El exchef de Woody Allen y Soon-Yi Previn los demanda por despido improcedente y represalias
Hermine Fajardo argumenta en su denuncia que perdió el trabajo en casa del director en Nueva York por pedir un mejor sueldo y un día libre extra para cumplir con sus obligaciones como reservista del Ejército de Estados Unidos
“Para Allen y Previn era demasiado que necesitase un día extra para completar un ejercicio de entrenamiento obligatorio”, sentencia Hermie Fajardo, exchef personal de Woody Allen (Nueva York, 89 años) y su esposa Soon-Yi Previn (Corea del Sur, 54 años), en una demanda judicial que interpuso el pasado 12 de diciembre en el tribunal federal de Manhattan (Nueva York) por despido improcedente. El cocinero alega que perdió su trabajo el pasado mes de julio por pedir a la pareja un mejor salario y un día libre extra para cumplir con sus obligaciones como reservista del Ejército de Estados Unidos. “Los demandados se cansaron de las quejas del demandante sobre salarios impagados y simplemente decidieron que un profesional militar, que quería recibir un pago justo, no era apto para trabajar en la casa de Allen, violando las leyes federales y de Nueva York en el proceso”, señala la demanda que está publicada en la web del registro judicial de Estados Unidos. Fajardo, que también incluye en la denuncia al ama de llaves de la pareja, Pamela Steigmeyer, pide un juicio con jurado y una compensación económica por los daños sufridos. De momento, ni el matrimonio ni sus representante han respondido a la demanda.
Fajardo fue contratado como chef privado en exclusividad para la residencia neoyorquina del matrimonio después de haber hecho varias comidas de prueba para Woody Allen y Soon-Yi Previn. Cuando comenzó a trabajar, el cocinero alega, en el documento legal de 21 páginas que ha sido obtenido por el medio The Wrap, que sus jefes y la administradora de la casa eran “plenamente conscientes” de su trabajo militar activo y del hecho de que debía ausentarse en determinadas ocasiones para cumplir con sus obligaciones en el Ejército. También añade que Steigmeyer le comunicó que recibiría su paga completa —85.000 dólares anuales (81.000 euros al cambio actual)—, incluso aunque algunos días estuviera ausente por su actividad como reservista. Sin embargo, según denuncia la realidad fue otra y, en varias ocasiones, recibió un salario inferior a la que le correspondía. La ocasión más relevante fue cuando cobró hasta 300 dólares menos (286 euros al cambio actual).
Fajardo también afirma en los documentos legales que, tras regresar de un entrenamiento que duró un día más de lo previsto originalmente, experimentó una “hostilidad instantánea y un resentimiento evidente” por parte de Allen y Previn. Y que las “reiteradas quejas” del cocinero hacia sus jefes por los pagos insuficientes y por otras irregularidades en su contrato, entre las que destacan la no retención de los impuestos de su salario, finalmente motivaron que, un mes después del regreso del viaje que se alargó un día, Previn le despidiese. El matrimonio y la gerente Steigmeyer están acusados de violar la Ley Federal de Derechos de Empleo y Reempleo de los Servicios Uniformados y la ley laboral de Nueva York. También de causarle a Fajardo humillación, estrés y pérdida de ingresos.
Entre los ejemplos de represalias que enumera Fajardo en su demanda destaca una ocasión en la que afirma que la pareja “echó sal en la herida” al decirle que estaban “insatisfechos con su cocina”, mientras que los invitados a su casa elogiaron repetidamente el menú, que consistía en un plato de pollo asado, pasta, pastel de chocolate y tarta de manzana. Según la denuncia, justo después del despido por parte de la esposa del cineasta, sus exjefes le dijeron que su cocina no estaba a la altura. Una afirmación que él califica como “falsa”.
Esta no es la primera polémica en la que se ha visto envuelta el matrimonio que se casó en privado y por sorpresa en 1997 en Venecia (Italia). A comienzos de los años noventa estalló el escándalo cuando se hizo pública la relación entre Allen y Previn, hija adoptiva de la actriz Mia Farrow, pareja del director durante 12 años, y del músico André Previn. Cuando empezaron el romance, Previn tenía 21 años y Allen, 56. Y, a pesar de la diferencia de edad, llevan 21 años casados y han adoptado a dos hijas: Bechet, de 22 años, y Manzie, de 20.
Al creador de Annie Hall, tal y como él mismo ha afirmado en varias ocasiones, las polémicas nunca le han afectado. Pero estas no cesaron cuando se dio a conocer su relación con la joven actriz. Volvió a copar los titulares tras las acusaciones de abusos sexuales a su hija adoptiva, Dylan Farrow, cuando ella tenía siete años, unos hechos supuestamente ocurridos en 1992, que el cineasta niega y por los que fue exonerado en su día. No obstante, la onda expansiva del movimiento #Metoo y la difusión del documental Allen v. Farrow (2021) de HBO, centrado en la versión de Farrow y su entorno, han reavivado la polémica en los últimos años hasta el punto de que Woody Allen ha tenido serias dificultades para financiar sus últimas películas y le costó vender sus memorias, A propósito de nada, en Estados Unidos.
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