“Los políticos priorizan el coche a nuestras vidas”: Los activistas que pintan pasos de cebra donde los ayuntamientos hacen la vista gorda
Las muertes de viandantes alcanzan cifras no vistas en décadas en EE UU pero grupos vecinales se organizan para instalar cruces peatonales y sortear la inacción de los consistorios
En la concisa página web de Crosswalk Collective L.A. aparece, bajo el nombre del grupo, simplemente una declaración directa: “Pintamos pasos de cebra. La ciudad de Los Ángeles no nos protege, así que nosotros nos protegemos”. Fueron, casi al dedillo, las palabras con las que se presentaron en sociedad en marzo de este año, cuando reivindicaron la autoría de un cruce peatonal espontáneo en la Zona Este del barrio de Hollywood, a través de su recién inaugurada cuenta de Twitter, con una foto ilustrando el antes y el después de la intervención. Y es el mensaje que repiten cada vez que informan de un nuevo trabajo.
“Nuestras comunidades han sufrido cientos de muertes peatonales y de ciclistas por culpa de la inacción política”, declaran a ICON portavoces (anónimos) del colectivo. “Hemos pedido medidas de seguridad a la ciudad a través de medios oficiales, y hemos visto de cerca las excusas y los retrasos”. La asociación atrajo de manera instantánea el interés de muchos vecinos, que comenzaron a solicitar sus servicios por Twitter hasta que se habilitó en su página la opción de pedir pasos de cebra mediante formularios en inglés, en coreano y en español (idioma en el que responden a la entrevista), muestra de la diversidad del equipo. No solo eso: para la gente de fuera de Los Ángeles, Crosswalk Collective ha elaborado una guía de actuación con instrucciones detalladas, donde precisan las medidas ideales, los materiales necesarios, el presupuesto, el número de personas que se requieren o el tiempo que deben invertir, además de consideraciones para valorar si el cruce debe pintarse, como la intensidad del tráfico o la presencia de señales de STOP.
El surgimiento de un grupo como Crosswalk Collective L.A. no tiene nada de arbitrario, especialmente en Los Ángeles, donde han muerto 135 peatones entre enero y noviembre de 2022. Es la segunda urbe más letal de EE UU para los viandantes, solo por debajo de Nueva York (129 muertos en seis meses). Las cifras han crecido en general: la Administración Nacional de Seguridad Vial contó el pasado año 7.342 muertes de peatones, el índice de fatalidad más alto en 40 años.
La iniciativa del colectivo angelino cuenta con precedentes, aunque no tan organizados, en lugares como Seattle, donde la celeridad del Departamento de Transportes en eliminar “pasos de cebra de guerrilla”, comparada con el tiempo de ejecución de peticiones legales, ha enervado incluso a políticos de la ciudad. “Al parecer, tenemos tiempo y dinero suficientes para eliminar convenientemente un paso de peatones, pero nos lleva años llegar a pintar uno”, tuiteó el concejal demócrata Andrew J. Davis.
Oops, tagged the wrong @SDOTtraffic
— Andrew J. Lewis (@LewisforSeattle) May 26, 2022
Crosswalk Collective L.A. indica a ICON que ha recibido hasta la fecha un total de 242 peticiones para pintar nuevos cruces. “Los líderes políticos en Los Ángeles priorizan los automóviles sobre todo lo demás. Están enteramente desinteresados en las vidas de nuestros hijos y nuestras familias”, declaran. La asociación cuenta también con un canal para donaciones, mediante el cual sufragan los gastos de la pintura. Así como otros desembolsos que pueden surgir por el camino: “Mientras nuestro grupo estaba instalando un nuevo cruce cerca de una escuela primaria, el Departamento de Transporte de Los Ángeles mandó a la policía a ponernos multas de 250 dólares (234,35 euros) por persona. Nos avisaron de que la próxima sería de 500 y, después, de mil″.
Las versiones de Crosswalk Collective L.A. y de las autoridades son, por supuesto, contradictorias: en la radio pública National Public Radio (NPR), por ejemplo, un portavoz de Transportes aseguraba en marzo que el grupo no se había puesto en contacto con ellos. Su última petición de un paso de cebra, citó, uno en el Este de Hollywood, entre la calle Romaine y la avenida Serrano, databa de 2017. Pero incluso la gerente general de Transportes, Seleta Reynolds, admitió en otra entrevista al medio LAist que las esperas hasta que se instalase un cruce podían demorarse considerablemente, ya que dependen de “de subvenciones externas y la falta de fondos de la ciudad”. El motivo de sus declaraciones era la entonces reciente muerte por atropello de Alessa Fajardo, de solo 4 años, a unos metros de su escuela. “Los cruces son un problema conocido, pero hace falta una tragedia para que una oficina intervenga y haga el esfuerzo de cambiar algo”, se lamentaba el portavoz de otra organización por la seguridad vial, SAFE (Las calles son para todos, según sus siglas en inglés).
Aquel accidente tuvo lugar en Koreatown, el barrio coreano de Los Ángeles. Y ese es otro factor que Crosswalk Collective L.A. identifica como clave. De acuerdo a los informes del propio Departamento de Transportes de la ciudad, el 70% de las muertes se concentra solo en un 6% de las calles, que el grupo ubica en las zonas migrantes y afroamericanas. “Uno puede comparar la infraestructura en los vecindarios ricos y en los pobres. La ciudad sabe cuáles son las comunidades más afectadas y escoge la inacción”, dicen a ICON. “Si no nos pueden proveer de la infraestructura más básica y no van a garantizar nuestra seguridad, nosotros lo haremos juntos”.
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