Felipe VI, investido doctor ‘honoris causa’ por la universidad de Alcalá de Henares en un acto arropado por la reina Letizia

“Por su contribución de forma decisiva a proyectar la imagen internacional de prestigio de la universidad con sus frecuentes visitas”, la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) ha investido este jueves 27 de febero al rey Felipe VI como doctor honoris causa. En la ceremonia, celebrada en el paraninfo de la institución, el Monarca ha pedido a los juristas que se comuniquen con claridad para que el ciudadano se sienta parte de la Administración “y no un mero administrado”. Durante el acto, ha estado arropado por la reina Letizia. También han asistido la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La Universidad de Alcalá de Henares se ha convertido así en la primera institución universitaria española en conceder esta distinción académica al Rey. Sin embargo, Felipe VI ya había recibido por primera vez este honor el pasado diciembre por la Universidad Federico II de Nápoles, durante la visita de Estado que los Monarcas españoles realizaron en Italia.

Tras recibir esta distinción, otorgada por el departamento de Ciencias Jurídicas de la universidad alcalaína, el Rey ha asegurado que se sentía “profundamente honrado”. También ha destacado en su discurso la necesidad de lograr la claridad y la accesibilidad del lenguaje jurídico, en particular, desde las instituciones. “La lengua del derecho nos pertenece a todos al estar presente en nuestro día a día”. “Es el vehículo natural de relación con los poderes públicos, con la administración, e incluso frecuentemente con los demás”, ha afirmado. “Por ser ciudadanos, vivimos en derecho y, por tanto, convivimos con su lenguaje”. En ese punto, ha querido llamar la atención sobre el momento actual de la sociedad: un mundo en el que predomina lo digital y están cambiando las costumbres y la educación.

El Rey también ha sostenido que no se puede “ignorar que las barreras de comprensión del lenguaje jurídico, dónde y cuándo surjan, pueden menoscabar su eficacia como sustento de la actividad legislativa, de la administración de justicia y del funcionamiento de las administraciones públicas. Y también de la dignidad de la persona y la calidad de nuestra democracia”. Don Felipe ha subrayado además que “la literatura y el derecho son dos orillas de un mismo río, el de la lengua, dado que las mismas palabras que componen un poema son las que se emplean para redactar una ley, un convenio internacional o una notificación administrativa. [Y], la lengua, a través del Derecho, nos ayuda a ordenar nuestras relaciones en nuevos espacios que antes, sencillamente, no existían”.

También ha hecho referencia a la inteligencia artificial, la biotecnología, y el comercio digital, y ha incidido en que es necesaria una regulación: “Antes incluso de que la exploración de esos ámbitos esté concluida, ya hay regímenes que anticipan, aunque incompleta, una regulación. Y así debe ser”, ha defendido. “No porque el afán regulador deba alcanzar hasta el último rincón de nuestra vida, sino porque el vacío de normas nos deja a la intemperie y puede dar pábulo a las peores prácticas, a los mayores abusos”, ha advertido.

Por último, ha afirmado: “La comprensión plena refuerza nuestro sentido de comunidad, nos hace más partícipes del proyecto compartido. Y porque, llegados a este punto, no estamos hablando ya de derecho ni de lengua, sino de ética. El del lenguaje claro y accesible es un discurso profundamente ético”. No ha querido terminar sin incidir en que el derecho “es ante todo comunicación, ordenación de la convivencia, solución de los problemas prácticos y tangibles de los ciudadanos”.

Antes de sus palabras, la laudatio ha sido pronunciada por el padrino de Felipe VI en la ceremonia, Miguel Rodríguez Blanco, catedrático de Derecho Eclesiástico del departamento de Ciencias Jurídicas de la universidad. Él ha destacado “su ejemplo, su serenidad, su compromiso con la democracia y atención a los sectores más vulnerables y desfavorecidos”. A lo que ha añadido: “[Felipe VI] es un vivo testimonio del espíritu sobre el que Cisneros edificó su proyecto predilecto. Es un referente de la concordia, un baluarte del Estado social y democrático de Derecho configurado por la Constitución de 1978. Un auténtico transformador de nuestra sociedad”.

Terminada la laudatio, José Vicente Saz, rector de la UAH, ha tomado juramento al nuevo doctor, por el que el Rey se compromete a defender, junto con los demás miembros del claustro, “la integridad de su universidad”. A continuación, el rector le ha entregado el título que certifica su nombramiento y le ha impuesto el birrete, símbolo de la categoría que acababa de adquirir, además de otros atributos que se conceden como el Libro de la Ciencia, un ejemplar de las constituciones fundacionales de la universidad, el anillo con el sello de la UAH, y unos guantes blancos. Para la ceremonia, el monarca ha lucido el traje académico oficial de la institución: capa roja, traje oscuro y pajarita blanca.

Entre los motivos concretos para su nombramiento están su apoyo al Premio Derechos Humanos Rey de España —auspiciado por la UAH y el Defensor del Pueblo— así como el Galardón Camino Real, instaurado en 2012 por el Instituto Benjamin Franklin de la universidad que busca reconocer el trabajo profesional de los españoles que proyectan y potencian la imagen positiva de España en Estados Unidos. La investidura se le ha concedido por el compromiso de don Felipe con los derechos humanos. Asimismo, desde la UAH se ha explicado que la institución de educación superior también quería reconocer la labor que lleva a cabo para la “promoción y reconocimiento a la cultura y al conocimiento científico”. Entre otras labores, mencionaron que hace entrega desde la universidad del Premio en Literatura de Lengua Castellana Miguel de Cervantes.

El claustro de la Universidad de Alcalá aprobó el pasado 28 de octubre el nombramiento de Felipe VI como doctor honoris causa. Saz Pérez explicó entonces que “se trata de una resolución que viene a rubricar la larga relación que mantiene desde hace décadas la institución y la Casa Real”. Asimismo, trasladó que este vínculo “se ha reforzado en los 10 años de reinado” de Felipe VI, que acude periódicamente a la UAH. Su presencia, explicó, ayuda a que los galardones ganen “en prestigio e impacto”. La propuesta, que se originó en el departamento de Ciencias Jurídicas, fue aprobada por unanimidad en el propio departamento, en la junta de la Facultad de Derecho y en el consejo de gobierno de la universidad, con cinco siglos de historia.

No es el único miembro de la realeza española que ha recibido un honor de este tipo. El pasado 26 de noviembre, la Universidad CEU San Pablo le concedió esta distinción a su madre, la reina Sofía, “por su contribución al fomento de la cultura y a la promoción de las artes; por su extraordinario compromiso en el ámbito de las actividades sociales y asistenciales; y por toda una vida de ejemplar dedicación y entrega a España y a los españoles”.