Pier Silvio Berlusconi, una versión mejorada del padre que quiere seguir cambiando la televisión
El ambicioso empresario planea expandir el imperio familiar y crear un grupo de comunicación y entretenimiento capaz de competir con grandes plataformas como Netflix o Amazon
Pier Silvio Berlusconi, segundo hijo de Silvio Berlusconi y administrador delegado y vicepresidente ejecutivo del grupo Mediaset, el coloso de televisión que fundó su padre en 1978, es una especie de versión mejorada del exCavaliere. No solo comparten gestos e idéntica sonrisa, sino que tienen la misma ambición en los negocios. El empresario planea expandir el imperio familiar y crear un grupo de comunicación y entretenimiento gratuito a nivel paneuropeo, capaz de competir con grandes plataformas como Netflix o Amazon.
Actualmente está en plena búsqueda de un socio que lo acompañe en la aventura empresarial. Lleva tiempo proponiéndoselo, pero no han faltado las batallas en los tribunales con algunos rivales como Vivendi, que trató de impedir la fusión entre Mediaset España y su matriz italiana, un proyecto por el momento en suspenso, aunque ambas filiales por separado continúen arrojando resultados más que satisfactorios. “No queremos y no podemos perder más tiempo. Este año hemos demostrado que incluso en las situaciones más difíciles, Mediaset es capaz de reaccionar, avanzar y ofrecer resultados. Hoy en Italia y España, mañana en Europa”, ha señalado recientemente en una entrevista con Il Corriere della Sera.
Pier Silvio entró en Publitalia, la concesionaria de publicidad del grupo Mediaset en 1992 y de ahí pasó a hacerse cargo de la sección de programas y formatos de las cadenas del coloso televisivo antes de llegar a la cúpula directiva. A pesar de que Marina Berlusconi, la primogénita, y presidenta de Fininvest, que controla las compañías de la familia y del grupo editorial Mondadori, es el ojito derecho del que fue tres veces primer ministro italiano, padre e hijo comparten una relación estrecha y no escatiman en muestras de cariño. “Me has sustituido al timón de la televisión como nadie más lo hubiera sabido hacer. Te has ganado la estima de todos, has tomado siempre las decisiones justas en los momentos difíciles”, escribió el padre el año pasado en una larga carta por el 50º cumpleaños de Pier Silvio, que leyó durante las celebraciones familiares en Cannes y que fue publicada después por la revista Chi.
Intercambiar en público cartas de aprecio de este tipo es algo común en la familia. Por el 80º cumpleaños del expresidente italiano, Pier Silvio también le dedicó una emotiva misiva: “Mientras de fondo se sucedían importantes hechos públicos, desde los grandes éxitos políticos y deportivos a las grandes injusticias sufridas, y prefiero detenerme aquí, en esta década ha aumentado en mí la comprensión del papel fundamental que mi padre ha tenido en mi vida”, escribió.
Sin embargo, el hijo no ha heredado el carácter exuberante del padre. Ha recibido, en cambio, la discreción de su madre, Carla Elvira Lucia Dall’Oglio, primera esposa de Silvio Berlusconi, con la que estuvo casado dos décadas. Durante este período, en 1976, la familia se trasladó a vivir a España una temporada para huir de las amenazas de secuestro de la mafia siciliana, según confirmó entonces Silvio Berlusconi.
Pier Silvio es reservado y no se le conocen escarceos públicos, aunque antes de sentar la cabeza como hombre de negocios fue objetivo de los paparazi y se le relacionó con modelos y actrices como Valeria Marini. En el año 2000 comenzó a salir con la presentadora de televisión Silvia Toffanin, que trabaja en uno de los canales de la familia, y con la que ha tenido dos hijos, de diez y cinco años. Poco antes de que naciera su primer vástago en común, Pier Silvio se presentó por sorpresa en directo en el programa que ella estaba presentando en Canale 5 con una declaración de amor y un ramo de rosas.
Su historial sentimental se parece poco a la de su padre, que ha pasado por dos divorcios y ha tenido numerosas novias y amantes. Aunque Pier Silvio tuvo otra hija que ahora tiene 30 años con la modelo Emanuela Mussida, cuya existencia se desconocía hasta hace no mucho. “Durante años nuestra relación fue complicada. Yo era demasiado joven y no he sido un padre objetivamente muy presente. Afortunadamente he madurado y desde que mi hija es mayor nuestra relación se ha reforzado”, confesó en una ocasión.
Aunque siempre ha evitado la política, a Pier Silvio, igual que a su padre, no le faltan problemas con la justicia y su historial de procesos por fraude fiscal o lavado de dinero, entre otros, es largo. De hecho, en alguna ocasión ha compartido banquillo de los acusados con su progenitor. Después de largas batallas en los juzgados, la justicia ha terminado dándole la razón en la mayor parte de los casos o cerrando las investigaciones por falta de pruebas.
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