaso, quiso felicitar a sus guionistas y presentadoras antes del chaparrón.

Ni siquiera esperaron a que empezase la gala: algunos comentarios decían cosas como: “la verdad es que organizar el aquelarre progre tiene su mérito”. Más divertido y, hasta cierto punto, justo, es asistir a las puñaladitas (amistosas) que tenían lugar en la misma alfombra roja, ya antes de que comenzase la gala. Se dio la siguiente línea de acontecimientos: primero, Melody, seleccionada este año para representar a España en Eurovisión con un tema que algunos encuentran discutible, cantó la canción ante los micrófonos de los compañeros de EL PAÍS a pie de alfombra.

Mientras tanto, Jedet (que abrió los Goya de 2022 con una versión de Libre que algunos también encontraron discutible) estaba hablando ante los micrófonos de RTVE cuando de fondo se escuchó la voz de la cantante de Dos Hermanas. Y soltó: “Dios mío, ¿Melody puede parar de cantar? Cada vez que voy a decir alguna frase sale cantando de algún lado. Es como cuando pospones la alarma y salta otra vez”.

(Por mucho que esto rompa el ritmo de los hechos, no seremos injustos: a continuación, en la secuencia completa, declara su amor por la cantante).

(Por cierto, Melody también cantó, para los compañeros de Fotogramas, Cariño trianero, de Carmen Sevilla, en otro punto de la alfombra roja: Yo tuve un pretendiente/de chiquitilla/Que al verme me decía/¡Ay, Carmelilla/Ay, Carmelilla/Ay, qué maravilla! A ver si Jedet iba a tener razón).

(Y por cierto, Jedet no fue la única afectada por los cantos de Melody)

La apertura de la gala con Bienvenidos, de Miguel Ríos, tuvo todo el sentido (¡un rockero de Granada canta Bienvenidos para dar la bienvenida a los invitados a Granada!), pero los fallos de sonido no pasaron desapercibidos para los tuiteros más audaces. En realidad, para absolutamente nadie. Tras el Benidorm Fest, parece marca de la casa.

Maribel Verdú, presentadora de la gala junto a Leonor Watling, se convirtió pronto en trending topic en España. Entre otras cosas, por su aspecto lozano. ¿Comparaciones? Con Jordi Hurtado, por ejemplo. Pero si te comparan con Jordi Hurtado no solo te llaman joven: te llaman inmortal.

El inicio de la gala dejó un emocionante discurso de Salva Reina al recoger su premio a mejor actor secundario por El 47, que dedica entre lágrimas a su pareja, Kira Miró. “¡Por la vivienda!”, grita al final... en una gala cuya emisión televisiva está patrocinada por AirBnb. Aquí no hace falta adjuntar ningún meme. A veces el meme, como el chiste, se escribe solo.

El sentido discurso de Aitana Sánchez Gijón, Goya de Honor 2025, incluye una declaración de amor (antes de la que pide permiso a su esposa, Alejandra) a Richard Gere. Ya antes, en la alfombra roja, habían dejado una foto para la historia que las redes sociales celebraron como una de esas estampas que funcionan como alianza de civilizaciones.

Mientras tanto, hay una cosa que en una gala de premios siempre funciona a la hora de despertar el interés de las redes sociales: sacar a gente guapa. Lo dijo una vez el fallecido Arturo Fernández: “¡La gente guapa siempre funciona!” (lo hizo en un programa de la difunta Intereconomía, esta gala no le hubiese gustado). Entre muchos y muchas otras, Quim Gutiérrez y Patrick Criado cumplieron con el deber.

El discurso de Richard Gere al recibir su Goya Internacional es comprometido, contundente y cariñoso con España y con su esposa, Alejandra, pero un extrañísimo subtitulado en tiempo real que se va autorrigiendo a medida que aparece en pantalla despista a los que no hablan inglés y los dejan sin partes importantes de sus diatribas contra Trump (como cuando lo llama “matón”).

Eva Valiño, Goya al Mejor Sonido por Segundo premio, da un poderoso (y larguísimo, pero no pasa nada) discurso sobre el derecho al hogar. No mucho después, en otra pausa publicitaria, se nos vuelve a recordar que la emisión la patrocina AirBnb.

Y por poderosos o necesarios que sean los discursos (y hasta musicales y placenteros de ver si los da Richard Gere), la sensación generalizada en redes es que son muchos, muy largos y todos juntos.

La victoria de Emilia Pérez, a eso de la una menos cuarto de la madrugada, deja a los espectadores (tuiteros o no) al borde del asiento por si hay, por fin, alguna referencia en la gala (más allá de las preguntas y respuestas en la alfombra roja, que fueron muchas) al gran elefante rosa de esta noche: Karla Sofía Gascón. Lo único que dicen sus distribuidores en España, tras nombrarla y recordar que ella está nominada al Oscar como mejor actriz, es: “Contra el odio y el escarnio, más cultura”.

Aunque ya antes, según la opinión de muchos, C Tangana podría haber dado un velado apoyo a Karla Sofía (pero sin nombrarla) en su breve discurso al recoger el Goya a mejor película documental por La guitarra flamenca de Yerai Cortés. “Es una película que va sobre la comprensión y sobre el perdón. No sé vosotros, pero yo me equivoco constantemente. Vosotros también. Seamos comprensivos y dejemos que la gente se equivoque. Cuanto mayor es el error, más necesitamos el perdón de los demás”.

El cierre de la gala deja uno de esos momentos que, para la posteridad, quedará como aquel confuso momento de los Oscars de 2017 en el que durante un ratito La La Land fue mejor película. Después de el equipo de Mar Adentro anuncie El 47 como mejor película, y cuando su equipo ya sube hacia el escenario, anuncian que también ha ganado mejor película La infiltrada. Un inaudito exaequo en el premio Goya a mejor película, del que, seguramente, se hablará durante muchos días dentro de las redes y fuera de ellas.

El final de la gala llegó cuando las presentadoras, Maribel Verdú y Leonor Watling, irrumpieron en el escenario donde unas 400.000 personas agradecían el premio exaequo a sus dos películas. “Esto es muy largo, vámonos ya”, gritó Maribel. A las dos menos cuarto de la noche y tras casi cuatro horas de gala, habló por todos.








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Sobre la firma

Guillermo Alonso
Editor web de ICON. Ha trabajado en Vanity Fair y Telecinco. Ha publicado las novelas ‘Vivan los hombres cabales’ y ‘Muestras privadas de afecto’, el libro de relatos ‘La lengua entre los dientes’ y el ensayo ‘Michael Jackson. Música de luz, vida de sombras’. Su podcast ‘Arsénico Caviar’ ganó el Ondas Global del Podcast 2023 a mejor conversacional.
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