Los hijos de Mohamed VI ocupan el lugar de su padre en Ramadán durante la convalecencia del rey
Los príncipes Hasán y Jadiya representan al monarca marroquí, quien se recupera de un accidente que sufrió en diciembre, en el tradicional acto de entrega de ayuda a las familias más desfavorecidas en el inicio del mes sagrado musulmán


Como comendador de los creyentes o líder religioso de su pueblo, la presencia pública del rey de Marruecos es esencial en Ramadán, sean actos de beneficencia, sesiones teológicas o ceremonias islámicas. Este lunes 3 de marzo, sin embargo, sus hijos, el príncipe heredero Hasán y su hermana Lala Jadiya, ocuparon su lugar para representarle en la tradicional entrega de ayuda a las familias más desfavorecidas durante el mes sagrado musulmán de ayuno y oración. En contra de lo habitual, el monarca no va a poder mostrarse en público activamente durante el Ramadán.
Un comunicado de la Cancillería Real hecho público el pasado jueves 27 informó de que, a causa de las sesiones de rehabilitación que sigue el soberano, de 61 años, tras el accidente que sufrió en diciembre y que obligó a una intervención quirúrgica en el hombro derecho, sus movimientos se ven limitados. No puede permanecer sentado largo tiempo ni ponerse de pie de inmediato, lo que complica su presencia pública en centros sociales y mezquitas. “Su programa será revisado en función de esas exigencias”, rezaba la lacónica nota difundida por el palacio real.
En los últimos años, Mohamed VI no ha faltado a la cita con el ritual del mes sagrado musulmán y ha regresado a su país tras pasar meses de vacaciones de invierno en África o el golfo Pérsico. Tras retornar a Rabat desde Emiratos Árabes Unidos a mediados de febrero y de pasar unos días de descanso en Tetuán, en el norte del país, el soberano se encuentra en la capital, donde el 26 de febrero decidió cancelar la tradicional Fiesta del Cordero. La gran festividad musulmana del sacrificio, que se celebra 70 días después de los fastos de fin de Ramadán, ha quedado anulada a causa de la sequía, que se prolonga desde hace seis años, y de la consecuente carestía de los precios del ganado ovino que cada familia debe sacrificar para cumplir con la tradición.
Mulay Hasán, de 22 años, y Lala Jadiya, recién cumplidos los 18, entregaron el lunes bolsas con alimentos a 20 cabezas de familias pobres en un barrio de Rabat, para poner en marcha simbólicamente la Operación Ramadán 1446 (el año actual de acuerdo con el calendario de la hégira), organizada cada año por la Fundación Mohamed V (abuelo del actual rey y primer soberano tras la independencia, en 1956) por la solidaridad. En esta campaña, prevé repartir cerca de 35.000 toneladas de alimentos básicos, con un importe de más de 30 millones de euros. Sus destinatarios son familias necesitadas, en particular de ancianos, viudas o discapacitados.

Mohamed VI apenas se ha dejado ver en público desde que circularon sus imágenes paseando junto con sus dos hijos por las calles de París, donde pasaban unas vacaciones en noviembre. En redes sociales ha sido brevemente visto en Dubái este invierno, y en fotografías de prensa de su caravana de vehículos a su vuelta. La presencia pública del rey es la clave que cierra la bóveda del Estado en Marruecos, donde el poder efectivo se concentra en el palacio real. En los últimos dos años, Mohamed VI se ha mostrado visiblemente más delgado tras una década de perfil obeso. En 2018 y 2020 se sometió a sendas intervenciones de cirugía cardiaca.
Pocos días antes del inicio del Ramadán, la cancelación del ritual islámico del sacrificio de un cordero en cada hogar, una de las festividades más simbólicas e identitarias del país magrebí, fue justificada “en razón de las dificultades actuales”, debidas a “los desafíos climáticos y económicos que han provocado una disminución sustancial de la cabaña de ganado”, según un comunicado real leído por el ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Tufiq. El monarca indicó en el mismo texto que la celebración de esta fiesta en estas condiciones “perjudica a grandes sectores de la población (...) con ingresos limitados”.
La última vez que se anuló esta fiesta en Marruecos fue en 1996, cuando el rey Hassan II lo ordenó a causa de la ausencia de lluvias. Tras seis años de extrema sequía en el país magrebí, que han dejado las reservas de los embalses en un nivel medio situado por debajo del 30% de su capacidad, la medida adoptada por el padre del actual monarca (que reinó entre 1961 y 1999) se repite tres décadas después.
La princesa Jadiya de Marruecos cumplió 18 años el pasado viernes, y con este primer acto oficial en el que acompaña a su hermano y heredero en representación de su padre se reafirma simbólicamente como primera dama de la monarquía a causa del divorcio de Mohamed VI de Lala Salma, madre de ambos príncipes, apartada desde 2018 de la agenda de la familia real.
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