Rikkie Kolle, la primera mujer trans ganadora de Miss Países Bajos: “Con el título, la oportunidad de hablar en favor de mi comunidad es mayor”

Vestida de rojo, con la corona ceñida y saludando al público, en especial a su familia y amigos que aplaudían encantados en primera fila. Esa es la imagen que Rikkie Kolle, nueva Miss Países Bajos, atesora de su victoria en el concurso, celebrado el sábado 8 de julio. A los 22 años, su triunfo tiene un brillo especial porque Rikkie Kolle es una mujer trans y es la primera que vence en este concurso en su tierra. También es el punto de arranque de la misión que se ha propuesto: apoyar a su comunidad y convertirse en un ejemplo, algo que ella echó de menos en el pasado. Acudirá a Miss Universo como representante holandesa, ya que el certamen acepta desde 2012 candidatas trans. La primera en ganar un concurso nacional fue la española Ángela Ponce, en 2018.

Kolle atiende a EL PAÍS por videoconferencia en plena vorágine de entrevistas y preparativos para el año que tiene por delante en su tierra. Se considera “una mujer fuerte y empoderada”, y tiene que pensar ahora cómo abordará la visibilidad que quiere darle a “su comunidad en las redes sociales” y “tal vez también en las escuelas”. Le llevará cierto tiempo organizarse, dice, pero hay una cosa que ya está clara: “No creo que se pueda empujar a alguien a ser trans. No te haces trans, lo eres desde el momento en que naces y así es como yo lo siento”, defiende al otro lado de la pantalla. Lleva un vestido blanco y la melena rubia suelta. La soltura con la que se expresa refuerza su siguiente mensaje: “Tienes que darte cuenta por ti misma de que no viniste al mundo como tú sabes que eres”.

Nacida en Hoorn y criada en Den Helder, dos localidades del norte holandés, supo desde pequeña quién era. Sus padres se dieron cuenta de que su hijo, Rik, era diferente cuando cumplió ocho años. A esa edad acudió con ellos a una policlínica para casos trans en un hospital de Ámsterdam: “Allí me hicieron muchas preguntas y pruebas para asegurarse de que estaba lista para abordar el largo trayecto de pasar de hombre a mujer. Las listas de espera son ahora de tres años”. Su camino empezó a los 10 años y se sometió a “mi gran operación de cambio”, como la llama, en enero de 2023. Compartió ese momento en su cuenta de Instagram —en la que acumula 37.000 seguidores—, algo que hizo porque “es un camino que nunca se termina” y se enorgullece de “haber llegado tan lejos”. “Estamos en 2023 y es hora de normalizarlo”.

A pesar del apoyo familiar y escolar, ha habido momentos muy duros que no puede olvidar. Como cuando pasó a presentarse como Rikkie en el colegio de Primaria, causando confusión entre los demás niños: “A los 10 años no entienden esos cambios, y aunque no sufrí acoso, la situación me hizo más fuerte”, recuerda. En Secundaria, una profesora, a la que todavía recuerda claramente, le decía cosas poco amables: “No era una de sus alumnas favoritas y su incomprensión y actitud me mostró que tenía que sobreponerme. Valerme por mí misma”. A los 17 años, en 2018, participó en el concurso de modelos Holland’s Next Top Model, donde consideraron que tenía talento para esta profesión. En 2019 llegó a la final de otra competición del ramo, Elite Model Look. “Ser modelo me gusta y espero progresar en ese campo, pero con el título de Miss la oportunidad de hablar en favor de la comunidad trans es mayor”, asegura. Luego, rotunda, advierte: “El hecho de que una mujer trans haya ganado un concurso de mises no incitará a cualquiera a volverse así. Sería un enfoque demasiado simplista”. Después de una etapa en Ámsterdam se trasladó a Breda, al sur, donde tiene buenos amigos. “Den Helder es muy pequeño [tiene 56.000 habitantes] y no había otra mujer como yo. He estudiado Marketing y Comunicación y en Breda están hoy mis amigos de la comunidad LGTBI y me encuentro a gusto”.

Desde que le pusieron la corona de Miss Países Bajos el pasado fin de semana se han sucedido las felicitaciones y parabienes. También lo contrario. En las redes sociales ha habido una oleada de mensajes negativos que se reparten en dos bandos. Por un lado, los que indican que no es una “auténtica mujer” y no puede usurpar ese puesto. Por otro, quienes explican su triunfo precisamente por eso, porque es trans. “Estoy orgullosa de ser una mujer trans, ser Rikkie y ser yo misma, y deseo combinarlo todo en una sola mujer”, defiende en respuesta al flujo de críticas de índole personal. El jurado del concurso holandés ha calificado su postura de “firme y con una misión clara” y considera que su aportación puede ser “muy valiosa”. ¿Qué pensó al presentarse como candidata? “Me preguntaron si me sentiría segura con ellos y en ese momento supe que estaba en el lugar adecuado”, cuenta. Miss Universo está previsto que se celebre en diciembre en El Salvador, y espera que el ambiente sea tan acogedor como en su país, donde ha hecho amigas de verdad entre las demás finalistas. “Lo más importante son las amistades y disfrutar y tener un bonito recuerdo. Luego, todo el mundo quiere ganar, claro”, admite entre risas.

El concurso de Miss Universo se remonta a 1952 y el cambio de enfoque para admitir mujeres trans se produjo cuando su dueño era el expresidente estadounidense Donald Trump. Desde 2022, la propietaria es Anne Jakapong Jakrajutatip, una empresaria tailandesa que también es trans y promueve una organización inclusiva capaz de evolucionar con las nuevas generaciones.